La historia de las civilizaciones está escrita por aquellas personas queen el paso de los años, gracias a su forma de actuar, sus ideales, sus hallazgos o su arte; han ocasionado quela sociedad, de una forma u otra,prospere.
Ya sea inspirando a otras personas o tomando parte de la acción. Martin Buber es una de las personas cuya vida, indudablemente, merece nuestra consideración por el grado de influencia que tuvo en la historia.Conocer la existencia de Martin Buber es conocer más acerca de época determinada de la historia del género humano.
Si has llegado hasta aquí es porque sabes de la trascendencia que atesoró Martin Buber en la historia. La forma en que vivió y lo que hizo mientras permaneció en el mundo fue decisivo no sólo para aquellas personas que conocieron a Martin Buber, sino que a lo mejor dejó una señal mucho más honda de lo que podamosconcebir en la vida de gente que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya nunca a Martin Buber en persona.Martin Buber fue uno de esos seres humanos que, por alguna razón, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.
(Viena, 1878 - Jerusalén, 1965) Escritor y pensador israelí. A raíz del divorcio de sus progenitores, se crió en la ciudad austriaca de Lemberg, donde radicaba su abuelo paterno, Salomón Buber, un popular erudito rabínico. Allí conoció la Biblia, la lengua hebrea tradicional y el pensamiento judío ortodoxo y compartió la vida de oración y estudio de los que tienen piedad seguidores de la corriente jasídica. A los catorce años regresó a la vivienda paterna y en 1896 inició estudios de filosofía y también historia del arte en la Universidad de Viena, que después continuó en Leipzig, si bien por último se doctoró en Berlín en 1904. Se inscribió al sionismo y participó en el primer congreso de este movimiento festejado en Basilea el año 1897, y en 1901 empezó a trabajar como redactor en el jornal Die Welt.
Martin Buber cooperó asimismo en 1904 con el futuro primer presidente del Estado de Israel, Jaim Weizmann, en la publicación Der Jude, que no llegó a mostrarse, pero a la que hay que el manifiesto sionista que presidiría el ideario de Buber. Ese mismo año leyó un artículo del rabino Israel ben Eliézer, principal creador del jasidismo, con el que sintió una profunda identificación que lo llevó a retirarse de otras ocupaciones y a hundirse en el estudio y la lectura de los escritos de esta corriente. Finalmente, logró fundar Der Jude, entre los primeros periódicos aplicados en Alemania al pensamiento sionista, que Buber dirigió desde 1916 hasta 1924.
Desde 1923 hasta diez años después enseñó teología judía y también historia de las religiones en la Universidad de Frankfurt, y también inició el planteo teorético que produciría después su obra Yo y Tú. Con el católico Joseph Wittig y el protestante Carl Friedrich von Weizsäcker codirigió Die Kreatur desde 1926 hasta 1930. Antes, en 1920, había desarrollado con Franz Rosenzweig la Freies Jüdisches Lehrhaus (Academia Judía Libre), que fue el más esencial centro de educación de judíos mayores previo a la Segunda Guerra Mundial.
Tras largos años de escritura y revisión, en 1923 se publicó el título antes citado, Yo y Tú, entre las proyectos escenciales del creador. En 1933 sus estudios teológicos se vieron bruscamente molestados; en el momento en que Hitler tomó el poder, fue expulsado de la facultad y decidió emigrar a Palestina. En 1938 fue nombrado instructor de filosofía popular en la Universidad hebrea de Jerusalén, donde enseñó hasta su jubilación en 1951. Durante mucho más de 40 años se dedicó a estudiar las leyendas jasídicas.
Sus ediciones de ellas brindaron como resultado títulos como Cuentos de Rabbí Nahman (1906) y La historia de historia legendaria del Baal Shem (1907); con un enfoque diferente sobre exactamente el mismo tema publicó entonces El Gran Maguid y su sucesión (1921) y La luz esconde (1924). A partir de 1946, la mayoría de estos trabajos se recogieron en 4 volúmenes que, con el título genérico de Cuentos jasídicos, forman lo mucho más popular del creador.
En el pensamiento de Martin Buber influyeron con enorme fuerza la obra de Kierkegaard, padre del existencialismo, y el estudio del misticismo judío que floreció en Polonia en la época del siglo XVIII, popular con el nombre de jasidismo. Toda su historia de estudioso y su amplia producción de filosofía y también historia de la religión tuvieron como propósito la construcción de un nuevo puente cultural entre el judaísmo y el cristianismo. Éste es la causa de la enorme popularidad y el consenso que le acompañaron.
La profundización de la especial forma de misticismo que se desarrolló en las comunidades jasídicas, en las que por su furor se distinguían los "zaddikim" (justos) y cuyas vivencias eran contadas por los "jassidim" (leales a la coalición), dejó a Martin Buber poner en prueba la experiencia de la relación directa entre Dios y el hombre, donde se fundamenta, de todos modos, su teoría filosófica. Derivada del existencialismo y de la ontología, esta teoría se funda en la relación del ser en relación a sí mismo como absoluta presencia del Ser que da siendo dado, esto es, absoluta presencia de Dios en todo cuanto existe.
La relación ontológica originaria (creada de forma particular en su obra Yo y Tú), que corresponde al link absoluto entre Yo y Tú, no tiene relación solo al hombre, sino más bien a toda la naturaleza, según una distinción de esferas relativa a los distintos grados de conciencia de nuestra relación. El primer nivel es el de la naturaleza mineral y vegetal, que viven nuestra presencia moderna en el horizonte general del Ser, pero sin tener de Él ningún conocimiento y sin dar ninguna contestación.
La conciencia penetra en el segundo nivel, el humano, en el que el Yo se siente como extremista apertura y trascendencia hacia el otro desde sí, y de ahí que es siendo consciente del estatuto existencial general que es la presencia absoluta del Tú: a este nivel se ubica el obrar teniendo como base la independencia, la compromiso, el valor ético y el destino. El último nivel lo forma la dimensión espiritual, donde la relación con Dios ahora es imposible expresar con el lenguaje ni es traducible en términos espacio-temporales, sino se pone a un nivel de trascendencia que Buber llama "vida con las entidades espirituales".
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Es cierto que conocer profundamente a Martin Buber es algo que se reserva a un grupo limitado de personas, y que tratar de reconstruir la persona que fue y el modo en que vivió la vida de Martin Buber es una especie de puzzleque posiblemente consigamos reconstruir si contribuimos conjuntamente.
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Los matices y las sutilezas que llenan nuestras vidas son en todos los casos determinantes, ya que marcan la diferencia, y en la ocasión de la vida de alguien como Martin Buber, que poseyó su significación en un momento concreto de la historia, es imprescindible tratar de brindar una perspectiva de su persona, vida y personalidad lo más precisa posible.
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