Mariano Melgarejo

La historia de la civilización la narran las mujeres y hombres queen el paso de los años, gracias a sus obras, sus pensamientos, sus creaciones o su talento; han hecho quela civilización, de un modo u otro,prospere.

Si has llegado hasta aquí es porque eres sabedor de la importancia que detentó Mariano Melgarejo en la historia. El modo en que vivió y las cosas que hizo en el tiempo en que permaneció en este mundo fue determinante no sólo para quienes conocieron a Mariano Melgarejo, sino que posiblemente dejó una señal mucho más insondable de lo que podamosfigurar en la vida de personas que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya nunca a Mariano Melgarejo en persona.Mariano Melgarejo ha sido uno de esos seres humanos que, por algún motivo, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.

Comprender lo bueno y lo malo de las personas destacadas como Mariano Melgarejo, personas que hacen rodar y cambiar al mundo, es algo básica para que seamos capaces de valorar no sólo la vida de Mariano Melgarejo, sino la de todos aquellos y aquellas que fueron inspiradas por Mariano Melgarejo, aquellas personas a quienes de un modo u otro Mariano Melgarejo influyó, y por supuesto, comprender y entender cómo fue el hecho de vivir en la época y la sociedad en la que vivió Mariano Melgarejo.

Vida y Biografía de Mariano Melgarejo

(Cochabamba, 1818 - Lima, 1871) Militar y político boliviano, presidente de la República entre 1864 y 1871. Dirigente emblemático del llamado "caudillismo salvaje", fué considerado por ciertos historiadores como el presidente mucho más funesto de la crónica de Bolivia.

Descuidado probablemente por sus progenitores, entró a muy temprana edad en el ejército, única institución formativa que frecuentó. Peleó en las guerras de la Confederación y en la guerra de Ingavi, y participó en varias rebeliones. Siendo sargento segundo se sublevó en Oruro contra el gobierno de José Miguel de Velasco, hecho que le valió la baja y el destierro a las zonas de Huanay. En 1853 se rebeló nuevamente en Santa Cruz; fue apresado y culpado a muerte, y Belzú le excusó la vida a instancias de las damas cochabambinas, no sin antes avisar que cualquier día se arrepentirían de esto; la observación resultó premonitoria, ya que nuestro Belzú moriría a manos de Melgarejo.

En 1858 se sublevó contra Linares, quien, en vez de ejecutarlo, lo confinó a San Matías, en la frontera con Brasil. Durante el gobierno de José María de Achá, Melgarejo, con el arrojo que le daba su prácticamente incesante estado de embriaguez, inició el ataque contra los ejércitos de Gregorio Pérez (que deseaba deponer al presidente Achá), y logró una victoria que dejó a Achá seguir en el poder.

En recompensa, y pese a su repudiable pasado, Melgarejo fue alto al rango de general. Con el acompañamiento de la oligarquía, Mariano Melgarejo derribó al presidente Achá y se realizó con el poder el 28 de diciembre de 1864, instante en que dio comienzo un sexenio de régimen dictatorial que fue entre los mucho más ominosos que tuvo Bolivia en su crónica. Poco después, el general Melgarejo efectuó una da un giro por el interior del país, situación que fue aprovechada por Manuel Isidoro Belzú para tomar la localidad de La Paz y ocupar el cargo. Melgarejo regresó a la localidad y, acompañado de una achicada escolta, ingresó al Palacio de Gobierno, donde Belzú hacía una celebración para festejar su triunfo. Sin mediar palabra, como narraron ciertos presentes, le disparó un tiro de pistola que terminó con su historia.

Durante su gobierno se dictaminó la utilización del sello de correos y el sistema métrico decimal (si bien este no se aplicaría hasta cincuenta años después). Estableció máquinas de vapor para la acuñación de monedas en Potosí y aumentó irresponsablemente la circulación del feble. En este periodo se acrecentaron simultáneamente los costos de todo el mundo del guano y del salitre, lo que significaba una auténtica revolución económica para el país, revolución que un régimen de orden y franco habría podido explotar con espléndidos desenlaces. Pero fue tan mala la administración de esos intereses que las concesiones se hicieron a compañías extrajeras, con secuelas desastrosas para Bolivia.

El gobierno de Melgarejo resultó mortal para Bolivia. Saqueó el erario público, resumiendo los fondos públicos en solo una caja que manejaba él a su arbitrio; eliminó las municipalidades y dictaminó empréstitos forzosos que eran hechos efectivos con amenazas de muerte. Pronto se percató el país de que un antojadizo borracho lo controlaba todo "con la constitución en el bolsillo", como él mismo acostumbraba a decir. Las manifestaciones brotaron por todos lados, pero eran aplastadas una a una por la fuerza de un ejército al que le eran tolerados todos y cada uno de los excesos. El propio Melgarejo ejecutó, en la guerra de Cantería, al poeta Néstor Galindo y a otros relevantes intelectuales. La vida humana no merecía para él ningún respeto.

Melgarejo vivía borracho y de orgía en orgía con sus ayudantes mucho más próximos y con su concubina preferida, Juana Sánchez, cuyos familiares se aprovechaban de los fondos del país. Despojó a las comunidades indígenas de sus tierras en beneficio propio y de sus amigos a través de ardides degradantes. El 20 de mayo de 1866 dictó un decreto en el que se declaraba dueños de sus tierras a los indígenas, mientras que prosiguieran un trámite legal y pagaran veinticinco pesos. Dado que los indígenas no se enteraron del decreto, y, si llegaron a darse cuenta, no podían realizar las condiciones impuestas, sus características fueron adjudicadas en pública subasta, con lo que lograron conseguirlas en lugar de pobres sumas los preferidos del tirano. Durante la expoliación, que llevó a efecto el ejército nacional, se generaron verdaderas matanzas de indios.

En política en todo el mundo mostró un servilismo humillante frente diplomáticos y poderes extranjeros. Se le ocurrió declarar que todo ciudadano de la América Española lo era asimismo de Bolivia, con lo que nombró ministro de Bolivia en Chile al chileno Aniceto Vergara Albano, exactamente el mismo que redactó el tratado entre Bolivia y Chile para la explotación conjunta de un territorio comprendido entre los 23° y 25°, tratado que supuso para Bolivia el comienzo de la pérdida de su salida al Pacífico. Igualmente cedió frente a las metas de Brasil al subscribir el tratado del 27 de marzo de 1867, por el que Bolivia cedía al enorme país vecino una extensión mucho más de 300.000 km cuadrados comprendida entre los ríos Madeira y Paraguay, lo que dejaba a Bolivia sin la salida histórica que había heredado de la colonia y que Portugal había siempre y en todo momento respetado.

Tras varios intentos de derrocamiento frustrados, el 15 de enero de 1871 se levantó la localidad de La Paz con el acompañamiento del coronel Hilarión Daza, entre los pilares del régimen, y Melgarejo fue vencido en una sanguinolenta guerra librada en las calles de la ciudad más importante que se saldó con la desaparición de sobra de mil ciudadanos. Melgarejo escapó a caballo al Perú, donde estaba su apasionado, Juana Sánchez. Allí anduvo pobre y desvalido, tratando recobrar algo de lo bastante que había entregado a la familia Sánchez. Despreciado no obstante por su concubina, fue ejecutado por el hermano de Juana, José Aurelio Sánchez. La historia dió su veredicto sobre el gobierno de Melgarejo, calificándolo como una mácula vergonzosa en la crónica de Bolivia.

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Las sutilezas y las peculiaridades que ocupan nuestras vidas son en todos los casos determinantes, ya que destacan la singularidad, y en la ocasión de la vida de una persona como Mariano Melgarejo, que tuvo su significación en una época determinada, es vital tratar de mostrar un panorama de su persona, vida y personalidad lo más exacta posible.

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