La historia del mundo está escrita por los hombres y mujeres queen el paso de los años, gracias a su forma de actuar, sus ideales, sus hallazgos o su arte; han hecho queel género humano, de un modo u otro,prospere.
Ya sea inspirando a otros seres humanos o formando parte de la acción. Manuel Vázquez Montalbán es uno de esos seres humanos cuya vida, en verdad, merece nuestro interés por el nivel de influencia que tuvo en la historia.Conocer la existencia de Manuel Vázquez Montalbán es conocer más sobre una época concreta de la historia del género humano.
Si has llegado hasta aquí es porque tienes conocimiento de la trascendencia que atesoró Manuel Vázquez Montalbán en la historia. El modo en que vivió y las cosas que hizo mientras permaneció en este mundo fue determinante no sólo para quienes frecuentaron a Manuel Vázquez Montalbán, sino que posiblemente produjo una señal mucho más insondable de lo que logremosfigurar en la vida de gente que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya jamás a Manuel Vázquez Montalbán de forma personal.Manuel Vázquez Montalbán ha sido una persona que, por algún motivo, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.
Apreciar las luces y las sombras de las personas destacadas como Manuel Vázquez Montalbán, personas que hacen girar y evolucionar al mundo, es algo básica para que seamos capaces de apreciar no sólo la vida de Manuel Vázquez Montalbán, sino la de todas aquellas personas que fueron inspiradas por Manuel Vázquez Montalbán, personas a quienes de de una u otra forma Manuel Vázquez Montalbán influyó, y sin duda, comprender y entender cómo fue vivir en la época y la sociedad en la que vivió Manuel Vázquez Montalbán.
(Barcelona, 1939 - Bangkok, 2003) Escritor y periodista español. Considerado entre los mucho más esenciales testimonios del final del franquismo y de la transición de españa, tal como entre las voces críticas mucho más respetadas del país, es creador de una vasta obra que incluye los géneros de la crónica periodística, la poesía, el ensayo y la novela.
Todos cuantos reconocen el papel de Vázquez Montalbán en la civilización de españa coincidieron en que hasta el objetivo de su historia se obstinó en ser leal a su Barcelona natal, a la que obsequió uno de sus panoramas literarios mucho más espesos y identificables, con rincones y individuos que charlan el «catalán bastardo» o el español mezclado con catalanismos de los distritos bajos; en esto, como en muchas otras cosas, se sostuvo leal a su origen, por el hecho de que era hijo ilícito de un gallego y exiliado republicano, Evaristo Vázquez, y de Rosa Montalbán, y había nacido el 14 de junio de 1939, poco tras el final de la Guerra Civil.
Entre la tarea periodística y literaria
A mediados de la década de los ochenta entró en el períodico El País como columnista. Allí, este trabajador muy rápido y también incansable, de curiosidad desbordante, mostró sus talentos de profesor en todos y cada uno de los géneros del periodismo, que había practicado desde los dieciocho años. Sólo que en este momento viajaba con soltura y conocía a los intelectuales, escritores y políticos mucho más predominantes.
Además de esto, añadió a las formas habituales, que practicaba como absolutamente nadie -viñeta, sátira, retrato o sátira-, enormes cuadernos de viaje que de cuando en cuando usó como material para su obra narrativa (tal es la situacion del Quinteto de Buenos Aires), al tiempo que en otras oportunidades sostuvo la composición y el tono del informe tradicional, como el del subcomandante Marcos de la guerrilla zapatista que efectuó en Chiapas.
A partir de 1979, tras la obtención del Premio Planeta por Los mares del Sur, ha podido «obtener tiempo para la literatura». Las 2 últimas décadas de su historia estuvieron marcadas por una facultativa y ambiciosa transformación de su trayectoria literaria. Ya no le bastaban la crónica o la novela negra. Ni tampoco la columna periodística. Sus novedosas novelas fueron mucho más peligrosas, mucho más ambiciosas y mucho más libres. Esta peculiar vertiente fue estrenada en 1985 con El pianista, una obra donde puso su talento y donde se tienen la posibilidad de leer varios de los pasajes mucho más emocionantes y reales de la peripecia de la Barcelona de los vencidos.
Y la continuó con Galíndez (1991) o la monumental Autobiografía del general Franco (1992), donde un viejo escritor recibe el encargo de redactar una seudoautobiografía del dictador Francisco Franco que explota para prestar su voz y su versión de la historia del tirano como contrapunto. Poco tiempo después emprendió otra pesquisa de afín alcance en el Quinteto de Buenos Aires, obra donde se preguntó por los resortes misterios del régimen argentino de Jorge Videla, responsable de la «desaparición» de multitud de contrarios entre 1976 y 1983.
Fueron aquéllos unos años de producción febril. Por ejemplo, en 1994 publicó Roldán, ni vivo ni fallecido; El estrangulador; Panfleto desde el mundo de los monos, y Pasionaria y los siete enanitos, aparte de comunicar una exclusiva novela de la serie policiaca interpretada por Pepe Carvalho, El premio, que aparecería en 1995.
Todo hacía sospechar que sostendría los cauces populares de sus diferentes líneas literarias. Pero en 2002, la novela Erec y Enide marcó un cambio extremista en su concepción del género. Por primera oportunidad, la fórmula mucho más famosa de sus cuentos, que incluía el devenir individual de individuos imaginarios y reales en un cuidadoso cañamazo histórico y popular, fue reemplazada por un relato de honda hermosura nostálgica, en el que usó un fundamento correspondiente al período artúrico para crear un mosaico de voces recientes que meditan sobre los vínculos cariñosos: en Erec y Enide se se relacionan los temas de la caída de la edad, el cariño y la compromiso de forma considerablemente más intimista y lírica que la frecuente en Vázquez Montalbán.
Proyección en todo el mundo
Tras conseguir el Premio Planeta, en 1979, recibió varios galardones en Cataluña, en España y en el extranjero (entre ellos, el Premio Nacional de Narrativa, el Premio Nacional de las Letras, el Premio de la Crítica de la vieja República Federal de Alemania, el Premio Recalmare de Italia), y se transformó en un creador de culto para los que leen de novela negra de Francia y también Italia, más que nada. Era frecuente ver sus novelas de Pepe Carvalho en las considerables librerías de europa.
Pero Vázquez Montalbán ignoraba el reposo. Entre los años 1989 y 2000 fue sometido a múltiples operaciones del corazón (se le habían implementado 4 bypass), lo que no le impedía continuar dietas severísimas, bajar de peso veinte quilos y regresar a engordar con insólita celeridad, algo que llevaba realizando desde bastante hace un tiempo.
Mientras se afianzaba su popularidad en el campo europeo, prosiguió participando en varias antologías de recetas, canciones, fotografías, la memoria viva de la España franquista y posfranquista, etcétera. Asimismo, puede decirse que parte importante de los cuentos sobre la transición de españa fueron obra suya. Vázquez Montalbán retrató a todos y cada uno de los actores de ese periodo mientras que los hechos tuvieron rincón, y volvió a llevarlo a cabo en la celebración de los diferentes aniversarios: la desaparición del general Franco, la Constitución, la Generalitat catalana, el «tejerazo».
Tenía una capacidad única para regresar sobre los individuos y conocer en ellos alguna nota ignota. Y los pintó a todos, desde el rey Juan Carlos I hasta Jordi Pujol, pasando por Josep Tarradellas, Adolfo Suárez o Felipe González. Pero asimismo retrató las anónimas sensibilidades colectivas de la España de la transición, cuyo repertorio mucho más excelente y completo se le debe indudablemente.
No obstante, no le bastaron ni el trabajo de cronista ni el de historiador ni el de novelista. Había otro mucho más amado: el de poeta. Lector reverente de Luis Cernuda, Gabriel Ferrater o Jaime Gil de Biedma, su abundante producción poética, iniciada en la época de los años sesenta con Una educación sentimental (1967) y reunida en distintas entregas durante su historia, exhibe la continuidad de determinadas líneas personalísimas, como una enorme elegancia y atención a la experiencia popular y un oído muy fino frente a las demandas de la tradición, cuyas cuerdas mucho más sensibles y también originales alteró y incrementó.
Murió como consecuencia de un infarto masivo en el campo de aviación de Bangkok (Tailandia), en la medianoche del 17 de octubre de 2003. Estaba solo, realizando una escala tras una da un giro donde había dado en Australia y Nueva Zelanda una sucesión de charlas sobre la novela policiaca de españa, la relación entre historia y literatura o el papel de la literatura y de los escritores en la construcción de la región democrática. Según los presentes, nada se ha podido llevar a cabo para salvarle la vida.
Días después, en Barcelona, sus restos fatales fueron recibidos por su viuda, Anna Sallès, y su hijo, Daniel, aparte de su íntimo amigo, el dirigente y diputado comunista Rafael Ribó. Junto con los restos llegaron las galeradas de Milenio, la última de sus novelas protagonizadas por Pepe Carvalho, que llevaba consigo y corregía mientras que iba de da un giro.
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Indudablemente conocer en profundidad a Manuel Vázquez Montalbán es algo que está reservado a un grupo limitado de personas, y que pretender recomponer quién fue y cómo fue la vida de Manuel Vázquez Montalbán es una suerte de puzzleque tal vez podamos rehacer si colaboramos todos en conjunto.
Debido a esto, si eres de esas personas que confían en que colaborando existen posibilidades de hacer algo mejor, y conservas información sobre la biografía de Manuel Vázquez Montalbán, o sobre algún peculiaridad de su persona u creación que no se contemple en esta biografía, te pedimos que nos lo hagas llegar.
Las sutilezas y las peculiaridades que llenan nuestras vidas son decididamente imprescindibles, ya que marcan la diferencia, y en el tema de la vida de una persona como Manuel Vázquez Montalbán, que detentó su trascendencia en una época concreta, es vital tratar de mostrar una perspectiva de su persona, vida y personalidad lo más exacta posible.
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