La historia universal la cuentan los hombres y mujeres quea lo largo del tiempo, gracias a su forma de actuar, sus ideales, sus hallazgos o su arte; han originado queel género humano, de un modo u otro,prospere.
Ya sea inspirando a otros o tomando parte de la acción. Manuel Allendesalazar es uno de esos seres humanos cuya vida, sin duda alguna, merece nuestro interés debido al grado de influencia que tuvo en la historia.Comprender la existencia de Manuel Allendesalazar es comprender más sobre periodo preciso de la historia de la humanidad.
Apreciar las luces y las sombras de las personas destacadas como Manuel Allendesalazar, personas que hacen girar y evolucionar al mundo, es una cosa básica para que seamos capaces de valorar no sólo la existencia de Manuel Allendesalazar, sino la de todas aquellas personas que fueron inspiradas por Manuel Allendesalazar, personas a quienes de de una u otra forma Manuel Allendesalazar influyó, y ciertamente, conocer y descifrar cómo fue vivir en el momento de la historia y la sociedad en la que vivió Manuel Allendesalazar.
(Manuel Allendesalazar y Muñoz; Guernica, 1856 - Madrid, 1923) Político español. Militante del partido Constitucional Conservador, fue en un par de ocasiones presidente del Consejo de Ministros, aparte de desempeñar consecutivamente prácticamente todas las carteras ministeriales. Fue además de esto senador, diputado, presidente del Senado y alcalde de Madrid.
Hijo menor del tercer conde de Montefuerte, gentilhombre de la reina Isabel II, y de doña Ángela Muñoz, octava señora de la villa de Villanueva de Tapias, Manuel Allendesalazar perteneció a una vetusta familia vizcaina que a lo largo de las guerras carlistas tomó partido por los isabelinos. Durante su niñez pasó los inviernos en Granada, en la vivienda solariega materna de los Muñoz de Salazar, y los veranos en Vizcaya, radicando largas temporadas en la vivienda "Alegría" de Guernica. Cursó sus estudios de bachillerato como de adentro en un instituto anejo al Instituto Vizcaino, respaldado por la Diputación Foral de Vizcaya, al que asistían los hijos de las primordiales familias aristocráticas de toda la cornisa cantábrica.
Monárquico convencido, Allendesalazar participó a los dieciocho años de las celebraciones que tuvieron sitio en Madrid con ocasión de la proclamación como rey en Sagunto de Alfonso XII (28 de diciembre de 1874). Hizo el preparatorio de Derecho en la Universidad de Oñate; continuó con la carrera de ingeniero agrónomo y en el momento en que estuvo cerca de concluirla empezó estudios de Derecho en la Universidad de Madrid, donde alcanzó la licenciatura en Derecho Administrativo. En 1877 acabó la carrera de ingeniero agrónomo y consiguió la plaza de ayudante de instructor interino; un par de años después se le concedió la cátedra de Legislación, Economía y Contabilidad Agraria; en 1880 ganó por oposición la cátedra de Legislación y Formación de Proyectos, que preservó a lo largo de 40 años.
En 1882 Manuel Allendesalazar contrajo matrimonio con doña María de los Ángeles Bernar y Llacer, hija de los condes de Bernar. El matrimonio se estableció en Madrid, en la vivienda que la familia Bernar tenía en el número 38 de la Carrera de San Jerónimo y que heredarían en conjunto don Manuel y doña María de los Ángeles a la desaparición de la condesa de Bernar en 1900. Fruto de su matrimonio nacieron doña Concepción (1883), don Fernando (1884), don Andrés (1886), doña Emilia (1889) y don Ramón (1894).
Empezó su trayectoria política militando en el Partido Constitucional Conservador como candidato a Cortes por la circunscripción de Marquina (Vizcaya). Juró su cargo como diputado el 9 de junio de 1884 y próximamente se mostró su predilección a encargarse de los temas económicos, agrarios y hacendísticos. Fiel fan y colaborador de la doctrina de don Antonio Cánovas del Castillo, Allendesalazar era partidario de la Constitución de 1876 y fijó sus sacrificios en hallar una optimización de la Administración mediante las oportunas medidas políticas.
A la desaparición de Alfonso XII (1885) y tras la firma del Pacto del Pardo, Manuel Allendesalazar prosiguió participando en la vida política: el 4 de abril de 1886 fue escogido nuevamente diputado por Marquina, si bien en esta ocasión formando una parte de la oposición al gobierno de Práxedes Mateo Sagasta. El relevo conservador sucedió en 1890, y Cánovas del Castillo nombró a Allendesalazar ministro de Hacienda en el Ministerio de Ultramar, cargo que el político recibió el 14 de julio de 1890 y del que dimitió el 6 de marzo del año siguiente.
Fue de nuevo escogido diputado por Marquina (1891), pero al poco se causó una escisión en el seno del Partido Conservador y Allendesalazar tomó el partido del disidente, Francisco Silvela, que se había separado de Cánovas estimando que el partido se desgastaba por la incorporación de conjuntos que lo desacreditaban, en especial el encabezado por Romero Robledo. Allendesalazar retiró su candidatura para Cortes por Marquina en las próximas selecciones y rechazó la oferta de presentarse como senador electivo por la provincia de Vizcaya.
Entre 1889 y 1896 prosiguió desempeñando su cátedra en la Escuela de Agricultura y pasó los veranos en Guernica, donde se realizó edificar una vivienda cercada de jardines cercana a la de sus progenitores. Pero en 1897, tras el asesinato de Cánovas del Castillo, Allendesalazar pasó a ser parte de la Unión Conservadora, donde se integraron el abultado de las fuerzas del partido canovista y una gran parte de los seguidores de Francisco Silvela. Obtuvo el cargo de senador por la provincia de Lérida, que sostuvo hasta el momento en que múltiples legislaturas después fue nombrado senador vitalicio (2 de mayo de 1900). Su intervencion fue consatante en las comisiones senatoriales.
En el gobierno de Silvela, Allendesalazar desempeñó relevantes puestos políticos: en 1899 rechazó el cargo de directivo general de la Deuda, pero aquel mismo año recibió el de secretario de la Comisión de Presupuesto del Senado. Un año después fue escogido alcalde de Madrid, cargo desde el que trató de llevar a la práctica las doctrinas de Silvela: a lo largo de su ejercicio realzó el crédito con múltiples empréstitos, renovó el cupo del arriendo del impuesto de consumos, reordenó los servicios municipales y tomó medidas para prosperar el ámbito de las calles. Pero su alcaldía fue corto, en tanto que debió asumir la cartera de Hacienda frente a la dimisión de don Raimundo Fernández Villaverde. Allendesalazar fue sucedido en la alcaldía de Madrid por don Mariano Fernández de Henestrosa.
El ascenso de Allendesalazar como ministro de Hacienda (6 de junio de 1900) había sido premeditado por su antecesor, que vio en él la mejor persona a fin de que llevara a término sus proyectos. Concluyó el presupuesto de Villaverde con un superávit de 23 millones, cosa inusual hasta hoy, y preparó el presupuesto para 1901, en el que continuó la obra del saneamiento financiero del país. En el avance de sus proyectos halló la oposición de la clase mercantil de españa.
El 17 de mayo de 1902 Alfonso XIII juró la Constitución y Allendesalazar pasó a ocupar la cartera de Instrucción Pública, regresando la de Hacienda a Fernández Villaverde, los dos adheridos al gobierno conservador que aquel mismo año habían formado Francisco Silvela y Antonio Maura. Proyectó una reforma de la enseñanza, que tendía a ofrecer validez a los estudios con independencia de dónde se hubierna efectuado. Pero su emprendimiento no llegó a transformarse en ley, frente a la enconada oposición de los liberales. Tras la dimisión de Silvela y la capacitación del gobierno de Villaverde, Alllendesalazar rechazó ocupar ninguna cartera del ministerio y se dedicó en pleno a sus trabajos en el Senado.
Pero el gobierno de Villaverde fue efímero, y con el ascenso de Antonio Maura (diciembre de 1903) volvió Allendesalazar a detentar una cartera: la de Agricultura, Industria, Comercio y Obras Públicas. Durante esta etapa, varios de sus proyectos fueron transformados en ley. Entre ellos podemos destacar los de los caminos vecinales, ferrocarrilies secundarios, tribunales industriales y riegos. Consiguió además de esto una comisión persistente de Obras Públicas, lo que era una novedad, en tanto que hasta el momento no había comisiones permanentes y se nombraba una para cada emprendimiento o proposición de ley.
Sostuvo una fuerte pelea contra las llamadas "rutas parlamentarias", que se edificaban fuera del proyecto estatal de rutas, sirviendo a intereses particulares y brindadas por algún preciso candidato a lo largo de su campaña electoral para ganar votos; entonces estas rutas quedaban fuera del proyecto estatal y su conservación se hacía irrealizable. También actuó Allendesalazar como segundo jefe de los Asuntos Exteriores, dada la avanzada edad de su titular, don Faustino Rodríguez San Pedro, y acompañó a Alfonso XIII en su viaje a Portugal y a lo largo de la corte veraniega en San Sebastián.
En la época de marzo de 1904, acompañó al rey a su entrevista, conmemorada en Vigo, con el kaiser Guillermo II de Alemania, a propósito del tema de Marruecos. Durante el verano de aquel año asimismo desempeñó, de manera interina, la cartera de Gobernación, a lo largo del reposo de don José Sánchez Guerra. Poco después aceptó la cartera como titular tras la dimisión de Sánchez Guerra y fue sustituido por su parte en el ministerio de Agricultura, Industria, Comercio y Obras Públicas por el marqués de Figueroa.
Tras la caida del gobierno de Maura y la constitución de ministerio puente encabezado por Azcárraga, Allendesalazar se negó a formar parte en el nuevo gobierno y volvió a dejar la vida política, pese a las insistentes necesidades del nuevo presidente del Consejo, y más allá de que se negó a detentar ninguna cartera, su capacitación como economista le hacía la persona favorece para ser el nuevo gobernador del Banco de España.
Al corto gobierno de Azcárraga prosiguió otro del mismo modo corto, encabezado por Fernández Villaverde; su sonado fracaso parlamentario afianzó la figura de Maura adelante de los conservadores. Durante los veinte meses que duraron los gobiernos liberales, Allendesalazar desarrolló una intensa tarea en el Senado, ocupándose de temas como el Consejo de Agricultra, los servicios de sanidad y la reforma de ciertos productos del Código Penal. En enero de 1907 los liberales cayeron del poder y Alfonso XIII ordenó a don Antonio Maura que formase gobierno.
En el gobierno de Maura, llamado del "enorme trienio" (1907-1909), Manuel Allendesalazar desempeñó la cartera de Estado. Juró su cargo el 25 de marzo de 1907 y un mes después acompañó al rey Alfonso XIII a Cartagena, para estar que se encuentra en la entrevista del monarca con Eduardo VII de Inglaterra, para tratar el tema de Marruecos y del statu quo en el Mediterráneo. El año siguiente debió negociar por una parte con el gobierno marroquí, y por otro con las potencias de europa, en especial Francia, por la cuestión derivada de la ocupación de españa de las ubicaciones de la Restringa de Mar Chica y Cabo de Agua, en Marreucos.
Durante el año de 1908, Allendesalazar acompañó al rey en viajes oficiales a Francia, múltiples cortes alemanas y Austria-Hungría. También recibió al lado del rey a varios soberanos y jefes de gobierno extranjeros en la corte de Madrid, San Sebasián y Sevilla. Muchas de las embajadas que viajaron a Madrid fueron recibidas en casa de Allendesalazar en la Carrera de San Jerónimo.
El "enorme trienio" llegó a su fin con el recrudecimiento de la crisis marroquí y el estallido de la Semana Trágica de Barcelona. En las semanas precedentes y siguientes al estallido de la revolución el ministro efectuó adjuntado con el rey usuales viajes entre San Sebastián y Madrid. En el Senado, Allendesalazar efectuó encendidos alegatos en los que culpaba de la embrollada situación de españa a los elementos masones de España y el extranjero. Pero con la caida de Maura se vino abajo el régimen parlamentario. Allendesalaar abandonó por ahora la vida política activa.
En 1909 fue escogido asesor de la Compañía Arrendataria (del monopolio del tabaco) y en el momento en que en 1913 don José Echegaray cesó como directivo de la Compañía, le sucedió Manuel Allendesalazar, que ocupó el cargo hasta 1919. En la gerencia de la Tabacalera logró recortar varios abusos, singularmente los derivados del contrabando que sin ningún género de control se desarrollaba en las costas españolas.
Durante estos años, participó en distintos debates en el Senado. Cabe poner énfasis su impugnación al plan de rutas que el gobierno liberal presentó en 1912 y que paralelamente fue impugnado en el Congreso por Sánchez Guerra. En el Congreso, el ministro liberal de Fomento defendió el plan aduciendo que en cualquier caso era mejor que el expediente de fianzas creado en 1904, en el momento en que Allendesalazar era ministro de Obras Públicas; el senador se defendió realizando imprimir aquel expediente y repartiendo copias a todos y cada uno de los miembros del senado. Al final el ministro liberal debió desdecirse, al no poder enseñar ninguna irregularidad en el expediente; a los pocos días el ministro fue cesado de su cargo.
Desde 1913 los debates de Allendesalazar en el Senado fueron premeditados a eludir la escisión del Partido Conservador entre los seguidores de Antonio Maura y de Eduardo Dato. En marzo de 1915 enviudó, tras acompañar a su mujer en una extendida y penosa patología. Desde entonces su asiduidad a las prácticas religiosas se realizó considerablemente mayor. En 1919 Allendesalazar regresó a la política activa y, bajo el gobierno de Maura, aceptó el cargo de presidente del Senado. Tras las caidas sucesivas de los gobiernos de Maura y Sánchez Toca, Allendesalazar recibió de Alfonso XIII el encargo de comandar un gobierno de Concentración cuyo propósito era el de organizan unos capitales de Estado, dado el en el caso de que desde 1914 las cortes habían sido inútiles de conformar un presupuesto.
El 12 de diciembre juró el cargo de presidente del Consejo de Ministros. Para constituir un gabinete, logró visitas a los amos de los conjuntos parlamentarias: Antonio Maura, el conde de Romanones, Eduardo Dato, Manuel García Prieto y Santiago Alba, admitiendo en sus gestiones las críticas de Gasset, de enorme predominación en la prensa, Niceto Alcalá Zamora, Francesc Cambó y Melquíades Álvarez. Al final el gobierno quedó constituido por representantes de los ámbitos conservadores, liberales y mauristas. Incluso ocupó Allendesalazar de manera interina la cartera de Guerra, hasta el regreso del extranjero de su titular, el general Villalba.
Los debates en el Congreso sobre el presupuesto fueron muy febriles y el Gobierno conoció una feroz oposición de las izquierdas. Y si bien el presupuesto era la tarea primordial del gobierno, este debió llevar a cabo frente además de esto a las huelgas ferroviarias y al inconveniente de la independencia del ejército, que se resolvió eliminando las Juntas militares de defensa y creando unas comisiones informativas militares que se anotaron en la organización oficial. Por fin el primer presupuesto en cinco años fue aprobado en la sesión persistente de las Cortes del 21 de abril de 1920. Después, Allendesalazar y todo el gobierno presentaron su dimisión frente al rey. Allendesalazar aconsejó a Alfonso XIII que confiase el poder a don Eduardo Dato, jefe a la sazón del Partido Conservador.
Sensiblemente desmejorado en su salud, Allendesalazar pasó el verano de 1920 en su vivienda de Guernica. En marzo de 1921, tras el asesinato en Madrid del Presidente del Consejo, don Eduardo Dato, Allendesalazar fue requerido nuevamente por el moanrca a fin de que formase un nuevo "ministerio-puente" y juró su cargo, nuevamente como presidente del Consejo de Ministros, el 12 de marzo.
A Allendesalazar se le presentó el reto de conformar un gobierno conservador, más allá de que el partido no tenía una cabeza aparente. Una de las mayores intranquilidades de este gobierno fueron las modificaciones sociales en Barcelona, cuyos elementos radicales deseaban conseguir a toda costa el relevo del gobernador de Barcelona, Severiano Martínez Anido, a quien el gobierno confirmó en su cargo, reiterándole la mucho más entera seguridad. También en este gobierno debió ocupar don Manuel Allendesalazar de manera interina el ministerio de Marina y Fomento (el viejo ministerio de Agricultura, Industria, Comercio y Obras Públicas).
Pero el primordial inconveniente que se le presentó al gobierno vino derivado por la derrota del ejército español en Annual y el derrumbamiento de la comandancia de Melilla. La cuestión se ha podido solucionar merced al envio de tropas a Marruecos, y en el momento en que las bridas de la situación estaban completamente sostienes, el gobierno presentó su dimisión y Maura llegó nuevamente al poder.
Allendesalazar se retiró nuevamente de la política, pero su opinión fue consultada por Francesc Cambó, nuevo ministro de Hacienda del gabinete Maura, para la creación del Consejo Superior Bancario, cuyo propósito era la ordenación de la banca. En invierno de 1922, enfermo desde hacía múltiples años de una arteriosclerosis, Allendesalazar padeció una hemiplejia. El 11 de marzo de 1923, al regresar de una misa, padeció otra hemiplejia que le logró perder la consciencia y le sostuvo agonizante hasta su muerte, un par de días después. Su entierro fue encabezado por el infante don Fernando. Su funeral, en el que a solicitud de sus hijos no se tributaron honores militares, sucedió en la iglesia de San Francisco.
Sencillo, enérgico y también capaz, Manuel Allendesalazar fue un hombre intensamente espiritual y un componente católico que había pertenecido a múltiples congregaciones, como la Conferencia de San Vicente de Paúl o el círculo Católico, desde el que dio clases a los obreros. Durante el intérvalo de tiempo en el que estuvo adelante del ministerio de Instrucción Pública propugnó una enseñanza con una marcada orientación católica. Fue un apasionado de la esgrima, la equitación y los largos paseos y un empedernido jugador de tresillo, juego de naipes español con el que Allendesalazar pasó largas tardes, adjuntado con individuos de la talla del general Ecahgüe, el conde de Serrallo y nuestro Alfonso XIII. Su extendida temporada la frente de la Compañía Arrendataria del Monopolio del Tabaco logró de él un enorme técnico en la degustación de diversos tipos de tabaco.
Pese al prominente número de condecorciones que le fueron condedidas, don Manuel no fue amigo de lucirlas; fue la Gran Cruz de la Orden Piana de la Santa Sede la que mucho más ocasiones ostentó y con la que se realizó retatar para el Senado. Jamás solicitó una rectificación de la prensa, no en el momento en que recibió por medio de ella graves acusaciones o en el momento en que se han publicado datos errados referidos a su persona, que él jamás se incordió en corregir y que brindaron sitio a conjeturas mantenidas a lo largo de largo tiempo, como que fue asesor de una industria de la hojalata, la sociedad La Vasconia.
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