La historia de las civilizaciones está contada por aquellas personas quea lo largo de los siglos, gracias a sus obras, sus pensamientos, sus creaciones o su talento; han hecho quela sociedad, de un modo u otro,avance.
Conocer las luces y las sombras de las personas significativas como Léon Blum, personas que hacen rodar y cambiar al mundo, es algo sustancial para que seamos capaces de apreciar no sólo la vida de Léon Blum, sino la de todos aquellos y aquellas que fueron inspiradas por Léon Blum, aquellas personas a quienes de un modo u otro Léon Blum influyó, y por supuesto, conocer y descifrar cómo fue vivir en el momento de la historia y la sociedad en la que vivió Léon Blum.
Las biografías y las vidas de personas que, como Léon Blum, atraen nuestra curiosidad, deben ayudarnos en todo momento como referencia y reflexión para ofrecer un marco y un contexto a otra sociedad y otra época de la historia que no son las nuestras. Intentar entender la biografía de Léon Blum, el motivo por qué Léon Blum vivió de la forma en que lo hizo y actuó del modo en que lo hizo en su vida, es algo que nos ayudará por un lado a entender mejor el alma del ser humano, y por el otro, el modo en que se mueve, de forma inexorable, la historia.
Político francés (París, 1872 - Jouy-en-Josas, 1950). Nació en una familia judía de clase media y estudió en la Escuela Normal Superior. Aunque licenciado en derecho y auditor del Consejo de Estado (1895), su primordial dedicación profesional fue la crítica literaria. Desde sus convicciones republicanas salió aproximando paulativamente al socialismo democrático representado por Jean Jaurès; fue el tema Dreyfus (1894-1906) el que terminó por decantarle terminantemente hacia el socialismo, centrando sus sacrificios en juntar a las desperdigadas formaciones socialistas que había en Francia.
En el momento en que, al reventar la Primera Guerra Mundial (1914-18), se formó el gobierno de la «Unión Sagrada», Léon Blum fue llamado a ayudar como jefe de gabinete del ministro socialista de Obras Públicas (1914-16). Y, una vez acabada la guerra, fue escogido diputado por París y aceptó un cierto liderazgo en el partido, sugiriendo un nuevo programa político amoldado a las condiciones de la posguerra (1919).
En el Congreso de Tours (1920) logró en frente de la mayor parte comunista partidaria de adherirse a la Tercera Internacional; por año siguiente fue nombrado jefe del partido socialista francés (Sección Francesa de la Internacional Obrera, SFIO), ahora escindido de los marxistas. Y, por contraste con estos, acentuó la definición del partido socialista como un conjunto democrático y humanista, cuyos valores morales resultaban incompatibles con cualquier estrategia para lograr el poder que no pasara por el convencimiento de la mayor parte expresado en las urnas.
Luchó dentro del partido por sostener su línea política en frente de los asaltos de las alas derecha y también izquierda; y, al tiempo, cooperó en el Parlamento con los radicales, robusteciendo la SFIO hasta transformarla en el núcleo de una gran coalición de izquierdas, el Frente Habitual. Dicha capacitación, construída para llevar a cabo en frente de la oleada fascista que se extendía por toda Europa, triunfó en las selecciones de 1936, tal es así que Blum se transformó en presidente.
El gobierno de Léon Blum ingresó esenciales reformas sociales, como la semana laboral de 40 horas, las vacaciones pagadas y la negociación colectiva de las condiciones de trabajo; pero no consiguió exactamente el mismo éxito en su pelea contra la depresión económica; y en política exterior adoptó una posición de no-intervención en frente de la Guerra Civil de españa (1936-39), que le alejó de sus socios marxistas.
Al final, cayó del gobierno en 1937 por la oposición del Senado a la creación de un impuesto sobre el capital. En 1938 volvió al poder; en esta ocasión su política exterior se caracterizó por una mayor solidez en oposición al fascismo, al procurar -si bien sin éxito- que las potencias occidentales pusiesen freno al expansionismo de la Alemania de Hitler.
En 1940, los alemanes invadieron Francia, poniendo fin con el tiempo experiencia democrática de la Tercera República. Léon Blum fue detenido por el gobierno títere del mariscal Pétain; tras someterle a un juicio en el que no se le ha podido encontrar culpable de nada (1942), fue entregado a los alemanes, que le internaron en los campos de concentración de Buchenwald y Dachau (1943-44).
Acabada la Segunda Guerra Mundial en 1945, volvió a Francia y a la dirección de la SFIO. Presidió un gobierno socialista monocolor que no duró mucho más que un par de meses (1946-47), en cuyo cómputo hay que anotar la adopción del Plan Monnet para la reconstrucción económica del país. Desde entonces perdió poder de resolución sobre su partido, si bien sostuvo hasta su muerte una enorme autoridad ética sobre los socialistas franceses.
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Los matices y las sutilezas que ocupan nuestras vidas son decididamente esenciales, ya que perfilan la diversidad, y en el caso de la vida de alguien como Léon Blum, que poseyó su importancia en una época concreta, es fundamental tratar de mostrar un panorama de su persona, vida y personalidad lo más rigurosa posible.
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