Megawati Sukarnoputri

La historia de la civilización la narran las personas queen el transcurrir de los siglos, gracias a su proceder, sus ideas, sus innovaciones o su ingenio; han originado quela humanidad, de un modo u otro,prospere.

Ya sea inspirando a otras personas o siendo una pieza esencial de la acción. Megawati Sukarnoputri es una de las personas cuya vida, realmente, merece nuestra consideración por el grado de influencia que tuvo en la historia.Conocer la existencia de Megawati Sukarnoputri es conocer más sobre época determinada de la historia del ser humano.

Comprender lo bueno y lo malo de las personas significativas como Megawati Sukarnoputri, personas que hacen girar y evolucionar al mundo, es una cosa esencial para que seamos capaces de poner en valor no sólo la existencia de Megawati Sukarnoputri, sino la de todas aquellas personas que fueron inspiradas por Megawati Sukarnoputri, personas a quienes de de una forma u otra Megawati Sukarnoputri influyó, y sin duda, conocer y descifrar cómo fue vivir en el periodo histórico y la sociedad en la que vivió Megawati Sukarnoputri.

Las biografías y las vidas de personas que, como Megawati Sukarnoputri, atraen nuestra curiosidad, deben servirnos en todo momento como punto de referencia y reflexión para ofrendar un marco y un contexto a otra sociedad y otra etapa de la historia que no son las nuestras. Tratar de entender la biografía de Megawati Sukarnoputri, el motivo por qué Megawati Sukarnoputri vivió de la forma en que lo hizo y actuó del modo en que lo hizo durante su vida, es algo que nos impulsará por un lado a vislumbrar mejor el alma del ser humano, y por el otro, el modo en que se mueve, de forma inevitable, la historia.

Vida y Biografía de Megawati Sukarnoputri

(Jogyakarta, 1947) Política indonesia, hija del héroe de la independencia indonesia, Ahmed Sukarno, que ocupó la presidencia de la república entre 2001 y 2004.

Megawati Setyawati Sukarnoputri nació el 23 de enero de 1947, en Jogyakarta, en Java Central, en el instante en que su padre, el nacionalista Ahmed Sukarno, autoproclamado presidente de la república desde agosto de 1945, dirigía la encarnizada pelea de guerrillas por la emancipación contra las tropas holandesas. Tras el reconocimiento en todo el mundo de la independencia del país (27 de diciembre de 1949), Sukarno y su familia se instalaron en el palacio presidencial de Merdeka, en Yakarta.

Tras un sanguinolento golpe para derrocar al gobierno militar, en el mes de octubre de 1965, Sukarno se vio forzado a abandonar ciertos de sus poderes, en la mitad de una feroz opresión anticomunista, y por último fue destituido de sus cargos en 1967. Toda la familia vivió en el destierro de Bogor, bajo detención domiciliario, hasta el momento en que el Bapag Negara (‘Padre de la Patria’) murió en 1970, rechazado por el régimen de su sustituto, el general Ahmed Suharto, que instituyó una dictadura de base militar.

Megawati estudió psicología y agricultura en la facultad, pero no llegó a licenciarse. La campaña contra su padre logró mella en ella y la llevó a fundar, en 1973, el Partido Democrático de Indonesia (PDI) desde la fusión de cinco partidos, 2 confesionales cristianos y tres nacionalistas laicos, uno el Partido Nacional Indonesio (PNI), que había dirigido la pelea anticolonial. Desde 1977, el PDI fue entre las 2 únicas agrupaciones políticas toleradas por la dictadura para sostener una testera de rivalidad electoral en oposición al partido oficial, el Golkar.

Escogida miembro del congreso de los diputados por vez primera en 1987, Megawati se transformó en una figura simbólica de la oposición, símbolo de la resistencia, en el momento en que fue desposeída del cargo de presidenta del PDI, que ocupaba desde 1993, tras una campaña de desprestigio en los medios, precisamente orquestada por el régimen, y una conspiración en la ejecutiva del propio partido, que votó su destitución el 20 de junio de 1996, en una operación apuntada desde el poder.

Ante su negativa a dejar el cargo, reventaron graves altercados en Yakarta y el 27 de julio las tropas gubernativos asaltaron la sede del PDI, ocasionando cinco fallecidos y mucho más de cien heridos.

Con el motivo de las luchas intestinas en su partido, el gobierno vetó su candidatura para las selecciones legislativas del 29 de mayo de 1997, en las que el PDI solo consiguió el 3,1 % de los votos, deficiente para ingresar en el Parlamento. Ante la gravedad de la crisis popular y política, rechazó presentarse a la decisión presidencial de marzo de 1998, con lo que Suharto fue reelegido sin contrincante por la Asamblea Consultiva del Pueblo para un séptimo orden de cinco años, coincidiendo con la insurrección en Timor Oriental.

Sendero de la presidencia

Tras la dimisión de Suharto, el 21 de mayo de 1998, arrastrado por la queja habitual, Megawati se apartó finalmente del PDI y el 14 de febrero de 1999 anunció la capacitación del Partido Democrático de Indonesia para la Lucha (PDIP), que en las selecciones en general del 7 de junio consiguió el 37,4 % de los sufragios y 154 escaños, transformándose en el conjunto mucho más variado en la Cámara de Representantes Populares.

En la campaña electoral presentó una interfaz moderada y se opuso a la celebración del referéndum en la ex- colonia portuguesa de Timor Oriental, convocado por el presidente Yusuf Habibi. Pero sus pretensiones de presidentes redujeron pues la coalición de los partidos musulmanes rechazó que una mujer ostentara la presidencia.

A pesar de que el conjunto parlamentario del PDIP era el mucho más variado, la Asamblea Consultiva del Pueblo, en parte dominada por los seguidores de la dictadura caída y los partidos musulmanes, escogió presidente de la república al moderado ulema Abdurrahman Wahid, que consiguió 373 votos, por 313 de Megawati, pero ésta resultó escogida vicepresidenta de la república al día después, tras reconciliarse y sellar un pacto con su primordial antagonista.

La salomónica resolución de la Asamblea, admitida por la líder del PDIP más allá de las coléricas manifestaciones de varios de sus incondicionales, apuntó la separación determinante con el régimen de Suharto y dejó al nuevo tándem presidencial inhabilitar una situación explosiva, consiguiendo establecer nuevamente la paz civil tras mucho más de un año de agitación, manifestaciones y altercados continuados. «Por la unidad de la nación -proclamó la vicepresidenta- solicito al pueblo de Indonesia que admita los desenlaces de la decisión.»

Megawati se sostuvo prudentemente en la sombra hasta el momento en que brotaron los escándalos financieros en que apareció implicado el jefe del Estado, acusado de corrupción y sometido a un trámite parlamentario de destitución. El 23 de julio de 2001, en exactamente la misma sesión, la Asamblea Consultiva del Pueblo destituyó a Wahid y también invistió a Megawati presidenta de la república, tras recibir el acompañamiento de los primordiales partidos para llenar el orden constitucional hasta las selecciones de 2004.

Presidenta de un país musulmán

El 9 de agosto, la presidenta anunció un nuevo gobierno de concentración nacional, en el que sostuvo un estudiado equilibrio entre todos y cada uno de los partidos, más allá de que las cuestiones económicas, según el software de reconversión y austeridad, han quedado a cargo de un conjunto de tecnócratas bien relacionados con Washington, a fin de hallar que el Fondo Monetario Internacional (FMI) entregara los créditos concedidos.

La visión de Indonesia de Megawati no difiere bastante de la de su padre, que aún todavía es el atractivo héroe de la independencia después de haberse desvanecido el descrédito que le adjudicó a lo largo de años la dictadura militar, humillado públicamente como autócrata y colaborador de los marxistas. Firme protectora de la unidad del país, en frente de los varios enfrentamientos étnicos y separatistas, y partidaria del laicismo del Estado, más allá de la trascendente mayoría musulmana, supo conjuntar su nacionalismo populista con una orientación tecnocrática que le granjeó el respaldo de los militares.

Sostuvo una actitud crítica hacia la política en Timor Oriental, a cuya independencia se había contrario al comienzo. No obstante, poco tras ser escogida presentó sus disculpas a la provincia separatista de Atjeh por la mala administración del régimen previo. Raramente otorga entrevistas o pronuncia alegatos, lo que deja a sus contrincantes publicar insinuaciones sobre su limitada aptitud intelectual y su escasa preparación para regentar un país de extrema dificultad. La presidenta protege bastante su reputación de integridad, lo que no es una cuestión baladí tras el rosario de escándalos que jalonaron la dictadura de Suharto.

Megawati se casó con un conduzco de la Fuerza Aérea que murió en un incidente de aviación en 1970. En 1972 volvió a casarse con un diplomático egipcio, del que se divorció a los pocos meses. En 1973 contrajo terceras nupcias con Taufik Kiemas, un acaudalado hombre de negocios de Sumatra al que ciertos medios periodísticos culpan de haberse enriquecido en connivencia con la dictadura militar. Tiene 2 hijos de su primer matrimonio y otro del tercero.

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