La historia de las civilizaciones la escriben aquellos hombres y mujeres quea lo largo de los siglos, gracias a su forma de actuar, sus ideales, sus hallazgos o su arte; han originado quela sociedad, de una forma u otra,progrese.
Ya sea inspirando a más personas o formando parte de la acción. León Felipe es una de las personas cuya vida, en verdad, merece nuestra consideración debido al nivel de influencia que tuvo en la historia.Conocer la biografía de León Felipe es comprender más acerca de época determinada de la historia de la humanidad.
Comprender lo bueno y lo malo de las personas destacadas como León Felipe, personas que hacen rodar y cambiar al mundo, es una cosa fundamental para que seamos capaces de poner en valor no sólo la existencia de León Felipe, sino la de todas aquellas personas que fueron inspiradas por León Felipe, aquellas personas a quienes de de una forma u otra León Felipe influyó, y ciertamente, entender y comprender cómo fue el hecho de vivir en el momento de la historia y la sociedad en la que vivió León Felipe.
Las biografías y las vidas de personas que, como León Felipe, seducen nuestra atención, tienen que servirnos siempre como punto de referencia y reflexión para ofrecer un marco y un contexto a otra sociedad y otra etapa de la historia que no son las nuestras. Intentar entender la biografía de León Felipe, el motivo por el cual León Felipe vivió como lo hizo y actuó del modo en que lo hizo durante su vida, es algo que nos impulsará por un lado a comprender mejor el alma del ser humano, y por el otro, la manera en que avanza, de forma inexorable, la historia.
(León Felipe Sendero; Tábara, 1884 - Ciudad de México, 1968) Poeta español. Representante de los autores asilados tras la Guerra Civil, sus versos tienen un talante crítico y de pelea contra las injusticias sociales. Hijo de un notario, pasó su niñez en Sequeros (Salamanca) y en 1893 se trasladó con su familia a Santander. Tras estudiar en Madrid, ejercitó de farmacéutico en múltiples ciudades mientras que tenía un trabajo de actor para una compañía de teatro itinerante.
Estuvo encarcelado por deudas, administró los centros de salud de Guinea, y en 1922 viajó a México, donde desempeñó trabajos de bibliotecario en Veracruz antes de ser añadido cultural de la embajada de españa y instructor de literatura en distintas universidades americanas. Al reventar la Guerra Civil de españa estaba en Panamá, lugar desde el que regresó a España para respaldar la causa republicana. En 1938 se exilió finalmente en México.
Su obra poética se abrió con Versos y frases del caminante (1920), cuya facilidad temática y estilística alejó al creador de las corrientes posmodernistas actualmente. En el segundo volumen de Versos y frases del caminante (1930) vuelven los temas intimistas centrados en la experiencia diaria, pero el tono alto y profético revela el magisterio de Walt Whitman, que fue traducido por el creador.
La actitud ética empezó a manifestarse en su siguiente obra, Drop a star (1933), donde las influencias de Whitman, Antonio Machado, Miguel de Unamuno y T. S. Eliot se fundieron con un modelo expresivo inspirado en la Biblia, que fue propio de su producción. La experiencia de la guerra civil y el exilio posterior configuraron una voz poética combativa y rebelde, en especial mediante La insignia (1937), El payaso de las bofetadas y el pescador de caña (1938), El hacha (1939), Español del éxodo y el llanto (1939) y El enorme responsable (1940).
En estas proyectos León Felipe encarnó la figura del poeta vidente, entre prometeico y quijotesco, que enuncia su alegato de una forma prácticamente mística: la palabra actúa como una fuerza que redime a los humildes de los sufrimientos y también injusticias, si bien en ocasiones sea tan solo un grito atormentado. Sus creaciones, de enorme fuerza lírica y hondo contenido popular, recuerdan el drama de la guerra, la derrota y el destierro, mientras que reflejan la condición humana con con pasión idealismo. Los versos resaltan por la sobriedad del léxico, y por un ritmo extenso y reiterativo que le comunica una sonoridad similar a la de los versículos bíblicos, si bien a veces incurran en lo prosaico o simulen fruto de un simple verbalismo.
Tras Ganarás la luz (1943) y Parábola y poesía (1944), publicó Antología rota (1947), selección de poemas que llegó a elevado número de leyentes. Posteriormente se dieron a conocer España y también Hispanidad (1947), Llamadme publicano (1950) y El ciervo y otros poemas (1958), este último un canto elegíaco causado por el fallecimiento de su mujer. En su libro postrero, que se titula ¡Oh, este viejo y roto violín! (1965), piensa sobre el tiempo, el sueño y la desaparición, temas centrales de su última etapa.
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