María Elena Vieira da Silva

Si has llegado hasta aquí es porque tienes conocimiento de la relevancia que detentó María Elena Vieira da Silva en la historia. El modo en que vivió y aquello que hizo mientras permaneció en el mundo fue determinante no sólo para quienes trataron a María Elena Vieira da Silva, sino que posiblemente legó una huella mucho más honda de lo que podamosimaginar en la vida de gente que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya nunca a María Elena Vieira da Silva en persona.María Elena Vieira da Silva ha sido una de esas personas que, por alguna razón, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.

Apreciar las luces y las sombras de las personas relevantes como María Elena Vieira da Silva, personas que hacen rodar y cambiar al mundo, es algo básica para que seamos capaces de poner en valor no sólo la existencia de María Elena Vieira da Silva, sino la de todas aquellas personas que fueron inspiradas por María Elena Vieira da Silva, gentes a quienes de de una forma u otra María Elena Vieira da Silva influenció, y por supuesto, entender y comprender cómo fue el hecho de vivir en la época y la sociedad en la que vivió María Elena Vieira da Silva.

Las biografías y las vidas de personas que, como María Elena Vieira da Silva, atraen nuestra curiosidad, deben ayudarnos en todo momento como referencia y reflexión para conferir un marco y un contexto a otra sociedad y otra etapa de la historia que no son las nuestras. Hacer un esfuerzo por comprender la biografía de María Elena Vieira da Silva, el motivo por el cual María Elena Vieira da Silva vivió como lo hizo y actuó de la forma en que lo hizo durante su vida, es algo que nos ayudará por un lado a vislumbrar mejor el alma del ser humano, y por el otro, el modo en que se mueve, de forma inexorable, la historia.

Vida y Biografía de María Elena Vieira da Silva

(Lisboa, 1908 - 1992) Pintora portuguesa, famosa creaciones de carácter abstracto en las que las líneas y los colores desarrollan espacios sugerentes. Fue hija única de Marcos y Maria Gracia Vieira da Silva. Desde el instante de su nacimiento y hasta el momento en que cumpliese un par de años, viajó con su familia por distintos sitios de Europa, entre ellos Inglaterra, Francia, Suiza. En este último país murió su padre en 1911, a lo largo de su estancia en Leyssin. A su regreso a la ciudad más importante portuguesa, Maria Helena inició su capacitación artística. Tuvo entre sus profesores en la Escuela de Bellas Artes de Lisboa a Armando Lucena, y simultaneó sus estudios al lado del profesor con clases de anatomía en la Universidad de Medicina.

En el momento en que consideró terminada su capacitación en Portugal, Vieira se trasladó a París en 1928, donde inició una prolongada estancia. Ese mismo año viajó por vez primera a Italia. De hecho, si hay algo que caracterizó la vida de Da Silva fue su intensa actividad viajante, que no interrumpió hasta antes de su muerte. De todos métodos, la mayoría de su producción, menos la corto estancia en Brasil, se ajusta a sus estancias en Portugal y Francia.

Tras su llegada a la ciudad más importante francesa, se interesó de entrada por la estatua. Por ello se inscribió en la academia de la Grande-Chaumiere, donde prosiguió estudios con Bourdelle. A pesar de haber comenzado con la práctica de la estatua múltiples años antes (1924), da Silva dio un giro a su trayectoria y la orientó claramente hacia la práctica de la pintura. Por ello, por año siguiente, tras ayudar a clases de estatua en la Academia Escandinava con Despiau, tuvo como profesores en pintura a Dufresne, Warokier y Friesz, capacitación que complementó con visitas a la academia de Fernand Léger y la de Bissière.

En 1930 contrajo matrimonio con el asimismo pintor de origen húngaro Arpad Szenes, lo que se tradujo en la ampliación del círculo artístico en el que se desenvolvió la pintora en el periodo de entreguerras. Su primera venta la efectuó al pintor italiano Massimo Campigli, al que vendió un óleo en 1934, como resultado del éxito de su primera exposición en la galería de Jeanne Bucher. Antes de moverse en 1935 a Lisboa, el matrimonio causó proyectos que abarcaron desde el diseño textil hasta la ilustración de libros infantiles. Aunque la carrera de los dos fue en ascenso a lo largo de esos años, la cercanía del conflicto armado logró que se embarcasen con rumbo a Brasil en 1940.

Durante los siete años que duró su estancia brasileira, la vivienda de los dos artistas se transformó en vez de acercamiento de intelectuales y pintores originarios, como Martin Gonçalves, Navarra o Sciar. Su obra fue valorada en el país sudamericano, ya que fue expuesta tanto en la galería Askanasy de Río de Janeiro como en el Palacio Municipal de Belo Horizonte. A la vez llegó el reconocimiento en todo el mundo de la novedosa capital mundial del arte; en 1946, Jeanne Boucher organizó con éxito la primera exposición de da Silva en Nueva York.

En marzo del año siguiente concluyó su estancia en Brasil, y los dos se instalaron de forma alternativa en Lisboa y París. Su obra de este periodo, donde se siente precisamente la predominación de Fernand Léger y de Paul Klee, fue próximamente valorada en la ciudad más importante francesa. Así, en 1948 fue conseguida una obra suya, La partida de ajedrez (1948) por el Estado francés. Durante la primera década de los años cincuenta expuso periódicamente en la galería de Jean Boucher en París; al unísono, su obra recibió distinciones en la Bienal de Sao Paulo (1953), Bienal de Caracas (1955) y en el Stedelijk Museo de Amsterdam (1955). El Estado francés volvió a comprar otra obra suya, La biblioteca (1949), para el Museo Nacional de Arte Moderno, como logró más tarde con la obra Jardines suspendidos (1955) destinada al mismo museo.

El 15 de mayo de 1956, el matrimonio adquirió la nacionalidad francesa, si bien alternaron su estancia en París con usuales desplazamientos a Lisboa. Durante la década de los cincuenta efectuó asimismo trabajos que abarcaron desde el diseño textil (premiada por la Universidad de Basilea) hasta ilustración de libros para proyectos de Marie-Catherine Bazaine o René Char. La década de los sesenta empezó con el reconocimiento de su obra pictórica por su patria de adopción, siendo nombrada Caballero de la Orden de las Artes y las Letras (1960). Comenzó en este año la publicación de sus grabados, modificados por Jeanne Boucher y por F. Hazan.

En 1963 efectuó su primera vidriera destinada a Saint Jacques de Reims; contó para esto con la colaboración del artesano Jacques Simon. Ese mismo año recibió el Gran Premio Nacional de las Artes en París, y el resto de la década se multiplicaron sus exposiciones, en todo el país en la galería de Boucher, y internacionalmente en Nueva York, Lisboa, Rouan, Marsella, Rotterdam y Oslo. A la vez, continuó no solo con el encargo de las vidrieras de Reims (trabajo que concluyó en 1969), sino asimismo efectuó 2 entapices en el taller de Beauvais.

En 1970 se le dedicó la primera retrospectiva en el Museo Nacional de Arte Moderno (París), seguida de exposiciones en Montpellier, Museo de Bellas Artes (Ruan), Museo de Arte y también Historia (Orléans), Museo de Bellas Artes (Dijon), entre las mucho más representativas. Portugal reconoció el valor de su obra y fue nombrada integrante de la Academia Nacional de Bellas Artes de ese país. Hasta su fallecimiento, en el tercer mes del año de 1992, su obra recibió varias distinciones y fue expuesta en múltiples oportunidades. Aparte de las condecoraciones citadas, recibió asimismo la Gran Cruz de Santiago (Portugal). A principios de los años ochenta grabó, al lado de su marido Arpad Szenes, una película sobre su obra.

La obra de Viera da Silva se anota en la corriente pictórica que se llamó "paisajismo abstracto", que en el contexto artístico actualmente significó una aproximación lírica hacia maneras de expresión no figurativas. Su preocupación por capturar la luz y el espacio devino en la construcción, por medio del color, de arquitecturas oníricas que se sirven de éste y la línea para modificar perspectivas inviábles.

La obra temprana de da Silva indica la predominación de Paul Klee. Al igual que el pintor suizo, la pintora aborda la temática de sus proyectos desde un criterio poético. A la vez, la ejecución de los cuadros se efectúa de manera muy similar a la de Klee; da Silva se sirve de superficies reticulares sobre las que las gradaciones cromáticas y la yuxtaposición de colores complementarios representan su especial cosmos. De esta época temprana de su trayectoria, tenemos la posibilidad de refererir proyectos representativas como La máquina óptica (1938, Museo Arte Moderno, Nueva York), Habitación ajedrezada (1935, Colección Trevelyan, Londres), La mesa redonda (1940, Colección especial, París) o La partida de ajedrez (1943, Museo Nacional de Arte Moderno, París).

De 1948 es una de sus proyectos mucho más representativas, ya que significó un punto de cambio en su producción artística, La guerra de los cuchillos (Boymans-Van Museo, Rotterdam). En ella se definen ahora las peculiaridades de la obra madura de da Silva: utilización de perspectivas geométricas complicadas, sobre las que se despliegan máculas de color, provocando un grupo irreal frente al que el espectador no puede fijar la visión en un solo punto. Al igual que su contemporáneo Pollock, la visión vaga por todo el cuadro sin hallar un punto fijo de vista; pero mientras que el dinamismo de Pollock es fruto del azar, el de da Silva se apoya en una complicada yuxtaposición entre dibujo y color.

A la vez, da Silva comenzó en esta época a efectuar series sobre temas que van a ser recurrentes hasta el desenlace de su trayectoria, así como panoramas, bibliotecas, ajedreces, naipes y, más que nada, vistas de ciudades. Buenos ejemplos son París a la noche (1951, Colección especial, París); La localidad colgada (1952, Museo de Bellas Artes, Lausana); Las pistas (1953, Colección especial, Lisboa); Los diques ahogados (paisaje de Holanda) (1954, Colección Marion Lefebvre, Nueva York) o La biblioteca (1955, Colección especial, París).

En la proyectos maduras de la pintora portuguesa, se facilita el dibujo y se disminuye la gama cromática de los cuadros, llegando aun al empleo de uno o 2 colores por cuadro, como sucede en Estela (1964, Museo Nacional de Arte Moderno, París). Otras proyectos representativas son Roma (1969, Colección especial, Lisboa); Nueva Amsterdam II (1970, Colección especial, Lisboa); El hecho (1973, Colección especial, Suiza) o Colina repartida (1974, Colección especial, Suiza).

Vieira da Silva no solo practicó el óleo y el temple, su producción asimismo englobó el grabado, la ilustración de libros, los entapices y el diseño de vidrieras. En sus entapices, completados por encargo de la Universidad de Basilea para adornar su sala magna, da Silva prosiguió exactamente el mismo esquema compositivo que en sus cuadros. Las vidrieras fueron efectuadas en colaboración con el profesor Charles Marq, por idea de Joseph Sima. El grupo está conformado por catorce ventanales que recorren el coro de la basílica de Saint-Remi de Reims, en los que desplegó su fértil imaginería plástica, dando al vidrio calidades de piedras hermosas a través de un capaz empleo del color.

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Obviamente conocer profundamente a María Elena Vieira da Silva es algo que se reserva a un grupo limitado de personas, y que pretender reconstruir la persona que fue y el modo en que vivió la vida de María Elena Vieira da Silva es una especie de rompecabezasque con toda probabilidad alcancemos a reconstruir si colaboramos todos juntos.

A causa de esto, si eres del tipo de personas que confían en que de modo colaborativo existen posibilidades de hacer algo mejor, y detentas información con respecto a la existencia de María Elena Vieira da Silva, o con respecto a algún detalle de su figura u creación que no hayamos contemplado en esta biografía, te pedimos que nos lo envíes.

Los matices y las sutilezas que ocupan nuestras vidas son en todos los casos esenciales, ya que perfilan la diversidad, y en el caso de la vida de alguien como María Elena Vieira da Silva, que detentó su trascendencia en un momento histórico concreto, es vital procurar brindar una perspectiva de su persona, vida y personalidad lo más precisa posible.

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