La historia de la civilización la narran aquellas personas quea lo largo del tiempo, gracias a su proceder, sus ideas, sus innovaciones o su ingenio; han hecho quela sociedad, de un modo u otro,prospere.
Ya sea inspirando a más seres humanos o siendo una pieza esencial de la acción. Manuel García Prieto es una de esas personas cuya vida, en verdad, merece nuestro interés por el grado de influencia que tuvo en la historia.Conocer la vida de Manuel García Prieto es conocer más acerca de época determinada de la historia de la humanidad.
Las biografías y las vidas de personas que, como Manuel García Prieto, seducen nuestro interés, tienen que ayudarnos en todo momento como referencia y reflexión para proponer un marco y un contexto a otra sociedad y otra etapa de la historia que no son las nuestras. Hacer un esfuerzo por comprender la biografía de Manuel García Prieto, el motivo por qué Manuel García Prieto vivió como lo hizo y actuó del modo en que lo hizo en su vida, es algo que nos impulsará por un lado a vislumbrar mejor el alma del ser humano, y por el otro, el modo en que avanza, de forma inexorable, la historia.
Vida y Biografía de Manuel García Prieto
(Astorga, 1859 - San Sebastián, 1938) Jurisconsulto y político español, integrante del Partido Liberal. Tras finalizar sus estudios de derecho, Manuel García Prieto ingresó en el Cuerpo Jurídico Militar, que abandonaría poco después para ocuparse de lleno a la práctica de la abogacía. Trabajó en el bufete del liberal Eugenio Montero Ríos, con el que se encontraba unido por profundos nudos de amistad, ideología e inclusive familiares, puesto que se casó con una hija de este.
Su primera incursión en la política data de 1888, en el momento en que logró un acta de diputado por su localidad natal. Su importancia pública fue medrando pausadamente hasta 1897, año en que fue nombrado subsecretario de lo contencioso del Estado, y después subsecretario de Ultramar. A la desaparición de Práxedes Mateo Sagasta, la jefatura del Partido Liberal recayó en Montero Ríos. Cuando en 1905 este último formó gobierno, García Prieto ocupó el ministerio de la Gobernación, cargo que abandonó en el mes de diciembre del mismo año para hacerse cargo de la cartera de Justicia en el gabinete de Segismundo Moret.
A su paso por este ministerio, García Prieto creó las colonias penitenciarias de la Escuela de Criminología y rehabilitó el Tribunal Supremo. Finalmente, por año siguiente dimitió de su cargo del ministerio por no predominar en el Consejo de Ministros su opinión contraria a la Ley de Jurisdicciones. En el año 1906 volvió a ocupar un ministerio, el de Fomento, bajo el gobierno del general López Domínguez, cargo que repitió en 1910, con José Canalejas como presidente.
En esta novedosa etapa del ministerio, Manuel García Prieto hizo en 1911 las negociaciones y forma del Tratado Hispano-Marroquí, por el que se estableció el protectorado español sobre una parte del territorio de Marruecos, aparte de rematar exitosamente otro tratado con Francia en 1912, por el que los dos países se repartieron sus respectivas áreas de predominación sobre el país magrebí. Como reconocimiento a su señalada tarea diplomática, García Prieto recibió el título de marqués de Alhucemas y la dignidad de Grande de España. También logró que las repúblicas latinoamericanas estuviesen representadas en el Tribunal Interior de Justicia, con origen en La Haya. Tras el homicidio de Canalejas, García Prieto ocupó un par de días, de manera transitoria, la presidencia del gobierno.
En 1913 se causó una escisión en el seno del Partido Liberal. Manuel García Prieto quedó como jefe del campo que se declaraba heredero de la política de Sagasta, y creó el Partido Liberal Democrático, en oposición a la otra facción, encabezada por el conde de Romanones. Al empezar la I Guerra Mundial, García Prieto fue partidario de adoptar una posición no beligerante y neutral. Ese mismo año fue escogido presidente del Senado y reagrupó de nuevo en su partido a todas y cada una de las fuerzas liberales. En el año 1917 formó gobierno, que duró poco tiempo por la decidida oposición que halló en las Juntas de Defensa, con las que no transigía.
En noviembre de ese año, tras la crisis del mes de octubre del gabinete de Eduardo Dato, formó un nuevo gobierno que fue verdaderamente el primero de concentración de la monarquía alfonsina. En mayo de 1918 se causó una exclusiva crisis del gobierno y fue sustituido en la presidencia por Antonio Maura; García Prieto pasó a ocupar la cartera de Gobernación. Nuevamente formó gobierno a lo largo de una corto etapa de transición (noviembre a diciembre de 1918), que se descompuso por el serio problema que provocó el discutido Proyecto de las Mancomunidades.
Tras el desastre de Annual (1921) y de la posterior agitación que provocó la discusión sobre en quién debían recaer las responsabilidades de tan deplorable situación, García Prieto formó su último gobierno en 1922. Al año siguiente, en el momento en que era ahora inminente el golpe de Estado del general Primo de Rivera, García Prieto logró todo lo que es posible por evitarlo recabando el acompañamiento de las capitanías en general, si bien solo ha podido tener la de Valencia, mandada por el general Zabala.
Como último recurso, García Prieto solicitó la asistencia del respetado general Valeriano Weyler, que se encontraba descansando en Mallorca. Weyler aceptó el encargo de hacerse con la Capitanía General de Cataluña y destituir a Primo de Rivera, pero en el momento en que deseó intervenir, este ahora había dado el golpe de Estado, haciéndose con las bridas del país. Durante la dictadura de Primo de Rivera (1923-1930), García Prieto vivió retirado de la política activa, a la que volvió en el último gobierno de la monarquía (1931), encabezado por el almirante Juan Bautista Aznar, desempeñando la cartera de Gracia y Justicia.
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