Manuel Isidoro Belzú

Las biografías y las vidas de personas que, como Manuel Isidoro Belzú, seducen nuestra curiosidad, deben ayudarnos en todo momento como referencia y reflexión para ofrecer un marco y un contexto a otra sociedad y otra etapa de la historia que no son las nuestras. Tratar de comprender la biografía de Manuel Isidoro Belzú, el motivo por el cual Manuel Isidoro Belzú vivió de la forma en que lo hizo y actuó del modo en que lo hizo durante su vida, es algo que nos impulsará por un lado a entender mejor el alma del ser humano, y por el otro, la manera en que se mueve, de forma inexorable, la historia.

Vida y Biografía de Manuel Isidoro Belzú

(La Paz, 1808-id., 1865) Militar y político boliviano que fue presidente de Bolivia entre 1848 y 1855. Utilizó sus humildes orígenes para enardecer los ánimos de los indios y los mestizos contra la oligarquía criolla y de este modo allanar el sendero a la presidencia. Su gobierno se caracterizó por los múltiples sobresaltos, ya que eran varios los que anhelaban derrocarle. Después de sofocar mucho más de 40 alzamientos, decidió renunciar en 1855. Le sucedió su yerno, Jorge Córdoba, a quien Belzú impuso en la presidencia. Entretanto, se retiró a Europa, donde vivió en la mitad del lujo mucho más fastuoso a lo largo de diez años. Cuando regresó a su país, los indios de La Paz se rebelaron en su favor. Belzú entró en la localidad tras vencer a Mariano Melgarejo, pero fue fallecido por este en el palacio presidencial.

Nativo de el seno de una humilde familia, Manuel Isidoro Belzú efectuó sus primeros estudios en la escuela de los frailes franciscanos, de la que se escapó siendo un jóven para incorporarse a los ejércitos patriotas en la guerra de Zepita. Su refulgente accionar le valió ser nombrado ayudante del general Agustín Gamarra, a quien abandonó en el momento en que el ejército peruano invadió el territorio boliviano en 1828. De regreso a su patria, se alistó en el batallón primero de Bolivia y se le asignó como destino la ciudad de Cobija, en la zona Litoral, de donde escapó, para entonces ser recluído en la fortaleza de Oruro.

Más tarde, el general Ballivián lo destinó a Tarija, donde conoció a su futura mujer, la argentina Juana Manuela Gorriti, una mujer cultivada, apasionada a las letras y a las artes, con la que tendría 2 hijas: Edelmira y Mercedes. Manuel Isidoro Belzú tuvo una señalada actuación en la guerra de Ingavi, que le valió el ascenso al rango de coronel. Asimismo, fue un señalado participante en los hechos militares del periodo de la Confederación.

Un hecho de corte personal desempeñó un papel señalado en el curso de la carrera política de Belzú. En efecto, en determinada ocasión, al regresar a su casa de Oruro halló en ella a su amigo, el general José Ballivián, cortejando a su mujer. La indignación le llevó a disparar contra Ballivián, pero no logró terminar con su historia. Este hecho marcó el comienzo de una tremenda enemistad entre los dos hombres. De inmediato, el coronel Belzú se puso bajo el mando del presidente José Miguel de Velasco, que lo nombró ministro de Guerra. Más tarde, Belzú se encaró a Velasco y lo venció en la guerra de Yamparáez.

A partir de entonces, Belzú se convirtió en un enemigo proclamado de las clases dominantes de Bolivia, particularmente de Ballivián y sus fieles. Gobernó entre 1848 y 1855 y su administración se caracterizó por el gran acompañamiento que le dieron las masas populares, lo que encendió aún mucho más la oposición de los ámbitos dominantes, como lo revela visto que su gobierno debió confrontar con mucho más de 40 intentos y subversiones en distintas distritos del país.

A pesar de la inestabilidad a nivel político que caracterizó ese periodo de la historia boliviana, resalta en su obra de gobierno la revisión de los códigos Penal, Civil y de Procedimiento, y la reforma de los símbolos nacionales a través de la Ley del Congreso del 5 de noviembre de 1851, que establecía los tonos del pabellón nacional (colorado, amarillo y verde). Agotado por las permanentes luchas y combates, renunció al poder frente al Congreso Nacional, que rechazó su dimisión, con lo que se vio obligado a convocar selecciones el 1 de mayo de 1855.

Al finalizar su gobierno, Belzú viajó a Europa en misión diplomática. A finales de 1864 regresó nuevamente a Bolivia, en el instante en que Mariano Melgarejo se encontraba a puntito de hacerse con el poder. La población indígena y mestiza, al saber el regreso de Belzú, se rebeló en favor de el, y logró vencer a Melgarejo en el campo de guerra. Sin embargo, utilizando la confusión, Melgarejo logró ingresar en el palacio presidencial y matar a Belzú.

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