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(Sucre, 1895 - 1974) Político boliviano que fue presidente de la República entre 1949 y 1951. Sus progenitores fueron Mamerto Urriolagoitia y Corina Harriague.
Letrado de profesión, estudió en la Universidad Mayor de San Francisco Xavier (Sucre) y se especializó en Derecho Internacional en la Universidad de la Sorbona (París). Cónsul General y Encargado de Negocios de Bolivia en Londres entre los años 1917 y 1937, asimismo representó a su país en el Congreso de la Unión Postal y en el Congreso Monetario en la citada localidad.
Antes de su decisión como vicepresidente en 1947 en binomio con el presidente Enrique Hertzog, fue senador por el departamento de Chuquisaca. Ante la renuncia de Hertzog, Urriolagoitia aceptó la presidencia de la República en 1949, cargo que ejercitó hasta el momento en que, tras las selecciones de presidentes de 1951, entregó el gobierno a una Junta Militar encabezada por el general Hugo Ballivián Rojas. Desde ese instante, desapareció prácticamente del panorama de la política. Escribió una obra llamada Bolivia (1825-1925).
En su corto periodo presidencial, Urriolagoitia se mostró duro y también intransigente con la oposición: múltiples líderes políticos fueron asilados, como Lechín, Lora y Fellman; lo mismo sucedió con el jefe de la Falange, Óscar Unzaga. Se proscribió al Partido Comunista de Bolivia, que había sido fundado en 1950 por un conjunto de disidentes del PIR (Partido de Izquierda Revolucionaria). En el campo laboral, congeló los sueldos de los trabajadores y frenó el cierre de factorías, si bien autorizó, eso sí, una importante reducción de plantilla en exactamente las mismas. Sin embargo, en 1951 se reajustaran los salarios de la administración pública en un 30%, al tiempo que los de los mineros proseguían congelados.
Estas medidas hicieron reventar distintos enfrentamientos sociales, como el ocurrido a causa de una huelga general, en el centro minero Siglo XX, propiedad de Simón I. Patiño; Urriolagoitia, entonces presidente interino, mandó apresar ciertos líderes, a lo que respondieron los mineros tomando como rehenes a 2 usados extranjeros, a los que asesinaron poco después; la reacción oficial fue la intervención militar famosa en la historia como la matanza de Siglo XX. Se multiplicaron huelgas y intentos de revueltas en distintos sitios, lo que motivó la implantación del estado de lugar en todo el país.
Fue el comienzo de una genuina guerra civil, que a duras penas ha podido el gobierno reprimir. El MNR salió robustecido en la mitad de todas y cada una estas situaciones, de manera que logró un considerable triunfo en las selecciones de 1951, cosa que formaba un auténtico revés para el oficialismo.
Ante esta situación, Urriolagoitia no se propuso la oportunidad de dar el poder al vencedor, Víctor Paz Estenssoro, a la sazón en el exilio. Su reacción fue la del autogolpe, conque el 16 de junio de 1951 entregó el poder (en un acto completamente anticonstitucional) a una Junta Militar encabezada por el general Hugo Ballivián Rojas, hecho que el pueblo prontísimo bautizó con el nombre de El Mamertazo. Los ánimos del pueblo estaban ahora muy caldeados, de manera que lo que de este golpe se prosiguió fue la Revolución Boliviana de abril de 1952 -de influencia en todo el mundo-, que acabó llevando al poder al MNR en la persona de Víctor Paz Estenssoro.
Un hecho positivo del gobierno de Urriolagoitia fue la realización del Censo General de la República (5 de septiembre de 1950), que dio como resultado una población de 3.019.031, hecho tanto mucho más importante cuanto que el último había tenido rincón en 1900.
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