Conocer lo bueno y lo malo de las personas relevantes como Manuel Ortiz Guerrero, personas que hacen rodar y cambiar al mundo, es una cosa sustancial para que podamos apreciar no sólo la existencia de Manuel Ortiz Guerrero, sino la de toda aquellas gentes que fueron inspiradas por Manuel Ortiz Guerrero, personas a quienes de un modo u otro Manuel Ortiz Guerrero influyó, y desde luego, entender y comprender cómo fue vivir en el momento de la historia y la sociedad en la que vivió Manuel Ortiz Guerrero.
(Villarrica, Guairá, 1897 - 1933) Escritor paraguayo, entre los pocos representantes del modernismo en este país. Hijo de Vicente Ortiz, juez de campaña, y Susana Guerrero, que murió tras el parto, fue criado por la abuela. Siendo muy joven se unió a su padre para formar parte en la revolución de 1912. Al ser vencidas las fuerzas revolucionarias, merodeó con él por las selvas de Mato Grosso (Brasil), donde contrajo el beri-beri, la antesala del mal que después lo llevaría a una vida apartada y solitaria: la lepra.
Su patología, que ensombreció su historia popular, si bien no su producción literaria, hace aparición múltiples ocasiones en sus versos. Mucho antes había viajado a Asunción para llenar la secundaria en el Colegio Nacional. Allí adquirió la popularidad de orador y recitador, y vivió un prolífico periodo de bohemia escribiendo para los diarios y ciertas gacetas literarias. Su obra en español recibió las influencias de Rubén Darío, si bien sus mejores trabajos los escribió en guaraní. Algunos versos alternan los dos lenguajes. Su estilo no fue traje.
Al manifestarse su patología, decidió regresar a Villarrica, donde se encerró a vivir con enorme dignidad sin soliciar o admitir la asistencia de absolutamente nadie. Dejó de salir a la calle a lo largo del día, de allí que en las representaciones de su persona siempre y en todo momento apareció completamente cubierto por una enorme cubierta negra y un sombrero de alas muy anchas. Compró una imprenta y también instaló su editorial, Zurucuá-Editoral Paraguaya, que manejaba con su compañera, Daidamia, merced a la que recobró la alegría de vivir.
En ella editaba libros y vivía de los talonarios de recibos, notas de venta y facturas que componía y también imprimía. Algunas de sus proyectos son la comedia en un acto Eireté (1921), el poema Surgente (1922) y El delito de Tintatila (1926), catástrofe en tres actos. También incursionó en la sátira política. Sus Obras Completas (1952) revelan un fuerte deber popular. Por otra sección, varios de sus versos fueron incorporados como letras de canciones: Nde rendápe ayú (Vengo a tu acercamiento), Panambí Verá, India, con música de José Asunción Flores. Editó la gaceta La Órbita.
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