La historia de la civilización está escrita por las mujeres y hombres quea lo largo de los siglos, gracias a sus obras, sus pensamientos, sus creaciones o su talento; han originado queel mundo, de una forma u otra,prospere.
Si has llegado hasta aquí es porque sabes de la trascendencia que atesoró Marcel Proust en la historia. La manera en que vivió y aquello que hizo durante el tiempo que estuvo en el mundo fue determinante no sólo para aquellas personas que trataron a Marcel Proust, sino que posiblemente legó una huella mucho más insondable de lo que logremossospechar en la vida de gente que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya nunca a Marcel Proust de forma personal.Marcel Proust fue un ser humano que, por alguna causa, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.
Apreciar las luces y las sombras de las personas relevantes como Marcel Proust, personas que hacen girar y evolucionar al mundo, es una cosa esencial para que podamos apreciar no sólo la vida de Marcel Proust, sino la de todas aquellas personas que fueron inspiradas por Marcel Proust, aquellas personas a quienes de de una forma u otra Marcel Proust influenció, y sin duda, comprender y entender cómo fue vivir en el periodo histórico y la sociedad en la que vivió Marcel Proust.
(París, 1871 - 1922) Escritor francés. Hijo de Adrien Proust, un respetado médico de familia clásico y católica, y de Jeanne Weil, alsaciana de origen judío, dio muestras tempranas de sabiduría y sensibilidad. A los nueve años padeció el primer ataque de asma, afección que no le abandonaría, con lo que medró entre los continuos cuidados y atenciones de su madre. En el liceo Condorcet, donde cursó la enseñanza secundaria, consolidó su vocación por las letras y consiguió refulgentes puntuaciones. Tras cumplir el servicio militar en 1889 en Orleans, asistió a clases en la Universidad de La Sorbona y en la École Livre de Sciences Politiques.
A lo largo de los años de su primera juventud llevó una vida mundana y supuestamente desentendida, que escondía las horribles inquietudes que cobijaba sobre su vocación literaria. Tras descartar la oportunidad de arrancar la carrera diplomática, trabajó un tiempo en la Biblioteca Mazarino de París, decidiéndose al final por ocuparse a la literatura. Frecuentó los salones de la princesa Mathilde, de Madame Strauss y Madame de Caillavet, donde conoció a Charles Maurras, Anatole France y Léon Daudet, entre otros muchos individuos insignes de la temporada.
Sensible al éxito popular y a los bienestares de la vida mundana, el joven Proust tenía, no obstante, un concepto muy distinta de la vida de un artista, cuyo trabajo solo podía ser fruto de «la obscuridad y del silencio». En 1896 publicó Los bienestares y los días, compilación de cuentos y ensayos que prologó Anatole France. Entre 1896 y 1904 trabajó en la obra autobiográfica Jean Santeuil, donde se planteaba relatar su itinerario espiritual, y en las traducciones al francés de La biblia de Amiens y Sésamo y los lis, de John Ruskin.
Tras la desaparición de su madre (1905), el escritor se sintió solo, enfermo y deprimido, estado anímico propicio para la labor que en esos años decidió arrancar, la redacción de su período novelesco En busca del tiempo perdido, que concibió como la crónica de su vocación, tanto tiempo postergada y que en este momento se le imponía con la fuerza de una obligación personal. Anteriormente, había escrito para Le Fígaro distintas parodias de escritores conocidos (Saint-Simon, Honoré de Balzac, Gustave Flaubert), y empezó a redactar Contre Sainte-Beuve, obra híbrida entre novela y ensayo con múltiples pasajes que entonces pasarían a En busca del tiempo perdido.
Consumado su aislamiento popular, se dedicó en cuerpo y alma a ese emprendimiento; el primer fruto de ese trabajo sería Por el sendero de Swann (1913), cuya publicación debió costearse él mismo frente al desinterés de los editores. El segundo tomo, A la sombra de las muchachas en flor (1918), en cambio, le valió el Premio Goncourt. Los últimos volúmenes de la obra fueron publicados tras su muerte por su hermano Robert.
La novela, que exactamente el mismo Proust equiparó con la complicada composición de una catedral gótica, es la reconstrucción de una vida por medio de lo que llamó «memoria involuntaria», única con la capacidad de devolvernos el pasado al unísono en su presencia física, sensible, y con la integridad y la plenitud de sentido del recuerdo, desarrollo simbolizado por la conocida anécdota de la magdalena, cuyo gusto hace renacer frente al personaje principal una temporada pasada de su historia.
El tiempo al que menciona Proust es el tiempo vivido, con todas y cada una de las digresiones y saltos del recuerdo, con lo que la novela consigue una composición enrevesada. El mucho más mínimo aspecto merece exactamente el mismo trato que un hecho clave en la vida del personaje principal, Marcel, réplica literaria del creador; más allá de que se realizaron estudios para contrastar los hechos de la novela con la vida real de Proust, la verdad es que jamás podrían llegar a confundirse, pues, como asegura nuestro creador, la literatura empieza donde acaba la transparencia de la presencia.
El estilo de Proust se amolda con perfección a la intención de la obra: asimismo la prosa es deudora, minuciosa en datos y de periodos muy largos, enrevesados, tal y como si no quisiese perder nada del momento. La obra de Proust, al lado de la de autores como Franz Kafka, James Joyce o William Faulkner, forma un jalón primordial en la literatura moderna.
¿Qué te ha parecido la existencia de Marcel Proust? ¿Has podido leer todo aquello que pensabas que ibas a encontrar?
Evidentemente conocer profundamente a Marcel Proust es algo que se reserva a muy pocas personas, y que tratar de recomponer la persona que fue y el modo en que vivió la vida de Marcel Proust es una suerte de puzzleque probablemente lleguemos a rehacer si contribuimos conjuntamente.
Por eso, si eres de las personas que confían en que de forma colaborativa se puede crear algo mejor, y tienes información con respecto a la vida de Marcel Proust, o sobre algún elemento de su figura u creación que no se observe en esta biografía, te pedimos que nos lo hagas llegar.
Las sutilezas y las peculiaridades que llenan nuestras vidas son decididamente esenciales, ya que destacan la singularidad, y en la ocasión de la vida de alguien como Marcel Proust, que detentó su trascendencia en una época determinada, es esencia tratar de mostrar un aspecto de su persona, vida y personalidad lo más rigurosa posible.
Sin dudarlo, contacta con nosotros para narrarnos qué conocimientos posees sobre Marcel Proust. Estaremos complacidos de perfilar esta biografía con más información.