La historia del mundo está contada por las personas quea lo largo del tiempo, gracias a su proceder, sus ideas, sus innovaciones o su ingenio; han originado quela civilización, de una forma u otra,prospere.
Si has llegado hasta aquí es porque eres sabedor de la trascendencia que tuvo Juan María Gutiérrez en la historia. La manera en que vivió y lo que hizo durante el tiempo que estuvo en la tierra fue determinante no sólo para aquellas personas que frecuentaron a Juan María Gutiérrez, sino que tal vez legó una huella mucho más insondable de lo que logremosconcebir en la vida de personas que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya nunca a Juan María Gutiérrez personalmente.Juan María Gutiérrez ha sido una de esas personas que, por algún motivo, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.
(Buenos Aires, 1809 - id., 1878) Escritor y político argentino. Fundó, con Juan Bautista Alberdi, la Asociación de Mayo (1838). Exiliado a lo largo de la dictadura de Juan Manuel de Rosas, más tarde fue ministro de Relaciones Exteriores y rector de la Universidad de Buenos Aires (1861-1873). Escribió poesía y narraciones, pero resaltó principalmente como crítico literario y también historiador de la literatura, siendo reconocido como el iniciador de esta especialidad en su país.
Hijo de padre español y madre porteña, Juan María Gutiérrez estudió derecho, procuró moldes de europa para forjar su espíritu, charló y escribió un español culto (en el que desarrolló frecuentemente temas gauchos), amó con mucha pasión a América y también logró gala de un antiespañolismo incesante. Fue un increíble poeta romántico, si bien sobrio y de escasa fantasía, un óptimo prosista y un crítico benévolo y fecundo.
Doctorado en jurisprudencia en 1834, fue un activo participante del Salón Literario, en cuya sesión inaugural leyó un trabajo que se titula Fisonomía del entender español: cuál haya de ser entre nosotros; al lado de otros integrantes sobresalientes de su generación, participó de las ocupaciones secretas de la Asociación de Mayo. Sin embargo las afinidades entre Gutiérrez y el resto de la llamada generación romántica no van considerablemente más allí. Mientras estos, enfervorizados por la actividad política, procuraron llevar a cabo converger hacia ella sus intranquilidades literarias, Juan María Gutiérrez abandonó enseguida la militancia política, concentrando sus sacrificios en el campo de la educación y en el de la literatura.
Enemigo del dictador Juan Manuel de Rosas, padeció la prisión y el destierro, viajó por Europa y radicó cierto tiempo en Brasil y múltiples años en Chile, donde inició la antología poética de america con su América Poética (1846) y creó y dirigió la Escuela Náutica Nacional. Ministro de Gobierno con Vicente López y Planes en 1852 y de Relaciones Exteriores con Justo José de Urquiza en 1854, fue nombrado por Bartolomé Mitre rector de la Universidad en 1861. Fundador del períodico El Nacional Argentino, que nació con el propósito proclamado de respaldar la obra de gobierno de Bartolomé Mitre, y directivo de la Revista del Río de la Plata, parte importante de sus trabajos está todavía desperdigada por estas y otras publicaciones periódicas.
Volteriano y antiespañolista, Juan María Gutiérrez consagró sus mejores sacrificios a divulgar y exaltar la literatura latinoamericana. Editó proyectos de José Joaquín Olmedo, Pedro de Oña y Esteban de Luca, entre otros muchos, en una tarea editorial y crítica de increíble interés; uno de sus mucho más trascendentes estudios es el que dedica a Juan Cruz Varela. Giusti lo considera el padre de la crítica literaria argentina, juicio acertado y justo. Entre sus trabajos sobresalen Estudios biográficos y críticos sobre ciertos versistas sudamericanos precedentes al siglo XIX (1865), Don Esteban de Luca (1877) y La Literatura de Mayo, tal como el mencionado sobre Varela: Estudio sobre las proyectos y la persona del literato Don Juan Cruz Varela (1871). Se ocupó también de la edición de las Obras Completas de Esteban Echeverría.
Tienen menos valor sus cuadros de prácticas, pero merece mención su novela corta llamada El capitán de patricios. Fue además de esto entre los articulistas de la Constitución Nacional, sobre las Bases de Juan Bautista Alberdi. Pese a todo lo que se dijo y en términos absolutos, la obra que probablemente da mayor interés de este escritor y político argentino que no deseó admitir la correo de la Real Academia Española de la Lengua se titula Noticias históricas sobre el origen y avance de la enseñanza pública superior en Buenos Aires (1868), considerada entre las proyectos escenciales para el lugar de la narración de la civilización de su país. Se le tienen que asimismo otros trabajos sobre geografía y también historia de Argentina, sobre la ciencia de españa en el periodo colonial, etcétera.
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