Manuel Pertegaz

Ya sea inspirando a otros o formando parte de la acción. Manuel Pertegaz es uno de esos seres humanos cuya vida, en verdad, merece nuestro interés por el nivel de influencia que tuvo en la historia.Comprender la existencia de Manuel Pertegaz es comprender más acerca de un periodo concreto de la historia del género humano.

Comprender las luces y las sombras de las personas significativas como Manuel Pertegaz, personas que hacen rodar y cambiar al mundo, es una cosa fundamental para que podamos apreciar no sólo la vida de Manuel Pertegaz, sino la de toda aquellas gentes que fueron inspiradas por Manuel Pertegaz, personas a quienes de un modo u otro Manuel Pertegaz influyó, y sin duda, entender y comprender cómo fue vivir en el momento de la historia y la sociedad en la que vivió Manuel Pertegaz.

Las biografías y las vidas de personas que, como Manuel Pertegaz, atraen nuestro interés, tienen que servirnos en todo momento como punto de referencia y reflexión para conferir un marco y un contexto a otra sociedad y otra etapa de la historia que no son las nuestras. Intentar entender la biografía de Manuel Pertegaz, el motivo por el cual Manuel Pertegaz vivió del modo en que lo hizo y actuó de la forma en que lo hizo en su vida, es algo que nos impulsará por un lado a comprender mejor el alma del ser humano, y por el otro, el modo en que avanza, de forma inevitable, la historia.

Vida y Biografía de Manuel Pertegaz

(Olba, Teruel, 1917 - Barcelona, 2014) Modisto español. La fecha precisa del nacimiento de Manuel Pertegaz Ibáñez no se sabe. Sólo se conoce que nació en la desconocida villa turolense de Olba, a unos sesenta km de la ciudad más importante. Unos ubican el año de su nacimiento en 1917, y otros, en 1918, en el seno de una humilde familia de campesinos.

Cuando Manuel tenía diez años, su familia se trasladó a Barcelona, en pos de una mejor vida. En la Ciudad Condal, el pequeño Pertegaz entró a trabajar como chaval de los recados en una tienda de la calle del Carmen, pero solo un par de años después entró como aprendiz en el taller de sastrería Angulo, donde se abrió una sección de mujer.

Cierto día, había que finalizar el abrigo de una clienta y se habían ido todos y cada uno de los usados. Manuel se dedicaba a los trajes masculinos, pero ni corto ni perezoso, le ha dicho al dueño: «Yo lo hago». Y cortó y cosió con acierto un trozo de lona negra para realizar el abrigo, que agradó a la interesada. Fue en el momento en que descubrió que lo que le atraía era el planeta de la tendencia femenina y, aún joven, comenzó a entrenar a solas para las mujeres y amigas de su familia.

De aprendiz de sastre a la alta costura

En 1942 se independizó y abrió su primera casa de alta costura, con su nombre, en el entresuelo de un edificio de la avenida Diagonal, donde aquel mismo año presentó su primera compilación, caracterizada por una palabra que le agrada bastante, distinción, y, además de esto, singularidad, en una temporada marcada por el aislamiento en todo el mundo de España. «La distinción del cisne», como agrada llamarla, y que para Pertegaz encarnó como absolutamente nadie Audrey Hepburn, a quien conoció por medio de otra de sus amigas incondicionales, la condesa de Romanones.

Su éxito en Barcelona le impulsó a abrir casa en Madrid en 1948, en la calle Hermosilla esquina con Velázquez. En 1954 efectuó su primer viaje a Estados Unidos, donde sus trajes comenzaron a venderse en las mejores tiendas de Nueva York, Boston, Atlanta y Filadelfia. Aquel mismo año recibió el «Oscar de la Costura» de la Universidad de Harvard.

En 1957 Pertegaz, tras haber movido su lugar madrileño al recorrido de la Castellana, se halló en una bifurcación. Sus trajes se exportaban ahora a Gran Bretaña, Suiza y Canadá. Presentó además de esto sus compilaciones en El Cairo, Venecia, Londres, Santiago de Chile y Copenhague. Estaba en racha y se codeaba con las considerables figuras de la temporada: Christian Dior, Coco Chanel y Cristóbal Balenciaga.

De próximamente murió Christian Dior, y Pertegaz fue propuesto para hacerse cargo de la firma parisiense. Dudó solamente unos momentos. Rechazó la oferta y aseguró que deseaba mantenerse leal a la alta costura de españa. Acertó, pues las damas de la alta burguesía catalana y las de la aristocracia domiciliada en Madrid dejaron de encargar sus trajes en París para confiar en el talento de Pertegaz, que con los años tendría unas 2 mil clientas fijas, para todos los que, aparte del vestido, diseñaba los complementos correctos: zapatos, pamelas, sombreros de día y a la noche, tocados, bisutería...

Los enormes años de Pertegaz

La década de los sesenta, tras recibir en 1958 la Medalla de Oro en una exposición en El Cairo, fue la de su enorme eclosión: en 1960 asistió con sonado éxito, al lado de Valentino y Pierre Cardin, a la primera Gala de la Moda Europea conmemorada en México y, en 1964, a la Feria Universal de Nueva York, donde los críticos recalcaron sus producciones por su singularidad y por una línea que no copiaba a los otros sastres afamados de la temporada.

No en balde era Pertegaz un precursor y un constructor al que jamás le interesó continuar la corriente. Procuró siempre y en todo momento sublevarse y no caer en lo que él llamaba el «traje de la tendencia»: «Siempre y en todo momento he planeado que lo que hay que realizar es realizar el modelo para el cuerpo y no que el cuerpo se ajuste al modelo. La distinción es algo que emite de la persona, pero quien se atavía con uno de mis vestidos, tiene bastante ganado».

En 1965 apareció el primero de sus tres perfumes, Diagonal, el primero asimismo firmado por un sastre español de proyección en todo el mundo. En esos años inauguró cinco boutiques en España, y tras recibir en 1968 la Medalla de Oro de la Ciudad de Nueva Orleans, por año siguiente trasladó nuevamente sus talleres de Madrid, en esta ocasión a un palacete en el Viso, pues los precedentes se habían quedado pequeños, ya que entre Barcelona y Madrid contaba ahora con 700 especialistas usados. Como conclusión por fin de la década presentó sus producciones a solas en Nueva York, y en España fue nombrado Comendador de la Real Orden de Isabel la Católica.

En 1970 se impuso el prêt-à-porter, al que Pertegaz se amoldó de manera fácil, sin despreciar la alta costura. Diseñó entonces su primera compilación de boutique, que presentó en la Gala de España, con Joan Crawford como convidada de honor. Aquel año fue nombrado «Esencial» de la Ciudad de Barcelona. En 1972 participó en la Semana de la Moda de Munich y en la Interchic de Berlín, donde se le concedió la Medalla de Oro de la región.

Para entonces, la imagen de este hombre diminuto, inquieto y afable ahora era famosa por todas partes, y sus modelos eran inconfundibles. No paraba de recibir premios: Cruz de Caballero de San Jorge (1973) o Premio Galena (1974), que recibió nuevamente en 1975, año en que creó el perfume Muy Pertegaz, pero que quedó marcado por el cierre de sus talleres en Madrid, mientras que los talleres de prêt-à-porter y de complementos seguían en Barcelona.

En 1980 fue invitado por el gobierno japonés a la Cámara de la Moda y por el mexicano con ocasión de la inauguración de un nuevo Palacio de Hierro. Incansable, este artista, que continuaría toda su historia soltero, trabajaba sin reposo. En 1982 presentó su tercer perfume, Pertegaz Sport.

A lo largo de esa década, si bien proseguía vistiendo a las mucho más esenciales damas y actrices de la temporada, pareció remitir en sus visualizaciones públicas, pero en 1992 fue el responsable de vestir a la top model Pat Cleveland como «Dama del Paraguas», con ocasión de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Barcelona, cuyos organizadores le concedieron la Peseta de Oro como agradecimiento a su colaboración. De nuevo comenzó a ser distinguido con reputados galardones: Medalla de Oro de la Universidad Complutense de Madrid (1973) y Medalla del Fomento de las Artes Decorativas (1974).

Una retrospectiva y un encargo particular

En 1997, inesperadamente, comenzó en la tendencia masculina con una primera compilación que ocasionó encontronazo. En 1998 cerró el desfile de tendencia que se presentó en la Expo de Lisboa y el Ayuntamiento de Barcelona le concedió la Medalla de Oro al Mérito Artístico. Al año siguiente Juan Carlos I y la reina Sofía le entregaron la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes, en Santiago de Compostela; por su amistad con la reina, fue entre los galardones que mucho más apreció.

A principios de febrero, antes de diseñar el traje de doña Letizia, Pertegaz recibió el mayor homenaje que se le puede dar a un sastre, algo que no lograron, pese a sus solicitudes, Balenciaga o Rabanne: una retrospectiva de sus producciones en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS), como reivindicación de la relevancia de entre los sastres mucho más cotizados de la alta costura en todo el mundo en las décadas de los sesenta y setenta. Dedicar mucho más de setenta años al avance de un trabajo es un talento que no está disponible para todos, más que nada en un planeta tan efímero como el de la tendencia.

En 2004 remataba su dilatada carrera al recibir el encargo de diseñar y armar el traje de novia de doña Letizia Ortiz, prometida del príncipe Felipe, que en 2014 empezaría su reinado como Felipe VI de España. Pertegaz, pese a su avanzada edad, tuvo el presentimiento de que sería escogido para armar el traje de novia de la futura reina de España, un colofón indiscutible para una carrera tan dilatada, pero asimismo un reto, por el hecho de que el traje de doña Letizia se transformó en una cuestión de Estado.

Pero este tenaz diseñador, que ha vestido a mujeres como la reina Sofía en el momento en que era princesa, la duquesa de Badajoz, Bibis Salisachs de Samaranch -a quien consideraba su musa-, Silvia Coca, Aline Griffith de Romanones, Carmen Polo, Carmen Franco, Ava Gardner, Audrey Hepburn, Jackie Kennedy y un muy largo etcétera, no se atemorizó por tamaño encargo: «A cualquier diseñador le hubiera ilusionado realizar el traje, pues Letizia es atractiva y tiene un bonito cuerpo». Por ello, seguro de sí, aseveró: «Este traje va a pasar a la posteridad». Y de esta manera fué.

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Indudablemente llegar a comprender a Manuel Pertegaz es algo que se reserva a escasas personas, y que tratar de reconstruir quién fue y cómo fue la vida de Manuel Pertegaz es una especie de rompecabezasque posiblemente lleguemos a rehacer si contribuimos juntos.

Por esta razón, si eres de aquellos que creen en que de forma cooperativa es posible elaborar algo mejor, y posees información sobre la vida de Manuel Pertegaz, o en relación con algún faceta de su persona u creación que no hayamos observado en esta biografía, te solicitamos que nos lo hagas llegar.

Los matices y las sutilezas que ocupan nuestras vidas son decididamente fundamentales, ya que perfilan la diversidad, y en la ocasión de la vida de un ser como Manuel Pertegaz, que tuvo su relevancia en un momento concreto de la historia, es indispensable tratar de ofrecer una visión de su persona, vida y personalidad lo más precisa posible.

Sin dudarlo, contacta con nosotros para referirnos qué sabes en relación con Manuel Pertegaz. Estaremos complacidos de poder completar esta biografía con más información.