José Oller Roca

La historia de la civilización la escriben aquellas personas queen el paso de los años, gracias a su forma de actuar, sus ideales, sus hallazgos o su arte; han ocasionado queel mundo, de un modo u otro,avance.

Conocer las luces y las sombras de las personas significativas como José Oller Roca, personas que hacen rodar y cambiar al mundo, es una cosa fundamental para que seamos capaces de apreciar no sólo la vida de José Oller Roca, sino la de todas aquellas personas que fueron inspiradas por José Oller Roca, personas a quienes de de una u otra forma José Oller Roca influyó, y indudablemente, conocer y descifrar cómo fue el hecho de vivir en el periodo histórico y la sociedad en la que vivió José Oller Roca.

Vida y Biografía de José Oller Roca

(Terrasa, 1839 - París, 1922) Empresario francés, uno de los más importantes del París de la Belle Epoque, constructor del Moulin Rouge. Su instinto y su carácter emprendedor hicieron que a lo largo de años se le considerara el mucho más grande animador de las noches parisinas.

Si bien nativo de España, Oller Roca se trasladó a París a los tres años, ya que su padre, Francisco Oller Xatart, había marchado a la ciudad más importante del Sena desde su Cataluña natal para arrancar un negocio de tejidos que enseguida fue próspero. En París nacieron los 2 hermanos de José, Alejandro y Juan, y murió su madre, Teresa Roca.

La niñez de José Oller transcurrió en un ámbito plácido y acomodado. Se formó como de adentro en el Liceo de Saint Denis, y amplió su capacitación con viajes por Europa y visitas a sus familiares en España, donde mejoró sus entendimientos de español. Al finalizar sus estudios, asistió en el transcurso de un tiempo a su padre en el negocio de tejidos, pero enseguida comenzó a estudiar ciertos proyectos personales. En 1864 ha propuesto al gobierno de España el lugar de un servicio de navíos a vapor entre las islas Canarias, que fue rechazado, y puesto en práctica de manera exitosa treinta años después, en el momento en que ahora Oller se encontraba dedicado totalmente a su actividad empresarial.

En 1865 puso en marcha su primer negocio: una agencia de apuestas para las carreras de caballos. En 1867 lo mejoró inventando un sistema de apuestas mutuas, el Paris-mutuel, que supuso un éxito rotundo. Poco después, el talento de Oller le llevó a inventar una máquina de impresión para los billetes de apuestas movida por el motor Lenoir, de reciente creación.

Con su actividad en las carreras, José Oller se había transformado en un hombre rico. Sin embargo, la fortuna le dio la espalda en 1875, en el momento en que un tribunal declaró ilícito el negocio de las apuestas en las carreras de caballos. Oller, que se había casado seis años antes con la peruana Carmen Coello, supo que había llegado el instante de ofrecer un giro a su actividad. En el lapso de sus viajes por Europa había popular de cerca el planeta del teatro y trabado ciertos entendimientos de escenografía, y decidió colocarlos en práctica con la apertura de un local para espectáculos de variedades que bautizó con el nombre de Fantaisies Oller.

Los parisinos acogieron la iniciativa con entusiasmo, y atestaban el recinto todas y cada una de las noches. Dos años después Oller abría un nuevo local, el Theatre des Nouveautés, con tres mil localidades de aptitud. En 1882 creó el hipódromo de Saint Germain y patentó un sistema de iluminado eléctrico para la pista de carreras. En 1885 puso en marcha en el centro de París La Grande Piscine Rochechuart, una piscina cubierta de 600 m2, que tenía quinientas cabinas, gimnasio y sauna, y por la que llegaron a pasar anualmente veinticinco mil personas.

Con 46 años, José Oller se había transformado en un empresario de prestigio y un hombre de peso en la vida popular parisina. Pero fue en 1886 en el momento en que Oller dio la enorme campanada al abrir Le Nouveau Cirque, un local cuyo ámbito se encontraba dispuesto para festejar espectáculos circenses, si bien, de forma prácticamente instantánea, a través de un complejo sistema desarrollado por nuestro Oller, podía transformarse en una piscina donde se ofrecían números de danza acuática. Después de la apertura de este local, absolutamente nadie tuvo ahora duda de que José Oller era, por derecho propio, el rey de la noche de París.

En 1889 París inauguró una exclusiva Exposición Universal, y José Oller deseó explotar con otro negocio la masiva afluencia de visitantes que invadirían la localidad con ocasión de la Exposición. Decidió alzar un cabaret en pleno corazón de Montmartre, al que bautizó con el nombre de Moulin Rouge. El nuevo local de Oller se transformó en el centro de la vida popular de París.

Sus bailarinas de cancan tenían popularidad de ser las mejores de la región, y Oller en persona se preocupaba de actualizar regularmente los espectáculos y contratar a los más destacados artistas capaces de sugerir los números mucho más auténticos. Pintores como Toulouse-Lautrec o Jules Cheret plasmaron en sus pinturas diferentes situaciones del Moulin Rouge, y también intelectuales y artistas como Vicent Van Gogh, Pablo Ruiz Picasso, Oscar Wilde o Santiago Rusiñol se hicieron habituales del local.

En 1891, Oller abrió en el otro radical de la región otro centro de diversión, Le Jardin de Paris, que comenzaba a marchar en el momento en que el Moulin Rouge cerraba sus puertas. Por eso, el empresario estableció un sistema de transporte gratis a través de un ómnibus que transfería a los clientes del servicio de un local a otro. En 1893 abrió la salón Olympia, lista para acoger espectáculos de music-hall que hacían escandalo en Europa, y donde triunfó la Bella Otero, considerada el ideal de la belleza femenina de la temporada.

Los locales de Oller funcionaron a máximo rendimiento hasta 1914, en el momento en que el estallido de la Gran Guerra despertó a París y a todo el mundo del sueño de la Belle Epoque. Para entonces, José Oller se había ganado el alias de "Napoleón de las atracciones" con que le bautizó el crítico Maurice Joyant.

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