La historia de las civilizaciones está escrita por aquellas personas queen el paso de los años, gracias a su proceder, sus ideas, sus innovaciones o su ingenio; han ocasionado queel género humano, de una forma u otra,prospere.
Ya sea inspirando a otros seres humanos o tomando parte de la acción. Juan Gil-Albert es una de las personas cuya vida, indudablemente, merece nuestra consideración debido al nivel de influencia que tuvo en la historia.Comprender la biografía de Juan Gil-Albert es conocer más sobre una época concreta de la historia del ser humano.
Si has llegado hasta aquí es porque eres consciente de la importancia que atesoró Juan Gil-Albert en la historia. El modo en que vivió y lo que hizo durante el tiempo que permaneció en el mundo fue determinante no sólo para las personas que trataron a Juan Gil-Albert, sino que quizá produjo una señal mucho más insondable de lo que podamosconcebir en la vida de gente que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya jamás a Juan Gil-Albert personalmente.Juan Gil-Albert fue uno de esos seres humanos que, por alguna causa, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.
Las biografías y las vidas de personas que, como Juan Gil-Albert, seducen nuestra curiosidad, deben valernos siempre como punto de referencia y reflexión para proponer un marco y un contexto a otra sociedad y otra época de la historia que no son las nuestras. Hacer un esfuerzo por comprender la biografía de Juan Gil-Albert, porqué Juan Gil-Albert vivió de la forma en que lo hizo y actuó del modo en que lo hizo en su vida, es algo que nos impulsará por un lado a comprender mejor el alma del ser humano, y por el otro, el modo en que avanza, de forma inexorable, la historia.
(Alcoy, 1906 - Valencia, 1994) Escritor y ensayista español. Poeta minoritario y de expresión refinada, su obra es una suma de intelectualismo clasicista y paganismo mediterráneo. Se dio a comprender a los veintiún años con 2 libros en prosa, La fascinación de lo irreal y Vibración de estío, los dos publicados en 1927. Estos contenidos escritos primerizos, ubicados en la estela del modernismo, revelan su admiración por Ramón del Valle-Inclán y Gabriel Miró, a quienes consideraba sus profesores.
A partir de aquí evolucionó hacia una estética vanguardista, como lo prueban las novedosas prosas de Cómo lograron ser (1929), sobre varios de los mucho más insignes retratos del Museo del Prado, y Crónicas para ser útil al estudio de nuestro tiempo (1932), de expresión audaz, fría y también imaginativa. Sin embargo, el volumen de versos que inaugura su trayectoria poética, Misteriosa presencia (1936), está conformado por 36 sonetos gongorinos de contenido erótico escritos según un canon completamente clasicista.
Al tiempo apareció Candente horror (1936), en el que el creador exploraba otros cauces formales, en un caso así surrealistas, para emprender temas inspirados por una actitud política comprometida con el antifascismo. En estos años conoció a Luis Cernuda y Federico García Lorca y cooperó en la fundación de la gaceta Hora de España, que entre 1936 y 1938 fue el órgano de los escritores republicanos. Resultado de su toma de conciencia popular fue el volumen de poemas Son nombres ignorados (1938), donde la contemplación de la naturaleza contrasta con la experiencia de la guerra y da sitio a un testimonio lúcido y dramático del enfrentamiento.
Exiliado en México, Juan Gil-Albert participó en distintas compañías editoriales de los emigrados y publicó Las ilusiones (1945), que piensa una vuelta al clasicismo. Este libro, escrito en endecasílabos, tiene una tonalidad elegíaca que entronca con el espíritu y la manera de los himnos grecolatinos: el poeta desengañado busca renovarse por medio de la evocación de la Antigüedad, sus cultos y sus mitos paganos.
De regreso a España (1947), Gil-Albert se dispuso a proseguir su tarea literaria en soledad cultivando un culteranismo intimista en el que conviven en fértil asamblea los elementos líricos, estéticos y moralizantes. A este periodo corresponden los sonetos de Concertar es amor (1951), que recorren el cosmos interior con alusiones a la familia, el cariño y la religión, sin que falten las referencias sencillamente anecdóticas. Su obra alcanzó un tardío pero definitivo reconocimiento con la publicación de la antología Fuentes de la perseverancia (1972), libro al que prosiguieron La metafísica (1974), Homenajes y también in promptus (1976) y Variaciones sobre un tema inextinguible (1981).
A su tarea como memorialista corresponden ciertos de sus mejores títulos: Los días están contados (1974), Crónica general (1974) y Memorabilia (1975). La evocación con frecuencia se remansa en medites o se regresa inapreciablemente fábula, de manera que en su caso es impreciso el límite de los géneros. Dentro del ensayo destacaremos Heraclés (1975), exposición en cierta forma similar al Corydon de André Gide sobre la homosexualidad, Drama patrio (1977) y un riguroso dietario bajo el título de Breviarium vitae (1979).
Su mejor novela es indudablemente Valentín (Homenaje a Shakespeare) (1974), confesión cariñosa en la prisión de Richard tras haber estrangulado en escena, a lo largo de una representación de Otelo, a Valentín. Otros títulos narrativos son Razonamiento insaciable (1979), Los arcángeles (1981) y Retrato oval (1977). En sus últimos años intentó sostenerse distanciado de los entornos políticos gracias a su avanzada edad, pero asimismo gracias a alguna decepción por la situación de españa; aún de esta manera, en 1986 fue nombrado presidente del Consejo de Cultura de la Generalitat Valenciana. Su último libro, Tobeyo o el cariño (1989), es un homenaje al país donde se exilió al finalizar la guerra civil de españa: México. Póstumamente, en 1996, apareció la recopilación Primera obra poética 1936-1938.
¿Qué opinas de la existencia de Juan Gil-Albert? ¿Has hallado todo aquello que pensabas que ibas a hallar?
Evidentemente conocer profundamente a Juan Gil-Albert es algo que está reservado a pocas personas, y que pretender reconstruir quién fue y cómo fue la vida de Juan Gil-Albert es una suerte de enigmaque con bastante probabilidad consigamos reconstruir si cooperamos todos a la vez.
Por esta razón, si eres de las personas que confían en que de forma colaborativa es posible elaborar algo mejor, y tienes información en relación con la biografía de Juan Gil-Albert, o acerca de algún detalle de su personalidad u obra que no hayamos contemplado en esta biografía, te pedimos que nos lo envíes.
Los matices y las sutilezas que llenan nuestras vidas son en todos los casos esenciales, ya que destacan la singularidad, y en el caso de la vida de un ser como Juan Gil-Albert, que poseyó su relevancia en un momento concreto de la historia, es esencia tratar de mostrar una visión de su persona, vida y personalidad lo más precisa posible.
No lo dudes y contacta con nosotros para contarnos qué conocimientos tienes tú acerca de Juan Gil-Albert. Estaremos complacidos de completar esta biografía con más información.