La historia del mundo la narran las personas queen el paso de los años, gracias a sus obras, sus pensamientos, sus creaciones o su talento; han hecho quela civilización, de un modo u otro,progrese.
Ya sea inspirando a otras personas o siendo una pieza esencial de la acción. Juan Antonio Pérez Bonalde es una de esas personas cuya vida, sin duda alguna, merece nuestra consideración por el nivel de influencia que tuvo en la historia.Comprender la vida de Juan Antonio Pérez Bonalde es conocer más sobre una época concreta de la historia del ser humano.
Si has llegado hasta aquí es porque tienes consciencia de la importancia que detentó Juan Antonio Pérez Bonalde en la historia. La manera en que vivió y las cosas que hizo en el tiempo en que permaneció en este mundo fue determinante no sólo para las personas que conocieron a Juan Antonio Pérez Bonalde, sino que posiblemente produjo una señal mucho más vasta de lo que logremosfigurar en la vida de gente que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya jamás a Juan Antonio Pérez Bonalde personalmente.Juan Antonio Pérez Bonalde ha sido uno de esos seres humanos que, por alguna causa, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.
Conocer lo bueno y lo malo de las personas relevantes como Juan Antonio Pérez Bonalde, personas que hacen girar y evolucionar al mundo, es una cosa básica para que podamos poner en valor no sólo la vida de Juan Antonio Pérez Bonalde, sino la de todos aquellos y aquellas que fueron inspiradas por Juan Antonio Pérez Bonalde, personas a quienes de de una forma u otra Juan Antonio Pérez Bonalde influyó, y ciertamente, conocer y descifrar cómo fue el hecho de vivir en el momento de la historia y la sociedad en la que vivió Juan Antonio Pérez Bonalde.
(Caracas, 1846 - La Guaira, 1892) Poeta venezolano reconocido como el mejor exponente del Romanticismo en su país. Tardíamente llegó el Romanticismo poético a Venezuela a través de Juan Antonio Pérez Bonalde, pero no hubiera podido elegir mejor guía que este poeta. Su vida estuvo marcada por la pobreza y el exilio, las dificultades y los trabajos desagradecidos y la pérdida de conocidos cercanos, pero nada de esto le impidió atesorar una cultura literaria sin parangón en la Venezuela de su temporada. Como los enormes románticos de europa, fue dependiente al opio y a los viajes, reales y también imaginarios. Tuvo la fortuna de llegar tarde al Romanticismo, merced a lo que ha podido ahorrarse los puntos mucho más declamatorios y altisonantes de este movimiento, y la desgracia de fallecer antes de ver afirmado el carácter anunciador y precursor de su poesía en la de los de venezuela que le sucedieron. Se dijo de él que, tras Andrés Bello, fue, en el siglo XIX, el poeta mucho más prominente y cosmopolita de la historia del país.
Pérez Bonalde era el noveno hijo de una familia de pocos elementos. Tanto su educación como su afición a la lectura se fraguaron en aquel hogar sencillo. A los 12 años sabía alemán y leía a los versistas románticos. Sus progenitores, Juan Antonio Pérez y Gregoria Bonalde, debieron emigrar en 1863, en el momento en que Venezuela se encontraba sumida en el caos de la Guerra Federal (1859-1863), la mucho más extendida contienda civil desde las guerras de Independencia. Durante los cinco años que duraron las exacciones de caudillos y montoneras y las epidemias de malaria y disentería que las acompañaban, fallecieron en Venezuela (de cerca del millón ochocientos mil pobladores que contaba entonces el país) entre 150.000 y 200.000 de venezuela, o sea, del ocho al once por ciento de la población del país.
El joven Pérez Bonalde tenía quince años en el momento en que conoció su primer exilio. Su padre era un liberal, y se le amenazó a seleccionar entre el destierro o una muerte prácticamente segura. Sin elementos, en la mayor pobreza, la abundante familia fue a parar primero a Puerto Rico y después a Santo Tomás. Juan Antonio asistía a su familia dando clases de piano y realizando de profesor de escuela. En 1864 regresó a Venezuela y cooperó con publicaciones liberales.
En 1870 se incorporó a una Sociedad Patriótica que aceptó posiciones críticas frente al nuevo gobierno autoritario del general Antonio Guzmán Blanco. Pérez Bonalde era ahora popular como poeta entre sus amigos, quienes lo incitaron a redactar una sátira contra el presidente. Esto bastó a fin de que las autoridades lo expulsaran del país. Para hacerse un concepto del tiempo dominante bajo el gobierno del "Americano Ilustrado", baste una famosa anécdota. En 1873, en un certamen literario cuyo tema impuesto era la ensaltación de un genio de la ciencia, resultó vencedor el creador de un poema en el que se cantaban alabanzas a Copérnico y que llevaba por título El poder de la iniciativa. Pero como el poco afortunado ganador había omitido nombrar en su panegírico al presidente de la República, éste ordenó que no se le hiciese efectivo el premio. "Que le cobre a Copérnico", fue su comentario, a fin de que el poeta tuviese "un concepto del poder".
Pérez Bonalde se estableció en Nueva York, donde trabajó para Lanman y Kemp-Barclay, una factoría de perfumes. De 1870 a 1888 viajó infatigablemente como agente comercial por distintos países de Hispanoamérica, Europa, Asia y Medio Oriente. Extraordinariamente dotado para la educación de lenguas, "charlaba con pasmante perfección la lengua inglesa, la lengua alemana, la lengua francesa, el italiano y el portugués. Hasta el danés y el chino semeja que llegó a comprenderlos", según apunta Arturo Uslar Pietri. Pérez Bonalde fue el primer escritor venezolano realmente cosmopolita, mezcla de Chateaubriand y de Heine del Caribe. En 1877 publicó su libro de poemas Estrofas, que incluye su mucho más célebre composición, Vuelta a la patria, indudablemente el poema lírico venezolano más esencial del siglo XIX. Y fue en Ritmos donde, en 1880, recogió Poema del Niágara, un canto a la naturaleza en la mejor tradición romántica.
En 1883 vivió su mucho más honda catástrofe personal con la desaparición de su única hija, Flor, hecho que le inspiró otra de sus visibles creaciones y la resolución de no regresar a difundir su poesía. De regreso al país en 1889, tras la desaparición de su madre, recibió el homenaje de todo el mundo intelectual. Una muerte súbita lo sorprendió antes que pudiese ocuparse de una misión diplomática que le había sido encomendada. Su salud se había resentido dificultosamente tras años de privaciones, desgracias familiares y vida trashumante.
Es conveniente poner énfasis su obra como traductor, por lo menos tan esencial como su producción poética. Además de sonetos de Shakespeare, son en especial visibles sus ediciones de El cancionero de Heinrich Heine (1885) y del poema El cuervo, de Edgar Allan Poe (1887), la primera en lengua castellana. Del prólogo que escribió a su traducción de Heine opinaba Menéndez Pelayo que es "el monumento mucho más insigne que hasta la actualidad han dedicado las letras castellanas al último enorme poeta que hemos alcanzado en nuestro siglo", y, de la versión misma, que representaba "entre los libros de poesía castellana que mucho más instinto poético revela, aun siendo movido de pensamientos extraños". Entre los de venezuela, Jacinto Fombona Pachano veía en las traducciones de Pérez Bonalde mucho más instinto revolucionario y audacia que en su poesía: "Fuera de un Gustavo Adolfo Bécquer, no recordamos otro ciertos románticos que hubiera comprendido mejor, por poner un ejemplo, el aliento extraño y renovador de la poesía norteña".
No es exagerado estimar a Juan Antonio Pérez Bonalde como el mucho más grande de los románticos de venezuela y el precursor de la actualizada poesía venezolana. Su búsqueda y recurrente descubrimiento de la precisión verbal deja conocer en Pérez Bonalde a un poeta genuino. Ésta es, exactamente, su mucho más alta lección: decir mucho más con menos en un tiempo donde abundaban el floripondio y la vaguedad oratoria. Su obra poética, no muy larga, transporta la huella del romanticismo melancólico: melancolia de lo perdido, culto a los fallecidos, crepuscularismo. Es un increíble lírico romántico de evocaciones nostálgicas, cuyos ecos lo aproximan mucho más al posromanticismo que al modernismo. Y su poesía influyó poderosamente en la lírica venezolana. Sus poemas mucho más conmemorados son la elegía Flor (encargada de su hija Flor, que murió siendo muy pequeña), Primavera, Poema del Niágara y Vuelta a la patria.
Expresión del mal del desterrado que vuelve a su país, donde le espera, lamentablemente, la tumba de la madre fallecida, Vuelta a la patria (1875) es al unísono un composición sobre el cariño patrio y el cariño filial, nutridos y robustecidos en la sepa. El poema fue escrito en el mar, mientras que el barco que transportaba a Pérez Bonalde navegaba no hacia La Guaira, como podrían hacérnoslo opinar ciertas de sus referencias, sino más bien hacia Puerto Cabello, donde lo acogieron familiares y amigos, frente los que leyó su composición. La pervivencia de este poema debe atribuirse a su calidad emotiva, a la honestidad y a la hondura del sentimiento expresado, al contenido tan humano que encierra, tal como al don lírico y a la elasticidad de una expresión espesa y matizada, cuyo ritmo de afuera se amolda fantásticamente al de la emoción.
¿Qué juicio te merece la crónica de la vida de Juan Antonio Pérez Bonalde? ¿Has podido leer toda aquella información que deseabas hallar?
Indudablemente descubrir en lo más recóndito a Juan Antonio Pérez Bonalde es algo que está reservado a pocas personas, y que intentar reconstruir quién y cómo fue la vida de Juan Antonio Pérez Bonalde es una suerte de enigmaque a lo mejor podamos rehacer si cooperamos conjuntamente.
Por ese motivo, si eres de aquellos que creen en que cooperando es posible elaborar algo mejor, y posees información en relación con la existencia de Juan Antonio Pérez Bonalde, o en relación con algún aspecto de su persona u creación que no se contemple en esta biografía, te solicitamos que nos lo envíes.
Los matices y las sutilezas que llenan nuestras vidas son decididamente importantes, ya que perfilan la diversidad, y en el caso de la vida de alguien como Juan Antonio Pérez Bonalde, que poseyó su importancia en una época concreta, es fundamental procurar mostrar una perspectiva de su persona, vida y personalidad lo más rigurosa posible.
Sin titubeos, contacta con nosotros para relatarnos qué conoces con respecto a Juan Antonio Pérez Bonalde. Estaremos encantados de completar esta biografía con más información.