Apreciar lo bueno y lo malo de las personas destacadas como Kurt von Schuschnigg, personas que hacen rodar y cambiar al mundo, es una cosa sustancial para que seamos capaces de poner en valor no sólo la existencia de Kurt von Schuschnigg, sino la de todos aquellos y aquellas que fueron inspiradas por Kurt von Schuschnigg, aquellas personas a quienes de un modo u otro Kurt von Schuschnigg influyó, y ciertamente, conocer y descifrar cómo fue el hecho de vivir en el periodo histórico y la sociedad en la que vivió Kurt von Schuschnigg.
Las biografías y las vidas de personas que, como Kurt von Schuschnigg, atraen nuestra atención, tienen que valernos siempre como referencia y reflexión para ofrecer un marco y un contexto a otra sociedad y otra etapa de la historia que no son las nuestras. Hacer un esfuerzo por entender la biografía de Kurt von Schuschnigg, el motivo por qué Kurt von Schuschnigg vivió de la forma en que lo hizo y actuó de la forma en que lo hizo durante su vida, es algo que nos ayudará por un lado a vislumbrar mejor el alma del ser humano, y por el otro, la forma en que avanza, de forma inevitable, la historia.
Vida y Biografía de Kurt von Schuschnigg
(Riva del Garda, 1897 - Innsbruck, 1977) Político austriaco. Sucedió a Engelbert Dollfuss adelante de la cancillería (1934-1938) y fue obligado a renunciar tras la anexión de Austria por la Alemania de Adolf Hitler.
Hijo de un afamado general del ejército austro-húngaro, Kurt von Schuschnigg fue educado en el instituto católico de Feldkirch y, más tarde, pasó a la facultad de Innsbruck para continuar la carrera de derecho. Sus estudios se vieron molestados al reventar la Primera Guerra Mundial. Fue reclutado y enviado adelante italiano. Ascendió velozmente a teniente, pero al poco tiempo fue apresado por los italianos y retenido hasta la conclusión de la contienda en 1918.
En 1919 ha podido regresar a Innsbruck, donde concluyó su trayectoria. En esa localidad se estableció como letrado y también inició su andadura política en las filas del Partido Social Cristiano, una capacitación católica ultraconservadora y monárquica. Enemigo inexorable del socialismo, Schuschnigg se comprometió en la pelea contra las organizaciones sindicales y progresistas, fundando para esto las Sturmscharen, fuerzas paramilitares que atentaban contra cualquier viable afloramiento innovador en la conservadora sociedad austriaca.
En 1927 fue escogido diputado del Parlamento federal (Nationalrat) por el Partido Social Cristiano. En enero de 1932 consiguió la cartera de Justicia y también Interior en el gabinete encabezado por Buresch, del que asimismo formaba parte Engelbert Dollfuss como ministro de Agricultura. Con Dollfuss trabó Schuschnigg una sólida amistad que se tradujo en una angosta colaboración política.
Al formarse, en el mes de mayo de ese año, el primer gobierno autoritario de Engelbert Dollfuss, Schuschnigg, que apoyó con entusiasmo las medidas dictatoriales del nuevo canciller, preservó la cartera de Justicia y también Interior, desde la que se ocupó de regentar la beligerante opresión contra la oposición democrática y las organizaciones izquierdistas. Al año siguiente aceptó el cargo de ministro de Instrucción Pública.
Tras el homicidio de Dollfuss en el mes de julio de 1934, Kurt von Schuschnigg fue escogido para sucederle adelante de la cancillería. Trató de debilitar el creciente poder de las organizaciones nazis y suprimió la amenaza que para el gobierno sin dependencia suponían las Heimwehr, fuerzas paramilitares filonazis encabezadas por el vicecanciller Ernst Rüdiger Starhemberg, a quien expulsó del gobierno en el mes de mayo de 1936. En octubre eliminó de manera oficial las Heimwehr.
Pero, más tarde, sus sacrificios por sostener la independencia de Austria en oposición al expansionismo pangermánico de Adolf Hitler le llevaron a efectuar concesiones esenciales a los nazis austriacos. Al mismo tiempo, continuó la política de opresión contra la izquierda austriaca y las formaciones demócratas. Sus bases de poder han quedado reducidas al ejército y a la clase de los terratenientes. Con ello, Schuschnigg dejó expedito el sendero para el triunfo del nazismo.
El 11 de julio de 1936 permitió en aceptar a múltiples nazis moderados en su gobierno tras firmar un pacto con el embajador alemán Franz von Papen, a través de el que creyó garantizada la independencia austriaca. Tras la firma del acuerdo procuró fomentar la restauración de la monarquía de los Habsburgo, pero encontró con la decidida oposición de las potencias aliadas y del propio Hitler, que veía en ello un nuevo intento de Schuschnigg por eludir el Anschluss (la anexión de Austria a Alemania).
Temiendo una viable coalición entre Austria, Hungría y Checoslovaquia, el 12 de febrero de 1938, en un acercamiento festejado en Berchtesgaden, Hitler forzó a Schuschnigg a dar la cartera de Interior al primordial dirigente nazi de Austria, Arthur Seyss-Inquart. Sin embargo, el 9 de marzo siguiente el canciller anunció la celebración de un plebiscito por el que el pueblo austriaco decidiría sobre la unión con Alemania. Hitler respondió con un ultimátum demandando la instantánea unión de los dos estados bajo el III Reich.
Frente a la pasividad de los gobiernos británico y francés, Schuschnigg no logró evitar el comienzo de la invasión alemana de Austria el 11 de marzo de 1938. Ese mismo día presentó su dimisión; el poder quedó a cargo de Seyss-Inquart. Después de que Viena fuera ocupada por las tropas nazis el 12 de marzo, Schuschnigg fue detenido y deportado al campo de concentración de Dachau. Permaneció allí preso a lo largo de la Segunda Guerra Mundial, y fue liberado por los socios en el mes de mayo de 1945.
Tras su puesta en independencia marchó a Italia y de allí a Estados Unidos, país en que se estableció como instructor de ciencias políticas en la Universidad de San Luis (1948-1968). Después de su jubilación regresó a Austria, donde vivió hasta su muerte, acontecida a los 79 años. Fue creador de las proyectos Adiós, Austria (1938), Réquiem austriaco (1947), La ley de paz (1959), La despiadado rapiña (1969) y En pelea contra Hitler (1969).
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