La historia del mundo la cuentan las mujeres y hombres queen el transcurrir de los siglos, gracias a su proceder, sus ideas, sus innovaciones o su ingenio; han originado queel género humano, de un modo u otro,progrese.
Si has llegado hasta aquí es porque sabes de la importancia que tuvo Miguel Arias Cañete en la historia. La manera en que vivió y lo que hizo durante el tiempo que estuvo en la tierra fue determinante no sólo para aquellas personas que trataron a Miguel Arias Cañete, sino que posiblemente legó una señal mucho más vasta de lo que logremossospechar en la vida de gente que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya nunca a Miguel Arias Cañete en persona.Miguel Arias Cañete ha sido una de esas personas que, por alguna causa, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.
Conocer lo bueno y lo malo de las personas relevantes como Miguel Arias Cañete, personas que hacen rotar y transformarse al mundo, es una cosa básica para que seamos capaces de apreciar no sólo la existencia de Miguel Arias Cañete, sino la de toda aquellas gentes que fueron inspiradas por Miguel Arias Cañete, personas a quienes de de una forma u otra Miguel Arias Cañete influenció, y ciertamente, entender y comprender cómo fue el hecho de vivir en el momento de la historia y la sociedad en la que vivió Miguel Arias Cañete.
Vida y Biografía de Miguel Arias Cañete
(Madrid, 1950) Político español, adscrito al Partido Popular, que fue ministro de Agricultura a lo largo de los ordenes de José María Aznar (2000-2004) y Mariano Rajoy (2011-2014). Miguel Arias Cañete nació en Madrid el 24 de febrero de 1950, si bien siempre y en todo momento estuvo muy relacionado a la ciudad andaluza de Jerez de la Frontera, Cádiz. No obstante, su niñez transcurrió en la ciudad más importante de España. Estudió en los jesuitas de Madrid y después en el Trinity College de Dublín.
En 1971 se licenció en derecho por la Universidad Complutense de Madrid, lo que le dejó conseguir por oposición una plaza de letrado del Estado en 1974, empleo que desempeñó a lo largo de 4 años. Cumplido ese periodo, abandonó la administración pública para ocuparse a la docencia.
Entre 1978 y 1982 fue instructor de la Facultad de Derecho de Jerez de la Frontera. Durante esa temporada conoció a Micaela Domecq, copropietaria de la ganadería de Jandilla, con la que contraería matrimonio y con la que tuvo 2 hijos. A partir de ese instante, Miguel Arias Cañete empezó a sentirse atraído por la política y decidió entrar en la Ejecutiva Nacional de Alianza Popular (AP) a través de Antonio Hernández Mancha, quien había sustituido de manera fugaz a Manuel Fraga Iribarne adelante de la dirección del partido.
Arias Cañete sostuvo una actividad furiosa a lo largo de sus primeros pasos en el planeta de la política. Elegido senador por Cádiz en 1982, fue presidente de la Comisión de Presupuestos de la Cámara Alta. Además, compaginó dicho escaño con el de diputado del Parlamento de Andalucía, tras la constitución de este en el primer mes del verano de aquel año.
Responsabilidades en Europa
En 1986 Arias Cañete dio por concluido su primer período en la política nacional y centró su actividad en Europa. El 1 de enero de tal año se incorporó al Parlamento Europeo, con origen en Estrasburgo, en calidad de eurodiputado por AP, coincidiendo con la entrada de España en la entonces Comunidad Económica Europea (CEE).
Durante aquella legislatura formó una parte de la Comisión de Presupuestos de la Eurocámara y más tarde fue reelegido eurodiputado habitual en las selecciones de 1987, 1989 y 1994. Entre otros cargos, fue presidente de las comisiones de Agricultura (1989), que compartió con la asimismo habitual Carmen Fraga, y de Política Regional (1994) del Parlamento Europeo.
Sin embargo, tras unos años de dedicación única a la política europea, Arias Cañete reanudó la relación con la política nacional: se presentó en las listas del Partido Popular (PP) al Ayuntamiento de Jerez de la Frontera en las selecciones municipales de 1994 y 1999, en las que logró rutas concejalías.
El nuevo ministro
En 1999, tras trece años construyendo su tarea política entre Bruselas y Estrasburgo, decidió no concurrir a las selecciones de europa que se festejaban aquel año. Miguel Arias Cañete se encontraba resuelto a mudar la heladas y desganadas tierras en las que se fraguaban los cimientos de la construcción europea por la cálida Andalucía que lo había adoptado en su adolescencia.
Ese fue la causa por la cual aceptó encabezar la candidatura del PP al Senado por Cádiz para las selecciones en general del 12 de marzo de 2000, en las que logró un escaño. Sin embargo, el 27 de abril fue nombrado ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, en substitución de Jesús Posada, en el nuevo gobierno de José María Aznar, que en el mes de marzo había ganado por mayoría absoluta las selecciones en general.
Miguel Arias Cañete había juntado una ingente experiencia europea a lo largo de su paso por las instituciones supranacionales. Allí se especializó tanto en temas presupuestarios, agrícolas y pesqueros, como en política regional. Como europarlamentario se transformó en una parte clave para las negociaciones que sostuvo el gobierno español en la llamada Agenda 2000, donde se abordaba el futuro de la producción de aceite y vino y de la pesca, aparte de otras caracteristicas relacionados con el ámbito primario.
Su presencia adelante del MAPA fue considerada por los especialistas y investigadores como una garantía para el campo español, gracias a su extendido conocimiento del presupuesto comunitario. De hecho, este bagaje le dejó enfrentar con determinada solvencia negociaciones como las ayudas de la Política Agraria Común (PAC), si bien no le resultó tan simple solucionar inconvenientes tan complejos como los ocasionados por la progresiva escalada de los costos del gasóleo agrícola, el «mal de las vacas locas» o la peste porcina, que dañaron al campo español y que le granjearon las críticas mucho más duras en su administración del ministerio.
Una administración bien difícil
El «mal de las vacas locas», popular técnicamente como encefalopatía espongiforme bóvida (EBB), le forzó a tomar medidas impopulares como prohibir la venta de chuletón español. Además, atendiendo a las sugerencias de europa, debió poner en cuarentena el mercado de ganado vacuno y, después, el del cerdo, por la crisis de la peste porcina. A pesar de que procuró mitigar por todos y cada uno de los medios la progresiva escalada de los costes del gasóleo agrícola y lograr un convenio pesquero con Marruecos, sus sacrificios resultaron baldíos, lo que provocó masivas manifestaciones de los campos damnificados.
Exactamente todos estos hechos hicieron de Arias Cañete un personaje público que aparecía de manera diaria en los medios. Con su carácter campechano y abierto, se paseó por toda España probando a la población que la carne de ternera destinada al consumo humano no se encontraba inficionada por el «mal de las vacas locas» y algo afín logró para argumentar las ventajas del Plan Hidrológico Nacional (PHN), defendido por el gobierno del PP, a los labradores españoles de las ubicaciones perjudicadas.
Otro de los retos a los que se encaró a lo largo de su administración del ministerio fueron las negociaciones pesqueras con Marruecos, que, si bien son rivalidad directa de la Unión Europea, le forzaron a viajar bastante a Bruselas. Ahí, los encuentros con el comisario europeo de Agricultura y Pesca, el austriaco Franz Fischler, se prodigaron para procurar lograr un convenio en materia pesquera entre la Unión Europea y Marruecos que al final no llegó a buen puerto pese al tesón y la aptitud de trabajo del ministro.
En 2001, Arias Cañete debió confrontar a un nuevo inconveniente, en el momento en que se realizó público que ciertos sistemas de producción de aceite de orujo de oliva podían producir substancias cancerígenas. Debió batallar para eludir que los recelos de una opinión pública sensibilizada frente a los permanentes inconvenientes alimenticios provocasen una crisis en el campo del olivar. Su discutida administración, no obstante, no le impidió reiterar en la cartera de Agricultura en el gabinete de Mariano Rajoy (2011-2014).
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