Luciano de Samosata

La historia del mundo la narran las mujeres y hombres quea lo largo de los siglos, gracias a su forma de actuar, sus ideales, sus hallazgos o su arte; han originado queel mundo, de una forma u otra,progrese.

Si has llegado hasta aquí es porque eres consciente de la relevancia que detentó Luciano de Samosata en la historia. Cómo vivió y aquello que hizo durante el tiempo que permaneció en la tierra fue determinante no sólo para aquellas personas que frecuentaron a Luciano de Samosata, sino que a caso dejó una señal mucho más profunda de lo que podamossospechar en la vida de gente que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya jamás a Luciano de Samosata personalmente.Luciano de Samosata fue un ser humano que, por algún motivo, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.

Conocer lo bueno y lo malo de las personas relevantes como Luciano de Samosata, personas que hacen rodar y cambiar al mundo, es una cosa sustancial para que seamos capaces de poner en valor no sólo la existencia de Luciano de Samosata, sino la de toda aquellas gentes que fueron inspiradas por Luciano de Samosata, gentes a quienes de de una forma u otra Luciano de Samosata influyó, y por supuesto, conocer y descifrar cómo fue el hecho de vivir en la época y la sociedad en la que vivió Luciano de Samosata.

Vida y Biografía de Luciano de Samosata

(Samosata, Siria, c. 125 - Atenas?, 192) Escritor heleno. De origen humilde, fue escultor y letrado y se dedicó entonces a recorrer planeta dando charlas. Se estableció en Atenas (163-185) y terminó nuevamente como sofista ambulante. Además de ejercicios de oratoria (Elogio de la mosca) y del escrito autobiográfico El sueño o Vida de Luciano, es creador del tratado Cómo debe de escribirse la historia, de varios escritos aproximadamente filosóficos (La pantomima, El pescador), de diálogos satíricos y morales (Diálogos de los dioses, Diálogos de los fallecidos, Diálogos de las cortesanas, Caronte, Prometeo, La reunión de los dioses), de diálogos literarios (El parásito), de libelos (El profesor de oratoria), de novelas satíricas (Historia verídica, Lucio o el asno) y de parodias trágicas (El pie rápido, La catástrofe de la gota). Imitado por Erasmo y por Quevedo y muy leído por los renacentistas, Luciano de Samosata es un enorme crítico y el constructor del diálogo satírico.

Pocos hechos de la intranquiliza vida de Luciano de Samosata fueron establecidos con seguridad y todos ellos se han restaurado precisamente de los escritos que de él se preservan, constituidos por charlas y libelos, diálogos y narraciones. La cronología de sus proyectos es muy confusa y no se saben la fecha y situaciones de su muerte. Se sabe que nació en los márgenes del Imperio de roma, a riberas del Éufrates, donde Oriente se tocaba con Occidente.

Según refiere en su obra autobiográfica El sueño o Vida de Luciano, en su adolescencia fue aprendiz en el taller de un escultor, tío de el. Como reñía recurrentemente con éste, próximamente le abandonó y se trasladó a Asia Menor, donde adquirió una educación literaria y se familiarizó especialmente con las proyectos de Homero, Platón y los viejos versistas cómicos. Llegó de este modo, si bien su lengua natal era el arameo, a controlar la lengua y la civilización griegas, y comenzó su trayectoria de sofista errando de localidad en localidad.

Tras recorrer Grecia viajó a Italia y Galia. Muchas de sus charlas sobre temas mitológicos y sus prólogos retóricos forman parte a esta época. En el año 159 llegó a Roma como embajador de Samosata, y unos años después dio fin a su historia errante para establecerse en Atenas, donde amplió sensiblemente sus entendimientos sobre la literatura y el pensamiento helenos. Así, a los 40 años, Luciano dejó las charlas públicas para ocuparse a la filosofía y a redactar ensayos críticos y satíricos sobre la vida intelectual de su tiempo.

Llegado a su madurez artística y tomando como referente las sátiras de Menipo, creó un nuevo género literario, los diálogos satíricos, fundiendo los elementos irónicos de la comedia con el diálogo a la forma platónica. Sus escritos sobresalen por el estilo chispeante, el talento mordaz, el refinado humorismo y la delicada, y de manera frecuente amarga, crítica de la hipocresía de la vida intelectual de su tiempo. Pertenecen a esa época sus 2 proyectos mucho más conocidas, Diálogos de los dioses y Diálogos de los fallecidos, cuya destructora ironía se apoyaba en el empleo de un heleno ático de enorme pureza. La primera de ellas era una sátira de la mitología helénica, en la medida en que la segunda mostraba la vanidad de las glorias humanas a través de diálogos entre vivos que adoptaban el criterio de los fallecidos.

Se piensa que en el año 162 Luciano acompañó al emperador Lucio Aurelio Vero a Antioquía, donde radicó a lo largo de cierto tiempo. Tras una corto visita posterior a su localidad natal, el escritor volvió a Atenas. Allí compuso por ejemplo proyectos Muerte de Peregrino (pensador de cuyo suplicio fue testigo en los Juegos Olímpicos del año 165), Timón, El acusado de doble acusación y Cómo debe de escribirse la historia, una refulgente broma de la inclinación de los historiadores a transformarse en puros apologistas. En los últimos años de su historia, Luciano desempeñó un prominente cargo como funcionario en Egipto. Incapaz de amoldarse al mismo, no obstante, regresó nuevamente a su querida Atenas y reinició su actividad como escritor.

Resulta irrealizable enumerar todas y cada una de las proyectos que conforman su rica producción. Chanzas como Elogio de la mosca y El juicio de las vocales y escritos como El sueño forman parte al periodo sofístico. De la etapa en que se dedicó a los estudios filosóficos forman parte Nigrino, que exalta la vida contemplativa y censura, a la forma platónica, la sociedad romana, equiparando la fastuosidad y turbulencia de los romanos con la vida callada y letrada de los atenienses; Nave, en el que hace broma de la práctica de crear castillos en el aire; Anacarsis o De los gimnasios, donde Solón apunta la herramienta del ejercicio, y Hermótimo, que exhibe su alejamiento de la filosofía al ilustrar el principio escéptico de la vanidad de toda especulación filosófica. Esta etapa crítica acaba con la Historia Verdadera, considerada como entre las mucho más viejas novelas fabulosas, donde detalla un irrealizable viaje que comienza en el mar, sigue en los cielos, y también incluye las visitas al estómago de una ballena y a los campos del Elíseo.

Otras proyectos suyas son La subasta de los pensadores, El pescador o los resucitados, Icaromenipo, El sueño o el gallo, Descenso al Hades, Caronte y los 4 conjuntos de diálogos breves, de corte satírico y ética, que, más allá de su comicidad, están empapados por el sentimiento de la caducidad y vanidad de los recursos mundanos: Diálogos de los dioses, Diálogos marinos, Diálogos de los fallecidos y Diálogos de las cortesanas. En ellos la sátira se convierte en un medio de reflexión sobre los valores heredados.

Sin duda entre las figuras mucho más auténticos de la civilización griega posclásica, la obra de este escritor forma entre las fuentes primordiales de la literatura satírica europea; fue entre los autores favoritos por el Renacimiento y el siglo XVIII, y profesores del género como François Rabelais y Jonathan Swift manifestaron profunda admiración por su genio.

Luciano de Samosata no perteneció a ninguna escuela filosófica; el platonismo, el cinismo y el epicureísmo le ofrecieron ocasionalmente fundamentos substanciales y formales para sus creaciones literarias, pero no un sistema de doctrinas morales y especulativas. El mismo creador definió en El pescador o los resucitados su naturaleza y la esencia de su historia con las próximas expresiones: "Odio a los farsantes, zorrillos, embusteros y soberbios; y a toda la raza de los desalmados, que son muchos, como sabes... Pero conozco asimismo con perfección el arte opuesto a éste, esto es el que tiene por principio el cariño: amo la realidad, la hermosura, la facilidad y cuanto merece ser amado. Sin embargo, para escasos debo ejercer tal arte, en la medida en que para bastantes debo ejercer el contrario; y de esta manera, corro el peligro de ir olvidando uno por carecer de ejercicio y de comprender bastante el otro."

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Las sutilezas y las peculiaridades que llenan nuestras vidas son decididamente determinantes, ya que destacan la singularidad, y en el caso de la vida de una persona como Luciano de Samosata, que detentó su importancia en una época concreta, es imprescindible tratar de ofrecer una perspectiva de su persona, vida y personalidad lo más exacta posible.

Sin dudarlo, contacta con nosotros para referirnos qué conocimientos tienes tú con respecto a Luciano de Samosata. Estaremos ilusionados de poder completar esta biografía con más información.