Ya sea inspirando a más seres humanos o formando parte de la acción. Marcel Lefebvre es una de las personas cuya vida, en efecto, merece nuestra atención debido al nivel de influencia que tuvo en la historia.Comprender la vida de Marcel Lefebvre es conocer más acerca de periodo preciso de la historia del género humano.
Las biografías y las vidas de personas que, como Marcel Lefebvre, seducen nuestro interés, deben servirnos siempre como punto de referencia y reflexión para conferir un marco y un contexto a otra sociedad y otra etapa de la historia que no son las nuestras. Intentar comprender la biografía de Marcel Lefebvre, el motivo por el cual Marcel Lefebvre vivió de la forma en que lo hizo y actuó de la forma en que lo hizo durante su vida, es algo que nos impulsará por un lado a conocer mejor el alma del ser humano, y por el otro, la forma en que avanza, de forma implacable, la historia.
Vida y Biografía de Marcel Lefebvre
(Marcel-François Lefebvre; Tourcoing, 1905 - Martigny, 1991) Arzobispo cismático francés. Apartado de las doctrinas oficiales del la Iglesia Católica tras la celebración del Concilio Vaticano II, creó su agrupación sacerdotal (la Hermandad Sacerdotal San Pío X) y fue por este motivo suspendido y terminantemente excomulgado en 1988 por haber consagrado obispos sin licencia papal.
Cursó estudios superiores de Teología en la Universidad Georgiana de Roma y fue ordenado sacerdote en 1929, para incorporarse ahora a la congregación misionera de los Padres del Espíritu Santo, que le envió en metas pastorales a Gabón. Hombre de acreditada talla intelectual y talante enérgico y decidido (si bien destinado siempre y en todo momento hacia posiciones increíblemente conservadoras), efectuó una refulgente tarea misionera en territorio africano, con lo que en 1947 fue consagrado obispo y designado vicario apostólico de Dakar (Senegal).
Un año después, moseñor Lefebvre fue nombrado encargado apostólico para el África Francófona, para terminar ascendiendo a la dignidad de arzobispo de Dakar en 1958, cargo en el que se sostuvo hasta 1962. En este año renunció a su dignidad arzobispal y, en calidad de fácil obispo titular, fue escogido Superior General de su congregación.
A raíz de la apertura del Concilio Vaticano II convocado por el papa Juan XXIII, Marcel Lefebvre empezó a enseñar su estable conflicto en relación a los nuevos caminos de modernización que parecía preparada para proseguir la Iglesia Católica. Se mostró partidario de la defensa a ultranza de la vieja ortodoxia, ideario que le impulsó, en medio de una discusión de los postulados conciliares, a fundar el Caetus internationalis patrum, donde próximamente contó con la adhesión de cuatrocientos cincuenta obispos que proceden de todos y cada uno de los puntos del mundo.
Empecinado en denegar la validez de los dieciséis pactos terminantes aprobados por los progenitores conciliares al término del Concilio Vaticano II (que, bajo el impulso del nuevo pontífice Pablo VI, había tomado rumbos aún mucho más progresistas que los que le imprimiera originariamente el desaparecido Juan XXIII), Marcel Lefebvre dimitió asimismo del generalato de su congregación en 1968 para fundar, un año después, la Hermandad Sacerdotal San Pío X, de este modo llamada en honor al papa Pío X (1903-1914). En el seminario de la Hermandad -con origen en la ciudad helvética de Ecône- comenzó a organizar curas por su cuenta, pese a la instantánea desautorización decretada sobre esto por el episcopado francés.
Advertido con seriedad desde Roma del carácter sacrílego de estas ordenaciones, se sostuvo en su empeño de proseguir creando ministros religiosos que renunciasen a las aprobaciones del Concilio Vaticano II y asumiesen su reaccionario bagaje ideológico. El vaticano le suspendió a divinis en 1976, fórmula del Derecho Canónico que implicaba su instantánea incapacidad para continuar dando el sacramento sacerdotal. Pero ahora por ese momento Marcel Lefebvre no reconocía la autoridad pontificia de Pablo VI, con lo que prosiguió invistiendo curas y propagando sus ritos primordialmente por Francia y Suiza, donde llegó a tener cerca de doscientos mil prosélitos, varios de los que se daban a conocer incondicionales de que Lefebvre fuera erigido Papa por los obispos de la Hermandad Sacerdotal San Pío X.
Marcel Lefebvre llegó a consagrar múltiples obispos a lo largo del papado de Juan Pablo II, quien dictó su determinante excomunión en 1988. Tres años después, la desaparición de Marcel Lefebvre y la novedosa situación mundial generada tras la caída del muro de Berlín (1989) propició la vertiginosa desmembración de entre los movimientos cismáticos mucho más retrógrados que habían conminado la unidad de la Iglesia Católica a lo largo del siglo XX (si bien, hoy en dia, la fraternidad prosigue contando con setenta iglesias que prosiguen festejando el rito eucarístico según sus preceptos, y con 4 seminarios en los que estudian unos trescientos seminaristas). A lo largo de su trayectoria, Marcel Lefebvre fue publicando sus postulados en distintas proyectos como Habla un obispo (1974), Yo acuso al Concilio (1976) y Carta abierta a los católicos perplejos (1985).
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