Juana I de Navarra

La historia de las civilizaciones la narran aquellas personas queen el transcurrir de los siglos, gracias a su forma de actuar, sus ideales, sus hallazgos o su arte; han ocasionado quela humanidad, de una forma u otra,avance.

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Vida y Biografía de Juana I de Navarra

(Bar-sur-Seine, Francia, 1273 - Vincennes, Francia, 1305) Reina de Navarra (1274-1305) y reina consorte de Francia (1285-1305) por su matrimonio con el delfín Felipe (1284), que comenzó a reinar un año tras la boda como Felipe IV de Francia (desde 1285 hasta 1314) y I de Navarra (1284-1305).

Hija de Enrique I el Gordo de Navarra (1270-1274) y de Bianca de Artois, Juana I de Navarra había sido prometida en matrimonio a Enrique, primogénito de Eduardo I de Inglaterra (1272-1307), por el convenio de Bonlieu (Francia). Comenzó su reinado a los un par de años de edad bajo la regencia de su madre, que en 1274 reunió Cortes en general para denominar gobernador general del reino, cargo que recayó en Pedro Sánchez de Monteagudo, señor de Cascante.

Los deseos de castellanos, aragoneses y franceses de desposar a Juana con integrantes de sus respectivas familias reales hicieron buscar a su madre la protección de su primo hermano, el rey de Francia Felipe III el Atrevido (1270-1285), por lo que preparó el matrimonio de Juana con el delfín Felipe; a través de la firma del tratado de Orleans, en 1275 Juana fue prometida al príncipe. Tras ser festejados los desposorios, Felipe III empezó a ejercer la regencia de Navarra, como tutor de los prometidos, hasta la mayor parte de edad de su futura nuera, para lo que envió como gobernador a Eustaquio de Beaumarchais.

Al conocerse los términos de este acuerdo en Navarra, las divisiones internas y el temor de los estamentos a perder su independencia provocaron el estallido de una guerra civil, la llamada guerra de la navarrería. Tales revueltas eran además de esto alimentadas por la rivalidad entre castellanos y franceses, que tenían puestos sus intereses en Navarra. La corona francesa envió un ejército capitaneado por Roberto de Artois para contribuir a sus incondicionales; el vecindario de la navarrería de Pamplona fue asaltado y completamente asolado por los soldados franceses (1276). Los incondicionales del rey Alfonso X el Sabio de Castilla y León (1252-1284) fueron expulsados del territorio navarro y se firmó una concordia entre franceses y castellanos.

El orden quedaba de esta forma restituido en Navarra, que se transformó en un apéndice de Francia y pasaría a ser útil a los monarcas franceses en política exterior como un instrumento contra la Corona de Aragón. En 1281 el rey español Sancho IV el Bravo (1284-1295), heredero de Alfonso X, renunció en las vistas de Campillo a los derechos que pudiese tener al trono de Navarra a favor de Pedro III de Aragón; esto, unido a la intervención de Pedro III en los inconvenientes de Sicilia (1282) contra Carlos de Anjou, logró que la rivalidad franco-castellana se transformase en franco-aragonesa.

En 1283, mientras que los aragoneses se apoderaban de Sicilia, tropas navarras y francesas entraron por la Valdonsella y Canal de Berdún (Huesca). El 15 de agosto de 1284 contrajeron matrimonio Juana y el delfín francés. En 1285, tras la desaparición de su padre Felipe III el Atrevido, Felipe pasó a ocupar el trono. Tras unos años de paz en Navarra, por las vistas de Bayona, Felipe IV de Francia se forzó a llevar a cabo la guerra a Aragón; los navarros conquistaron Salvatierra (Álava), pero con el tratado de Tarascón (1291) volvió la paz.

Al fallecer Sancho IV de Castilla, Felipe IV, que en las vistas de Bayona se había puesto en compromiso a no respaldar las pretensiones al trono español de Alfonso de la Cerda, cambió de opinión, lo que le aproximó a aragoneses y navarros, que asimismo apoyaban al pretendiente. Las tropas de los incondicionales de Alfonso de la Cerda invadieron las tierras de Soria y San Esteban de Gormaz, y llegaron a sitiar Mayorga (Valladolid) en 1296; en 1297 conquistaron y perdieron Nájera (La Rioja). Con el objetivo de poner término a la contienda, los embajadores del rey francés plantearon en Burgos a María de Molina, viuda de Sancho IV, una asistencia militar en lugar de tierras que habían pertenecido al reino de Navarra; el acuerdo no llegó a firmarse.

Al fallecer la reina Juana I en 1305, la política castellana de Felipe IV quedó interrumpida, ya que los navarros nombraron rey al primogénito de Juana y Felipe, el delfín Luis (futuro Luis X de Francia), que sucedió a Juana I en el trono de Navarra. Juana I fue la última reina de Navarra de la vivienda de Champagne.

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