Juan Ramón Jiménez

Ya sea inspirando a otras personas o siendo una pieza esencial de la acción. Juan Ramón Jiménez es una de esas personas cuya vida, indudablemente, merece nuestra atención debido al grado de influencia que tuvo en la historia.Conocer la vida de Juan Ramón Jiménez es comprender más sobre época determinada de la historia de la humanidad.

Si has llegado hasta aquí es porque tienes conocimiento de la relevancia que tuvo Juan Ramón Jiménez en la historia. El modo en que vivió y lo que hizo mientras permaneció en la tierra fue determinante no sólo para quienes conocieron a Juan Ramón Jiménez, sino que tal vez produjo una huella mucho más honda de lo que logremosimaginar en la vida de personas que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya jamás a Juan Ramón Jiménez de forma personal.Juan Ramón Jiménez ha sido uno de esos seres humanos que, por alguna causa, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.

Vida y Biografía de Juan Ramón Jiménez

(Moguer, 1881 - San Juan de Puerto Rico, 1958) Poeta español. Su lírica evolucionó desde las últimas derivaciones del modernismo hacia una poesía al unísono emotiva y también intelectualista. Tras cursar el bachillerato en el instituto de los jesuitas de Puerto de Santa María (Cádiz), ingresó en la Universidad de Sevilla para estudiar derecho, carrera que abandonó para continuar su vocación artística.

Si bien en un inicio deseó ser pintor, próximamente se orientó hacia la poesía, animado por la lectura de Rubén Darío y de los escritores románticos. Sus primeras colaboraciones en la gaceta madrileña Vida Nueva fueron acogidas con entusiasmo por los modernistas, con lo que decidió moverse a Madrid en 1900 y difundir ese año sus 2 primeros volúmenes de versos, Ninfeas y Almas de violeta, títulos que le fueron sugeridos por Ramón del Valle-Inclán y Rubén Darío.

De carácter melancólico y depresivo, la inmediata muerte de su padre le ocasionó fuertes crisis inquietas que lo forzaron a pasar largas temporadas en sanatorios de Burdeos y Madrid. A esta temporada corresponden los libros Rimas (1902), Arias tristes (1903) y Jardines lejanos (1904), que configuraron una poética mucho más en la línea de Gustavo Adolfo Bécquer, empapada de musicalidad, melancolia y amor por la naturaleza, con metros fáciles en los que se destaca el octosílabo y un ritmo fluido.

Entre 1905 y 1912 el creador vivió en su pueblo natal, entregado a la lectura y admirando la vida campesina andaluza. Este acercamiento al planeta rural se tradujo en un nuevo sentimentalismo que, sin dejar la languidez inicial, se enriqueció con impulsos interesados y juveniles. En los niveles crepusculares de pálidos jardines, decadentes ensueños y estancias sigilosas, se dieron a conocer por vez primera colores refulgentes y también imágenes de mujeres desvistes que tiñeron los versos de erotismo.

En este periodo escribió múltiples volúmenes de orientación modernista: Elegías (1908-1910), Olvidanzas (1909), La soledad sonora (1911), Poemas mágicos y débiles (1911), Melancolía (1912) y Laberinto (1913), tal como el libro en prosa Platero y yo (1914), tierna elegía a un borriquillo que se transformó en uno de sus contenidos escritos mucho más insignes. De regreso a Madrid conoció a Zenobia Camprubí, de españa educada en Estados Unidos, con la que se casó en Nueva York en 1916. La vitalidad y las permanentes atenciones de Zenobia influyeron decisivamente en el nuevo rumbo que adoptó su trayectoria poética.

Tanto en los Sonetos espirituales (1914) como en Estío (1916) se anunciaba un cambio formal que acabó en el Diario de un poeta recién casado (1917), escrito prácticamente en su integridad a lo largo de la travesía del Atlántico. Según declaró el creador, el incesante movimiento de las olas le transmitió la obsesión por el ritmo y lo llevó a dejar las construcciones estróficas habituales, y a cultivar el verso libre. Al mismo tiempo, la ornamentación modernista desapareció a favor de un lenguaje sobrio y desvisto, que escapó de la vaguedad y aspiró a la precisión absoluta.

Exhibe de esto son las creaciones de Eternidades (1918), Piedra y cielo (1919), Poesía (1923) y Belleza (1923), donde suprimió todo lo que no tendiese a la esencia poética y a la plenitud espiritual y estética. Este giro hacia la «poesía pura» ejercitaría una enorme predominación en la obra inicial de los versistas de la generación del 27, especialmente en Jorge Guillén, Pedro Salinas, Federico García Lorca, Rafael Alberti, Dámaso Alonso y Vicente Aleixandre. El creador procuró llevar al campo de la prosa las conquistas conseguidas en sus versos y escribió la serie de retratos líricos que integraron el libro Españoles de tres mundos (1942), aparecido en su mayor parte en la gaceta Índice.

Simultáneamente, incitado por un afán de depuración máxima, sometió su obra a una persistente revisión. Fruto de esta incomodidad son las compilaciones de contenidos escritos Unidad (1925), Obra en marcha (1928), Sucesión (1932), Presente (1933) y Hojas sueltas (1935), que incluyeron páginas susceptibles de ser reelaboradas con posterioridad.

Tras la publicación de Cántico (1935), el estallido de la Guerra Civil interrumpió la tarea autora del poeta, que fue nombrado añadido cultural en Washington. Después de vivir en Estados Unidos y Cuba se instaló en Puerto Rico, donde enseñó en la facultad y se dedicó a retocar una gran parte de su obra. A esta última temporada forman parte los libros La estación total (1946), Romances de Coral Gables (1948) y Animal de fondo (1949), en los que la búsqueda de la hermosura total se plasmó por medio de una visión intelectualista y metafísica, dependiendo de la como su poesía se convirtió en un "dios deseante y esperado", con conciencia de la divinidad y con manifestación inefable de lo eterno. Juan Ramón Jiménez fue premiado con el premio Nobel de Literatura en 1956.

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Los matices y las sutilezas que ocupan nuestras vidas son en todos los casos importantes, ya que marcan la diferencia, y en la ocasión de la vida de una persona como Juan Ramón Jiménez, que detentó su trascendencia en un momento histórico concreto, es fundamental intentar brindar una perspectiva de su persona, vida y personalidad lo más rigurosa posible.

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