Martín Alonso Pinzón

Si has llegado hasta aquí es porque tienes consciencia de la trascendencia que tuvo Martín Alonso Pinzón en la historia. El modo en que vivió y lo que hizo durante el tiempo que permaneció en la tierra fue decisivo no sólo para aquellas personas que trataron a Martín Alonso Pinzón, sino que a lo mejor legó una señal mucho más insondable de lo que logremosconcebir en la vida de gente que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya jamás a Martín Alonso Pinzón de modo personal.Martín Alonso Pinzón ha sido una persona que, por alguna razón, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.

Las biografías y las vidas de personas que, como Martín Alonso Pinzón, atraen nuestro interés, deben ayudarnos en todo momento como referencia y reflexión para conferir un marco y un contexto a otra sociedad y otra época de la historia que no son las nuestras. Intentar comprender la biografía de Martín Alonso Pinzón, porqué Martín Alonso Pinzón vivió como lo hizo y actuó del modo en que lo hizo en su vida, es algo que nos ayudará por un lado a comprender mejor el alma del ser humano, y por el otro, el modo en que avanza, de forma inexorable, la historia.

Vida y Biografía de Martín Alonso Pinzón

(Palos de la Frontera, hacia 1440 - La Rábida 1493) Navegante español que, al cargo de la carabela Pinta, acompañó a Colón en el hallazgo de América.

Fue el hijo mayor de una rica familia de nautas. Empezó a andar desde muy joven a la costa norteafricana, a Italia y a Guinea, dedicándose a ocupaciones muy distintas, como la pesca, el corso y la guerra (probablemente intervino en el enfrentamiento luso-español). En los años que antecedieron al hallazgo de América se afianzó como el armador de mayor prestigio y riqueza de la cuenca de los ríos Tinto y Odiel (Huelva). Contrató a pescadores de Palos, de Moguer y de exactamente la misma Huelva.

Se ignora el instante en que entró en contacto con Cristóbal Colón, pero indudablemente fue en exactamente el mismo año 1492, tras firmadas las Capitulaciones. En el verano de tal año, y frente al desánimo de Colón por no hallar pasajeros para sus navíos, fray Juan Pérez, guardián del monasterio de La Rábida, le sugirió que enrolara en su compañía a Martín Alonso Pinzón, experimentado conduzco de enorme ascendente en los marineros de la zona. Colón logró persuadirle y contó además de esto con el acompañamiento de sus hermanos Vicente Yáñez Pinzón y Francisco Martín Pinzón. En los Pleitos colombinos se declaró que el Almirante le ofreció parte de las riquezas que encontraran; fray Bartolomé de Las Casas aseveró que "algo debió jurar Colón a Martín Alonso Pinzón, por el hecho de que absolutamente nadie se desplaza si no es por su interés".

Con el apoyo de Martín Alonso Pinzón, Colón logró llenar las dotaciones para sus tres naves, entre las cuales, la Pinta, semeja que era de los Pinzón. También se ha sugerido, si bien no probado, que Martín ha podido prestar a Colón una parte del quinientos mil de maravedíes que le hacía falta para arrancar la compañía. Sea como fuere, la expedición partió de Palos el 3 de agosto con Martín Alonso como capitán de la Pinta (como maestre iba Francisco Martín Pinzón), y con Vicente Yánez como capitán de la Niña, lo que ilustra el importancia de esta familia en el viaje investigador.

Las consideraciones de Martín Alonso en relación a la ruta a proseguir fueron definitivas para el hallazgo de América, ya que el 25 de septiembre aconsejó a Colón un cambio de ruta para localizar el Cipango o Japón y el 6 de octubre le solicitó dejar la derrota que llevaban desde Canarias (el paralelo 28) y singlar hacia el suroeste, con objeto de encontrar con las islas que el Almirante tenia pintadas en el mapa que llevaba dentro (quizá el de Toscanelli, en que se representaba imaginariamente la situación del Cipango o Japón), cosa que Colón aceptó al día después. La presencia de los Pinzón fue del mismo modo importante en el momento de sofocar los intentos de motín de los días 6, 9 y diez de octubre; no solo apoyaron en todo instante al Almirante, sino sugirieron aun colgar a los rebeldes.

Tras el hallazgo, efectuado el 12 de octubre, la relación entre Martín Alonso Pinzón y Colón se deterioró. El 21 de noviembre el primero de ellos abandonó la flotilla sin autorización y prosiguió desde Cuba hacia el oriente, en pos de la presunta isla de Babeque. Llegó a la costa norte de Santo Domingo y se dedicó a salvar oro en el río que tuvo entonces su nombre.

Desde allí pasó a las cercanías de Monte Cristi, donde le halló Colón el 6 de enero de 1493. El Almirante le solicitó explicaciones por su deserción. Al parecer, el Almirante debió admitirlas sin discusión, por requerir del marino y de su nave, puesto que había perdido la nao Santa María en la Navidad previo. En su períodico de dentro Colón anotó, no obstante: "otras varias cosas me tiene dicho y también hecho", lo que revela las desavenencias entre los dos.

Juntos emprendieron el viaje de regreso a España, pero el 14 de febrero brotó una enorme tempestad y la nave de Martín Alonso se perdió de nuevo. Llegó con la Pinta bajo su mando a Bayona antes que el Almirante arribara a Lisboa. El capitán español deseó hablar del hallazgo a los Reyes Católicos, pero estos le afirmaron que debía llevarlo a cabo Colón. Tras unos días de reposo, Martín Alonso emprendió el regreso a Palos. Llegó el 15 de agosto, unas horas después que Colón. Iba muy enfermo de sífilis y se recluyó en el monasterio de la Rábida, donde murió a los pocos días, quizá el 31 de marzo de 1493. Es importante que Colón no se molestase siquiera en visitarle en su lecho de muerte. El enorme marino español se llevó a la tumba su versión del hallazgo.

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Los matices y las sutilezas que llenan nuestras vidas son decididamente imprescindibles, ya que destacan la singularidad, y en el caso de la vida de una persona como Martín Alonso Pinzón, que poseyó su significación en una época determinada, es vital procurar mostrar una perspectiva de su persona, vida y personalidad lo más precisa posible.

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