Ya sea inspirando a otras personas o siendo parte de la actuación. Luis Mazzantini y Eguía es una de las personas cuya vida, sin duda alguna, merece nuestra atención debido al nivel de influencia que tuvo en la historia.Conocer la existencia de Luis Mazzantini y Eguía es comprender más sobre una época concreta de la historia de la humanidad.
(Elgóibar, 1856 - Madrid, 1926) Torero español. Hijo de padre italiano, vivió en Francia y en la Península andina a lo largo de ciertos años de su niñez. En 1870 regresó a España, donde consiguió el nivel de bachiller en Artes. Empezó a trabajar como telegrafista en distintas compañías ferroviarias, hasta el momento en que llegó a ser jefe de estación en el pueblo toledano de Santa Olalla; pero su afición a los toros -cuando hubo asumido su fracaso en el intento de transformarse en tenor de ópera- ha podido con todos y cada uno de los empleos equilibrados que desearon darle.
En 1884, apadrinado por Salvador Sánchez Povedano, "Frascuelo", recibió la opción alternativa en la plaza de Sevilla, enfrentándose a toros del hierro de Adalid. Avalada por su efectividad en el momento de terminar con las reses, su popularidad de torero intrépido y excéntrico salió extendiendo por toda la Península: se impuso la tendencia que él vestía (corbata y bastón), las ideas políticas que sin embozo alguno aventaba, e inclusive una sesgada opinión que deseaba vincularle férreamente con la masonería: sus opositores susurraban que aprovechaba sus varios y extendidos viajes -llegó a torear en la parisina plaza de Pergolesse, que cobijó corridas entre 1889 y 1893- para tener relaciones con los masones del extranjero. Este cosmopolitismo taurino le dio el privilegio de abrir, el 25 de mayo de 1890, la plaza de toros de Orán.
Si bien torpe con el capote y no muy garboso con la muleta, Mazzantini fue un estoqueador colosal y un severo y eficaz directivo de lidia. Se distinguió por proteger la pureza de la Fiesta dentro y fuera de la plaza, como lo prueba el hecho de haber vivido a la crónica de la Tauromaquia como el primer diestro que terminó con la arbitraria y antojadiza decisión del orden de lidia de los toros, privilegio exhibido hasta el momento por los ganaderos.
Mazzantini impuso que las reses se sorteasen entre los espadas que formaban el letrero, y demandó que este derecho quedara garantizado en los contratos. Fue, además de esto, un profesor espléndido con sus subalternos, entre aquéllos que llevó a lo largo de varios años como peón de seguridad a su hermano Tomás (Llodio, 1862), que fue de los mejores bregadores de su tiempo.
Entre 1895 y 1896, habiéndose apartado de los ruedos Rafael Guerra Bejarano, "Guerrita", Luis Mazzantini ganó popularidad de ser la primera figura del toreo en España; pero una vez reaparecido el excelente cordobés en 1897, entró en franca caída y reinició sus fugadas al exterior de la Península. Ello no le privó de conseguir contratos en el momento en que deseó regresar a la Corte: toreó en Madrid en 1900, en 1901 (frente al rey Alfonso XIII, a quien Mazzantini brindó el primer toro que viese lidiar el monarca), en 1902 (año en que apadrinó la opción alternativa de Vicente Pastor), y en la temporada de 1903 (donde llegó a matar nueve corridas en la plaza madrileña).
En 1905 marchó a México, donde se despidió de la afición azteca el 20 de septiembre de 1905. Allí mismo, poco tiempo después, se cortó la coleta, muy abatido por el reciente fallecimiento de su mujer. De regreso a España se dedicó de lleno a la política. Su notoriedad y su facundia le llevaron a ser, aparte de empresario del Teatro Real, concejal del Ayuntamiento de Madrid, teniente alcalde del distrito de Chamberí, diputado en Cortes y Gobernador Civil de Guadalajara y Ávila.
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