Manuel II de Portugal

La historia de las civilizaciones la narran aquellos hombres y mujeres queen el paso de los años, gracias a sus obras, sus pensamientos, sus creaciones o su talento; han hecho queel mundo, de una forma u otra,prospere.

Las biografías y las vidas de personas que, como Manuel II de Portugal, atraen nuestra atención, deben valernos siempre como punto de referencia y reflexión para ofrecer un marco y un contexto a otra sociedad y otra época de la historia que no son las nuestras. Tratar de entender la biografía de Manuel II de Portugal, el motivo por qué Manuel II de Portugal vivió como lo hizo y actuó del modo en que lo hizo durante su vida, es algo que nos ayudará por un lado a conocer mejor el alma del ser humano, y por el otro, la manera en que se mueve, de forma inexorable, la historia.

Vida y Biografía de Manuel II de Portugal

(Lisboa, 1889 - Twickenham, 1932) Último rey de Portugal. Reinó solo a lo largo de un par de años (1908-1910), año en se proclamó la República de Portugal. Perteneciente a la dinastía de Braganza, fue hijo segundo de Carlos I de Portugal y de Amelia de Orleáns. Comenzó sus estudios bajo la dirección del instructor alemán Franz Kerausch. El príncipe Manuel acompañó a su madre y a su hermano Luis Felipe en 1903, en un periplo que incluyó Jerusalén, Egipto y Grecia. Recibió una educación militar desde temprana edad, sentando plaza de aspirante a la marina en 1904 y también empezando un curso en la Escuela Naval tres años después.

En 1908, siendo duque de Beja, se transformó en rey de Portugal, una vez que un atentado anarquista en Lisboa se cobrase las vidas de su padre y de su hermano el heredero (1 de febrero), resultando herido nuestro Manuel. La muerte de Carlos trajo la caída del régimen dictatorial de Joao Franco, que había sido sostenido por el fallecido monarca. El 3 de febrero Manuel II encargó al almirante Ferreira do Amaral que formase un nuevo gobierno, en el que se integraron representantes de las primordiales fuerzas políticas del país, y efectuó una proclama donde manifestó su intención de sostener una recia observación de la Constitución.

Se declaró una amnistía para los presos políticos y se convocaron selecciones para el 5 de abril. Durante la celebración de exactamente las mismas se generaron graves altercados en Lisboa entre la guarda municipal y el pueblo, en el que fallecieron catorce personas y fueron lesiones mucho más de cien; ésta era solo entre las manifestaciones del apogeo que en aquella época experimentó el movimiento republicano en Portugal, empujado por la asociación segrega "Carbonária", que acentuó la publicidad republicana; al tiempo se desarrollaron las intrigas y combates personales entre los políticos de los partidos monárquicos. El resultado de las selecciones tampoco dejó inquietudes, siendo seleccionados al Parlamento múltiples miembros del congreso de los diputados de ideología republicana y ganando los republicanos las selecciones municipales de Lisboa.

Manuel II fue coronado en Lisboa el 6 de mayo de 1908 y de ahora en adelante se dedicó a los temas del Estado, no dejando de ayudar a ninguna de las asambleas del Consejo. El primordial inconveniente de adentro a que debió confrontar el joven rey fue el derivado del escándalo financiero en torno al monopolio del azúcar y del alcohol en la isla de Madeira, en el que estaban implicados individuos muy cercanos al rey.

En noviembre Manuel efectuó una visitas programadas por el país, recorriendo Oporto, Braga, Viana do Castelo, Guimares, Santo Tirso y otros sitios, visitando factorías y sosteniendo contactos con los socialistas. En diciembre cayó el gobierno de Ferreira do Amaral y fue sustituido por el del regeneracionista Campos Henriques, que ejercitó una férrea defensa de la monarquía. Entretanto el rey se interesó en temas sociales, que discutió con el presidente del Consejo.

En febrero de 1909 Manuel II sostuvo un acercamiento con el monarca español Alfonso XIII en Vila Viçosa, lo que desencadenó las manifestaciones de un poco a poco más extenso campo republicano. El combate entre monárquicos y republicanos se reflejaba en las tumultuosas sesiones parlamentarias y en la caída de Campos Henriques y su substitución por Sebastiao Teeles, Venceslao de Lima y Veiga Beirao, consecutivamente. Comenzaron a generarse asaltos contra la Compañía de Jesús. En noviembre el rey efectuó viajes oficiales a España y también Inglaterra, entrevistándose con sus propios reyes; en Windosr, donde la meta era entablar una coalición con los ingleses para amparar el precario trono, fue condecorado con la Orden de la Jarretera.

En las selecciones en general del 28 de agosto de 1910, la representación republicana se duplicó; el 3 de octubre del mismo año reventó en Lisboa una revolución republicana. Ante el riesgo, Manuel dejó Lisboa y embarcó en el Amélia con rumbo a Ericeira. La República fue proclamada el 6 de octubre y el rey viajó a Oporto, donde aguardó la llegada de la familia real. Después navegaron hacia Gibraltar, siendo recibidos con todos y cada uno de los honores por orden del gobierno británico. A mediados de octubre viajaron hasta Plymouth y desde allí a Woodorton, palacio del duque de Orleáns, para por último establecerse en Richmond.

El 13 de noviembre de 1913 Manuel II casó con la princesa Augusta Victoria de Hohenzollern y los dos fijaron su vivienda en Twickenham. El depuesto rey jugó un papel primordial para lograr que su país entrara en la Primera Guerra Mundial del lado de los socios. Durante su estancia en Twickenham dedicó su tiempo al disfrute de la música (llegó a ser un óptimo organista) y al estudio de la literatura. Mantuvo recurrente correo con los doctores Jose Maria Rodrigues y Antonio Baiao, manifestando un enorme interés por la crónica de la literatura portuguesa. Escribió un tratado sobre libros viejos que se titula Livros Antigos Portugueses, 1489-1600, Da Biblioteca de Sua Majestade Fidelíssima, descritos por S. M. El-Rey, anunciado en Cambridge. Murió gracias a un edema de garganta, sin dejar descendencia. Sus restos fatales fueron trasladados a Portugal, donde fueron sepultados con un impresionante funeral.

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