Leopoldo III

Si has llegado hasta aquí es porque tienes conocimiento de la trascendencia que atesoró Leopoldo III en la historia. Cómo vivió y las cosas que hizo durante el tiempo que permaneció en el mundo fue determinante no sólo para aquellas personas que frecuentaron a Leopoldo III, sino que a lo mejor produjo una huella mucho más profunda de lo que logremossospechar en la vida de gente que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya jamás a Leopoldo III personalmente.Leopoldo III ha sido una de esas personas que, por algún motivo, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.

Conocer lo bueno y lo malo de las personas relevantes como Leopoldo III, personas que hacen rodar y cambiar al mundo, es una cosa fundamental para que seamos capaces de valorar no sólo la existencia de Leopoldo III, sino la de todas aquellas personas que fueron inspiradas por Leopoldo III, personas a quienes de de una u otra forma Leopoldo III influyó, y ciertamente, conocer y descifrar cómo fue el hecho de vivir en el periodo histórico y la sociedad en la que vivió Leopoldo III.

Vida y Biografía de Leopoldo III

(Bruselas, 1901 - 1983) Rey de Bélgica (1934-1951). Hijo del rey Alberto I y de Isabel de Baviera, y sobrino-nieto de Leopoldo II, se declaró neutral solamente reventar la Segunda Guerra Mundial, si bien frente a la invasión de Bélgica por la parte de las tropas alemanas (mayo de 1940), tuvo que admitir la rendición incondicional en calidad de comandante en jefe de todos y cada uno de los ejércitos. Hecho preso por los alemanes por negarse a ayudar con ellos, tras la liberación de Bélgica fue acusado de traidor. A pesar de que fue exonerado por una comisión estudiosa del Parlamento belga, no logró terminar a la polémica provocada cerca de su lealtad, con lo que en 1951 abdicó a favor de su hijo Balduino.

Leopoldo cursó sus primeros estudios en la reconocida escuela inglesa de Eton. Durante la Primera Guerra Mundial sirvió a las órdenes del ejército francés como soldado privado. En el año 1926 contrajo matrimonio con la princesa sueca Astrid, a la que perdió en un trágico incidente de automóvil en el mes de agosto de 1935. Fruto del matrimonio nacieron Josefina-Carlota, Balduino (futuro rey de Bélgica) y Alberto. Leopoldo subió al trono belga a la desaparición de su padre Alberto I (17 de febrero de 1934) y reinó con el nombre de Leopoldo III.

Partidario de entrenar una política exterior estrictamente neutral y no ligado, abandonó la coalición protectora que su padre había firmado con Francia, y también logró lo propio con el Tratado de Locarno, acuerdo suscrito el 16 de octubre de 1925 por el que Alemania, Francia y Bélgica se comprometían a respetar sus fronteras y a renunciar al empleo de la fuerza en las relaciones de todo el mundo recíprocas.

Sin embargo, frente el progreso anexionista alemán sobre los territorios del bajo Rin, Leopoldo III determinó elaborar a su país frente a una viable agresión por la parte de la Alemania de Adolf Hitler, para lo que solicitó asiste para Francia y Gran Bretaña, aparte de patrocinar con su dinero la construcción de una línea protectora entre las ciudades de Autwerp y Namur.

Al reventar la Segunda Guerra Mundial, Leopoldo III aceptó el mando supremo del ejército belga y declaró a Bélgica país neutral, situación que fue pasada por prominente por las tropas de Hitler, las que invadieron el país el diez de mayo de 1940. Rodeado por todos lados por las fuerzas alemanas, Leopoldo III no tardó en capitular (28 de mayo), lo que provocó la aceleración de la evacuación de las tropas aliadas establecidas en Dunkerque.

Esta resolución, tal como la de mantenerse en el país en oposición a la opinión del gobierno belga, que se había exiliado en Londres, creó un grave enfrentamiento constitucional y abrió una brecha insalvable entre el rey y sus súbidtos que jamás ha podido superarse. El gobierno en el exilio se negó a reconocerle como rey legítimo, y el pueblo belga lo tachó de traidor y colaboracionista con el nazismo.

En situación, Leopoldo III se negó a ayudar con el régimen alemán de ocupación, con lo que fue encerrado en el castillo de Laeken, vivienda veraniega de los reyes de Bélgica, hasta el 7 de junio de 1944, fecha donde fue movido a Alemania; en este país continuó hasta la finalización del enfrentamiento, y fue liberado el 7 de mayo de 1945. Pese a su cautiverio y a los gigantes sacrificios que logró por conseguir la independencia de los presos, tarea donde logró la liberación de unos 500.000 belgas deportados por los nazis, Leopoldo III empeoró aún mucho más las cosas al contraer de nuevo matrimonio (el 11 de septiembre de 1941) con Mary Lilian Baels, a la que impuso el título de princesa de Réthy, lo que incrementó el rencor que su pueblo ahora sentía hacia él.

En el momento en que Bélgica fue liberada en 1944, la Asamblea Legislativa nombró a su hermano Carlos rey regente en sepa suya. A su regreso a Bélgica, los primordiales partidos se opusieron a que entrara en el país, con lo que debió instalarse en Suiza de manera provisional hasta el momento en que se solucionaran todas y cada una de las cuestiones cerca de su conducta a lo largo de la guerra. En 1946, una comisión de investigación le exoneró de toda culpa de traición, si bien no fue bastante a fin de que pudiese regresar a su reino con toda calma y recobrar el trono.

Así, el 12 de marzo de 1950 se festejó un plebiscito en el que se dirimió si podía regresar o no a Bélgica; el resultado le fue conveniente merced al enorme acompañamiento que halló en los partidos mucho más conservadores y en los círculos católicos, que le dejó conseguir un 57% de los votos. Leopoldo III regresó a Bélgica el 22 de julio de 1950, completamente libre de cualquier culpa o acusación; sin embargo, tras un campaña combativa de acoso y derribo contra su persona, no tuvo mucho más antídoto que abdicar a favor de su hijo Balduino I de Bélgica el 16 de julio de 1951, para eludir mayores inconvenientes al país y terminar con la desestabilización política que producían las polémicas cerca de su lealtad.

Leopoldo III y la princesa de Réthy siguieron viviendo en el castillo de Laeken hasta el año 1969, fecha donde el rey Balduino contrajo matrimonio con la noble de españa Fabiola de Mora y Aragón. Hasta su muerte, acontecida el 25 de septiembre de 1983, Leopoldo III radicó en Bruselas, lugar desde el que aconsejó a su hijo Balduino en las trabajos de Gobierno.

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