La historia del mundo la escriben aquellos hombres y mujeres queen el paso de los años, gracias a su forma de actuar, sus ideales, sus hallazgos o su arte; han ocasionado quela sociedad, de un modo u otro,avance.
Apreciar lo bueno y lo malo de las personas significativas como Juan de Torquemada, personas que hacen rodar y cambiar al mundo, es una cosa esencial para que seamos capaces de valorar no sólo la existencia de Juan de Torquemada, sino la de todos aquellos y aquellas que fueron inspiradas por Juan de Torquemada, personas a quienes de un modo u otro Juan de Torquemada influyó, y por supuesto, comprender y entender cómo fue vivir en el momento de la historia y la sociedad en la que vivió Juan de Torquemada.
Las biografías y las vidas de personas que, como Juan de Torquemada, atraen nuestra atención, tienen que valernos siempre como referencia y reflexión para conferir un marco y un contexto a otra sociedad y otra época de la historia que no son las nuestras. Intentar comprender la biografía de Juan de Torquemada, el motivo por el cual Juan de Torquemada vivió de la forma en que lo hizo y actuó del modo en que lo hizo en su vida, es algo que nos impulsará por un lado a vislumbrar mejor el alma del ser humano, y por el otro, la forma en que avanza, de forma implacable, la historia.
(Valladolid, 1388 - Roma, 1468) Cardenal y teólogo español. Nacido en el seno de una familia con antecedentes judaicos, se realizó dominico (1403) y asistió al Concilio de Constanza (1413). Enviado a los concilios de Basilea y de Florencia por el papa Eugenio IV, contribuyó a la condenación de las herejías de Jan Hus y de Wiclef. Entre sus proyectos resalta la Summa de Ecclesia (1448-1449), apología del poder pontificio.
Descendiente de judíos, Juan de Torquemada ingresó en la orden de los reverendos en el convento de San Pablo de Valladolid. En 1417 fue llamado por el provincial de Castilla a fin de que asistiera al Concilio de Constanza (Alemania). En 1424 se licenció en teología en París, y un año después le fue concedido el título de doctor. Poco después regresó a Valladolid y se puso adelante de distintos conventos.
En 1432 asistió al Concilio de Basilea (Suiza) en calidad de teólogo del papa Eugenio IV, pontífice que le había nombrado profesor del Sacro Palacio Pontificio. Juan de Torquemada contribuyó a que se condenaran las doctrinas de John Wiclef y de Jan Hus, y mantuvo el dogma de la Inmaculada Concepción de María.
Pocos años después, en el Concilio de Ferrase-Florencia (Italia), defendió la unión de las iglesias orientales. Tras entrar al cardenalato de San Sixto, ocupó las cátedras episcopales de Palestrina, Sabina (Italia), Cádiz, Orense y León, consecutivamente. Destacó como promotor de varias restauraciones artísticas en España y también Italia y como entre los introductores de la imprenta en Italia.
Juan de Torquemada escribió cerca de cincuenta proyectos de pensamiento espiritual, de las que mucho más de veinte se han publicado póstumamente. De entre todas y cada una ellas se destaca el tratado Summa de Ecclesia, que redactó entre 1444 y 1449. Summa de Ecclesia muestra la doctrina de la potestad indirecta del Papa en materia temporal, partiendo de Santo Tomás y superando a Juan de París, y se dirige contra los contrincantes de la Iglesia y de la Primacía de San Pedro. Las proposición desarrolladas llenan trescientos treinta y seis episodios, cuyo interés acaba en el 113, donde, tras enseñar ámbas opuestas críticas que atribuyen al Papa ahora el único poder espiritual, ahora la plena jurisdicción en ámbas esferas, basa su actitud.
Torquemada comprende que el Papa tiene "una alguna jurisdicción temporal en todo el orbe católico", pero no una potestad total, sino más bien un poder justificado en su orientación por cuanto resulte exacto para preservar los recursos espirituales y apoyado en las pretensiones de la Iglesia y en las obligaciones del sacerdocio. Estudia del mismo modo y protege la superioridad del poder espiritual sobre el temporal, señalando las múltiples excelencia del mismo.
El mayor interés de la obra de Torquemada no está únicamente en este régimen autónomo inicial de la Iglesia, que le hace principal creador de la Eclesiología, sino más bien asimismo en la concepción misma del poder; por este motivo su obra fué vista por Dublanchy como una época definitiva en el avance del derecho pontificio. Torquemada agrede a Marsilio de Padua, repudia fallos de Egidio Romano y adelanta las mucho más fecundas líneas doctrinales, por donde le son deudores Vitoria, Soto y Belarmino. La prioridad la tiene bien ganada y no se la tienen la posibilidad de quitar los estudios de Leclercq sobre Juan de París; por ahora esta relación no queda testimoniada, y en cualquier caso la obra del cardenal español tiene vigores y primores de los que carece la del parisiense.
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Sin duda alguna llegar a comprender a Juan de Torquemada es algo que se reserva a escasas personas, y que tratar de recomponer la persona que fue y el modo en que vivió la vida de Juan de Torquemada es una especie de rompecabezasque probablemente logremos reconstruir si colaboramos todos juntos.
Por eso, si eres de las personas que confían en que de forma colaborativa existen posibilidades de crear algo mejor, y conservas información con respecto a la existencia de Juan de Torquemada, o sobre algún matiz de su personalidad u obra que no hayamos observado en esta biografía, te solicitamos que nos lo envíes.
Los matices y las sutilezas que ocupan nuestras vidas son decididamente determinantes, ya que marcan la diferencia, y en el caso de la vida de un ser como Juan de Torquemada, que tuvo su significación en un momento histórico concreto, es fundamental intentar mostrar una perspectiva de su persona, vida y personalidad lo más exacta posible.
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