Si has llegado hasta aquí es porque eres consciente de la relevancia que detentó Manuel Fernández y González en la historia. Cómo vivió y aquello que hizo mientras estuvo en este mundo fue determinante no sólo para quienes frecuentaron a Manuel Fernández y González, sino que posiblemente dejó una huella mucho más insondable de lo que logremosfigurar en la vida de gente que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya nunca a Manuel Fernández y González personalmente.Manuel Fernández y González ha sido un ser humano que, por alguna causa, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.
Conocer lo bueno y lo malo de las personas destacadas como Manuel Fernández y González, personas que hacen rodar y cambiar al mundo, es una cosa sustancial para que podamos valorar no sólo la existencia de Manuel Fernández y González, sino la de todos aquellos y aquellas que fueron inspiradas por Manuel Fernández y González, aquellas personas a quienes de un modo u otro Manuel Fernández y González influenció, y indudablemente, comprender y entender cómo fue el hecho de vivir en el periodo histórico y la sociedad en la que vivió Manuel Fernández y González.
Las biografías y las vidas de personas que, como Manuel Fernández y González, cautivan nuestra atención, deben valernos siempre como referencia y reflexión para ofrecer un marco y un contexto a otra sociedad y otra época de la historia que no son las nuestras. Hacer un esfuerzo por entender la biografía de Manuel Fernández y González, porqué Manuel Fernández y González vivió como lo hizo y actuó del modo en que lo hizo en su vida, es algo que nos impulsará por un lado a comprender mejor el alma del ser humano, y por el otro, la manera en que se mueve, de forma implacable, la historia.
(Sevilla, 1821 - Madrid, 1888) Novelista español. Es creador de unas trescientas novelas, la mayor parte de las que aborda temas histórico-legendarios o costumbristas: Men Rodríguez de Sanabria (1851), El repostero de Madrigal (1862) o Los desheredados (1865). Escribió también poemas y dramas según el patrón de José Zorrilla.
Su padre, capitán de caballería y ferviente defensor de las ideas liberales, se trasladó de Sevilla a Granada, donde fue detenido. Durante la niñez y una parte de la adolescencia, Manuel Fernández y González vivió en Granada, que juzgó siempre y en todo momento una segunda patria. Allí se graduó en filosofía y derecho, materias cuyo cultivo alternó. Se afirma que a los 12 años escribía apreciables versos, y a los catorce publicó su primer libro de poesías.
Mientras que cumplía el servicio militar, inició su actividad teatral con la composición del drama El bastardo y el rey (1841), que alcanzó un enorme éxito. Licenciado en 1847, contrajo matrimonio en 1850, y a fines de este año se instaló en Madrid y se dedicó completamente a la novela, género del que había brindado una primera exhibe en 1838 (El doncel de don Pedro de Castilla).
Manuel Fernández y González fue espectacularmente fecundo: escribió unas trescientas novelas, contenidas en mucho más de quinientos volúmenes, de carácter histórico-legendario (predominación de Walter Scott) o popular (predominación de Víctor Hugo). En sus novelas históricas supo colorear con maestría los entornos del pasado y dotar a sus historias de ritmo y acción; en sus novelas sociales, que transparentan una ideología progresista, se destaca la visión sentimental de las clases oprimidas, dotadas de unos aspectos exageradamente idealizados.
Por sus talentos de simple escritor folletinesco recuerda a Alejandro Dumas padre; fue, de verdad, el rey de la novela por entregas. Llegó aun a dictar a sus secretarios, entre quienes figuró exactamente el mismo Vicente Blasco Ibáñez, 2 o tres novelas al unísono. Todo el planeta le solicitaba proyectos y absolutamente nadie quedaba defraudado. Ello le dio fantásticas ganancias, que le llevaron a una vida desorganizada y fastuosa. En su lujoso vehículo figuraban las iniciales M. F. G., a las que dio la ingeniosa interpretación de "Patrañas fabrico enormes". Como afirman todos y cada uno de los datos biográficos, tuvo un carácter abierto y sincero. Luego de una estancia en París, donde alcanzó un enorme éxito mundano y literario, volvió a la patria y reinició su intensa actividad.
Una cátedra ofrecida por el Ateneo de Madrid le sirvió de cobijo en los tristes y miserables días de la caída, que le forzó a fallecer en una obscura buhardilla, olvidado por exactamente los mismos a quienes enriqueciera con sus proyectos. La crítica le logró objeto de menosprecio, sentimiento que el creador supo devolverle. Tanto en el arte como en la vida fue un habitual romántico. Entre sus mejores novelas aparecen La maldición de Dios (1863), María (1868), Martín Gil (1854), El cocinero de Su Majestad (1857) y Men Rodríguez de Sanabria (1851).
¿Qué opinas de la existencia de Manuel Fernández y González? ¿Has hallado la información que pensabas que ibas a encontrar?
Está claro que descubrir en lo más recóndito a Manuel Fernández y González es algo que está reservado a muy pocas personas, y que pretender reconstruir quién fue y cómo fue la vida de Manuel Fernández y González es una especie de puzzleque a lo mejor logremos rehacer si colaboramos juntos.
A causa de esto, si eres de esas personas que creen en que de forma cooperativa existen posibilidades de hacer algo mejor, y tienes información con respecto a la vida de Manuel Fernández y González, o acerca de algún faceta de su personalidad u obra que no hayamos contemplado en esta biografía, te pedimos que nos lo envíes.
Los matices y las sutilezas que ocupan nuestras vidas son en todos los casos determinantes, ya que marcan la diferencia, y en el caso de la vida de una persona como Manuel Fernández y González, que poseyó su relevancia en una época concreta, es fundamental tratar de ofrecer un panorama de su persona, vida y personalidad lo más precisa posible.
Sin titubeos, contacta con nosotros para narrarnos qué conocimientos tienes tú con respecto a Manuel Fernández y González. Estaremos muy contentos de ultimar esta biografía con más información.