Las biografías y las vidas de personas que, como Manuel Quintana, seducen nuestra atención, tienen que servirnos siempre como referencia y reflexión para conferir un marco y un contexto a otra sociedad y otra etapa de la historia que no son las nuestras. Intentar entender la biografía de Manuel Quintana, porqué Manuel Quintana vivió de la forma en que lo hizo y actuó de la forma en que lo hizo durante su vida, es algo que nos impulsará por un lado a entender mejor el alma del ser humano, y por el otro, la manera en que avanza, de forma inevitable, la historia.
(Buenos Aires, 1835 - 1906) Político argentino que fue presidente de la República de argentina desde 1904 hasta su muerte. Era nieto del héroe de la independencia argentina, Francisco Bruno de la Quintana. Estudió Derecho en la capacitad de Universidad de Buenos Aires, donde años después fue decano y ocupó la cátedra de Derecho Civil.
Comenzó su trayectoria política como diputado provincial. Fue escogido múltiples ocasiones senador y diputado por la provincia de Buenos Aires. En 1870 ocupó la presidencia de la Asamblea Constituyente; entre 1878 y 1880 encabezó el Congreso. Junto a Roque Sáenz Peña encabezó en 1888 la delegación argentina que asistió al Congreso Sudamericano de Derecho Privado festejado en Montevideo, y por año siguiente asistió a la Primera Conferencia Panamericana que sucedió en Washington D.C. Allí luchó por la igualdad de los Estados, por el principio de no intervención y por el cuidado de la soberanía de las naciones. Fue uno de los más importantes impulsores de la elaboración de un plan de arbitraje para las Américas, lo que provocó que Argentina fuera considerada como la nación triunfante en la Conferencia.
Ocupó en 1892 en el transcurso de un corto periodo tiempo la cartera de Interior en el gobierno de Sáenz Peña, pero abandonó el cargo para retirarse de la vida política. Tuvo que regresar al ministerio de Interior en 1893 para terminar a una sublevación militar que se había extendido por las provincias de Tucumán, Santiago del Estero y Santa Fe. La dura política que ejercitó sobre las provincias rebeldes logró que fuera criticado por los radicales y otros partidos de la oposición, con lo que se decidió nuevamente a retirarse de la vida pública. Volvió nuevamente al Parlamento en 1903.
En 1904 fue el candidato de la oligarquía estanciera y del Partido de Nacional del presidente Roca a las selecciones de presidentes, donde fue escogido como el mucho más prominente magistrado de Argentina. En su alegato de investidura, el 12 de octubre de 1904, trató de desmarcarse de la predominación de Roca. Su gabinete estuvo conformado por Rafael Castillo en el ministerio de Interior, Carlos Rodríguez Carreta en Relaciones Exteriores, José Antonio Terry en Hacienda, Joaquín González en Justicia, Enrique Godoy en Guerra, Juan Martín en Marina, Emilio Frers en Agricultura y Adolfo Orma en Obras Públicas.
Su ascenso provocó una fuerte contestación popular promovida por los campos políticos de izquierda, más que nada a causa de la aprobación de la ley laboral, que consideraban que dañaba los intereses de los trabajadores. Lanzó un plan para la reactivación económica de argentina, cosa que logró, y el país empezó a vivir una temporada de prosperidad que se extendió hasta 1912. Para acrecentar la población duplicó el numero de inmigrantes que eran admitidos en el país. Quintana inició la ampliación de Bahía Blanca; creó entonces, a través de un decreto, la Universidad Nacional de la Plata.
Para eludir la victoria de la oposición en futuras selecciones derogó la ley electoral aprobada a lo largo del gobierno de Roca y asimismo la que dividía al país en circunscripciones. El 4 de febrero de 1905 reventó en Buenos Aires una revuelta promovida por entre los creadores de la Unión Cívica Radical, Hipólito Yrigoyen. Poco a poco, la rebelión, cuyo cerebro militar era el comandante Daniel Fernández, se extendió velozmente a las provincias de Mendoza, Santa Fe y Córdoba. La reacción de Quintana fue rápida. Consiguió terminar al alzamiento en Buenos Aires y envió al ejército contra los rebelados en Mendoza y Córdoba.
Los rebeldes que estaban en Córdoba raptaron al vicepresidente Figueroa Alcorta y al gobernador de la provincia Vicente Olmos. Para hacer su liberación, el presidente les debía entregar la amnistía general; en caso contrario colocarían al vicepresidente en primera línea de fuego. Quintana se negó enérgicamente y los rebeldes terminaron por rendirse, con lo que se restituyó la paz en el país. Sin embargo, las presiones de la oposición siguieron hasta el momento en que se causó su fallecimiento el 12 de marzo de 1906, 4 años antes que finalizase su orden. Fue sustituido por el vicepresidente Figueroa Alcorta.
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