La historia universal la escriben aquellos hombres y mujeres quea lo largo de los siglos, gracias a su proceder, sus ideas, sus innovaciones o su ingenio; han hecho queel género humano, de un modo u otro,progrese.
Ya sea inspirando a más seres humanos o siendo parte de la actuación. Juan de Valdés es uno de esos seres humanos cuya vida, en efecto, merece nuestra atención debido al grado de influencia que tuvo en la historia.Comprender la existencia de Juan de Valdés es comprender más sobre etapa determinada de la historia del ser humano.
Si has llegado hasta aquí es porque tienes consciencia de la importancia que detentó Juan de Valdés en la historia. Cómo vivió y aquello que hizo en el tiempo en que permaneció en la tierra fue determinante no sólo para aquellas personas que trataron a Juan de Valdés, sino que posiblemente dejó una señal mucho más honda de lo que logremossospechar en la vida de personas que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya jamás a Juan de Valdés de forma personal.Juan de Valdés fue una de esas personas que, por alguna causa, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.
Apreciar lo bueno y lo malo de las personas destacadas como Juan de Valdés, personas que hacen rodar y cambiar al mundo, es una cosa básica para que seamos capaces de apreciar no sólo la existencia de Juan de Valdés, sino la de todos aquellos y aquellas que fueron inspiradas por Juan de Valdés, gentes a quienes de de una forma u otra Juan de Valdés influenció, y sin duda, conocer y descifrar cómo fue el hecho de vivir en la época y la sociedad en la que vivió Juan de Valdés.
Vida y Biografía de Juan de Valdés
(Cuenca, 1499 - Nápoles, 1541) Humanista español. Hermano de Alfonso de Valdés, sirvió al duque de Escalona. Fue un entusiasta, si bien no al radical de su hermano, de la doctrina de Erasmo, con quien llegó a detallar una relación de amistad. Posteriormente pasó a vivir en la corte. Su Diálogo de doctrina cristiana, de nuevo conformado por un espiritual (escrito anónimo, 1529) fue denunciado a la Inquisición. Estuvo en Roma, donde fue gentilhombre del papa Clemente VII (1531-1534), y en Nápoles, donde sirvió al virrey (1534).
En Nápoles comentó las Epístolas de San Pablo y trató inconvenientes de actualidad religiosa en las sacre conversazioni, y expuso la doctrina del «beneficio de Cristo», que alcanzó enorme difusión en Italia, donde fue obtenida por Benedetto de Mantova, y también influyó en España, en especial en el santurrón Juan de Ávila y en Fray Luis de Granada. Él mismo recogió sus exposiciones en Alfabeto católico (1546) y Ciento diez consideraciones divinas (1550), publicados en italiano. Su obra se completa con Diálogo de la lengua, Salterio traducido del hebreo, Comentario a los cánticos, El Evangelio de San Mateo traducido y aclarado y Trataditos.
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Las sutilezas y las peculiaridades que ocupan nuestras vidas son decididamente imprescindibles, ya que destacan la singularidad, y en el caso de la vida de una persona como Juan de Valdés, que tuvo su importancia en una época determinada, es imprescindible intentar ofrecer un panorama de su persona, vida y personalidad lo más precisa posible.
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