Max Stirner

La historia de la civilización la escriben los hombres y mujeres queen el transcurrir de los siglos, gracias a sus obras, sus pensamientos, sus creaciones o su talento; han hecho quela civilización, de una forma u otra,avance.

Ya sea inspirando a otros o siendo una pieza esencial de la acción. Max Stirner es una de esas personas cuya vida, realmente, merece nuestro interés debido al grado de influencia que tuvo en la historia.Comprender la existencia de Max Stirner es comprender más acerca de una época concreta de la historia de la humanidad.

Conocer las luces y las sombras de las personas destacadas como Max Stirner, personas que hacen girar y evolucionar al mundo, es una cosa esencial para que seamos capaces de apreciar no sólo la existencia de Max Stirner, sino la de toda aquellas gentes que fueron inspiradas por Max Stirner, gentes a quienes de un modo u otro Max Stirner influenció, y desde luego, conocer y descifrar cómo fue vivir en el periodo histórico y la sociedad en la que vivió Max Stirner.

Las biografías y las vidas de personas que, como Max Stirner, seducen nuestra atención, deben valernos siempre como punto de referencia y reflexión para ofrecer un marco y un contexto a otra sociedad y otra época de la historia que no son las nuestras. Intentar entender la biografía de Max Stirner, el motivo por el cual Max Stirner vivió como lo hizo y actuó del modo en que lo hizo a lo largo de su vida, es algo que nos impulsará por un lado a comprender mejor el alma del ser humano, y por el otro, el modo en que se mueve, de forma implacable, la historia.

Vida y Biografía de Max Stirner

(Johann Kaspar Schmidt; Bayreuth, de hoy Alemania, 1806 - Berlín, 1856) Filósofo alemán. Estudió filosofía y teología con Hegel y Schleiermacher en Berlín (1826-1828). Influido por Feuerbach, Bauer y, por norma general, por la llamada izquierda hegeliana, se le ha considerado al unísono como entre los creadores del anarquismo extremista, y como un primer exponente del existencialismo. Stirner rechazaba toda integración política y popular del sujeto, ya que creía que entidades como el Estado, la sociedad o las clases eran puras abstracciones sin contenido real. En cambio, defendía el egoísmo extremista del yo empírico y finito, desligado de cualquier codificación ética, como verídica realización del sujeto. Entre sus proyectos hay que poner énfasis El Único y su propiedad (1845) y también Historia de la reacción (1852).

En 1826 inició los estudios universitarios en Berlín, y prosiguió los tutoriales de filosofía y teología; por ese momento ha podido ayudar a las enseñanzas de Hegel. En 1828 interrumpió su actividad de estudiante, que reinició de 1832 a 1834 en Erlangen y Königsberg. En 1835 consiguió la habilitación para la enseñanza. Establecido en Berlín, vivió modestamente, y fue instructor de una escuela femenina. En 1840 comenzó a frecuentar el "círculo de los libres", que reunía a los intelectuales de ideas mucho más destacadas.

En su obra primordial, El Único y su propiedad (1845), discute fuertemente con Hegel y los representantes de la izquierda hegeliana, a cuyas concepciones universalistas enfrenta la exaltada afirmación del sujeto, el "derecho del mucho más fuerte". Para Max Stirner la raza humana piensa una abstracción, un término vacío; según él, lo único preciso es el sujeto, que continúa tal mientras no se ofrece fines universales, antes bien, se considera él mismo como "única" finalidad viable ("yo no tiendo a nada").

El punto de inicio de la obra es la negación de Dios. Dios es un ente ficcional desarrollado por el hombre, singularmente por el hombre que inventó la religión. En el instante que aparece la religión y su secuela -Dios-, el hombre reniega ahora de su independencia para someterse al paradójico dominio de aquel ente de su creación. No importa que Dios sea sustituido por el Estado o la familia, ya que el inconveniente es exactamente el mismo: la divinización. El hombre solo puede ser libre en el momento en que rompe con la religión y con la política, esto es, con el fetichismo.

El centro de toda la reflexión de Max Stirner es el hombre, pero no comprendido como entidad abstracta. Tampoco le resulta interesante el hombre colectivo, o sea, la raza humana. Tan solo le importa el hombre preciso, él mismo, el yo, es decir, el único. Para ello se practicará un egoísmo sin límites, repudiando la ética falsa del espíritu de sacrificio, trampa puesta por los sistemas religiosos y humanitaristas. Stirner repudia los movimientos sociales (asimismo a los que cabría calificar de humanitarios y altruistas, incluyendo el socialismo), siempre y en todo momento en nombre del principio inviolable de la independencia personal. Las teorías sociales, desde el mucho más absoluto conservadurismo hasta el socialismo mejor ordenado, pasando por el liberalismo, no son mucho más que nuevos espectros que alienan al hombre especial. Tienen un aspecto común: la asfixia de la única propiedad que tiene el hombre, que es él mismo.

Esta situación muestra múltiples vínculos históricos, por cuanto una parte de una crítica al método de humanidad de Feuerbach, refunde ciertos fundamentos individualistas de Proudhon y se encuentra influida en determinados puntos por la filosofía de Nietzsche; no obstante, continúa fundamentalmente apartada en su singularidad, que es asimismo su restricción interna.

El libro en cuestión consiguió alguna popularidad, y facilitó principios teóricos al anarquismo de la segunda mitad del pasado siglo; sin embargo, en el instante de su aparición provocó una avalancha de menosprecio y reprobación en los entornos de la civilización oficial que aisló todavía mucho más al creador. Este se ganó entonces el sustento a través de las traducciones; por ejemplo proyectos, tradujo La riqueza de las naciones, de Adam Smith. No participó en la agitación de 1848, pero después de las represiones de 1852 escribió una Historia de la reacción (1852). Otros contenidos escritos suyos de carácter circunstancial y polémico (Proyectos inferiores) fueron publicados después de su muerte por J. H. Mackay.

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