Las biografías y las vidas de personas que, como José María Sostres, seducen nuestro interés, deben valernos en todo momento como punto de referencia y reflexión para proponer un marco y un contexto a otra sociedad y otra época que no son las nuestras. Hacer un esfuerzo por entender la biografía de José María Sostres, el motivo por el cual José María Sostres vivió del modo en que lo hizo y actuó de la forma en que lo hizo durante su vida, es algo que nos impulsará por un lado a vislumbrar mejor el alma del ser humano, y por el otro, la forma en que avanza, de forma inexorable, la historia.
(José María o Josep Maria Sostres Maluquer; Seo de Urgel, 1915 - Barcelona, 1983) Arquitecto español formado en Barcelona. Fue cofundador y integrante del Grupo R, que contribuyó a la renovación de la arquitectura de españa de la posguerra. Experimentó, en una primera etapa, con materiales naturales y elementos habituales en proyectos como la Casa Elías (Bellver de Cerdaña, 1946), la Casa Cusí (Seo de Urgel, 1952) y el hotel María Victoria (Puigcerdà, 1952). A partir de finales de los años cincuenta desarrolló un estilo de forma plena moderno, influido por el neoplasticismo, en proyectos como la Casa Agustí (Sitges, 1953-1955), la Casa Iranzo (Esplugues de Llobregat, 1957) y la reforma del edificio del períodico El Noticiero Universal (Barcelona, 1963-1965). Desde 1962 fue catedrático de historia de la arquitectura en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona. Recibió el Premio Nacional de Arquitectura en 1972.
Nativo de la población ilerdense de Seo de Urgel, a los seis años pasó con su familia a Montblanc (Tarragona), donde, según su testimonio, se despertó su sensibilidad arquitectónica a lo largo de la visita al monasterio de Poblet. Poco después radicó en Vilanova i la Geltrú (Barcelona) y entró en contacto con el planeta modernista merced a sus reiteradas visitas a la vecina Sitges (Barcelona). Al contacto con Mir y otros artistas, Josep Maria Sostres comenzó a ejercitarse en la pintura, una práctica que le iba a acompañar durante prácticamente toda su historia.
En 1933 se trasladó a Madrid para entrar en la Escuela de Ingenieros de Caminos; no obstante, una inopinada patología le forzó a regresar terminantemente al hogar familiar, sito ahora en Barcelona. En la ciudad más importante catalana inició los estudios de ciencias precisas con la intención de entrar en la Escuela de Arquitectura, frecuentó los entornos artísticos y se vinculó a ciertos conjuntos literarios. En 1935 efectuó su primera exposición en el Salón de Artistas Universitarios de la Universidad Autónoma de Barcelona.
A lo largo de la Guerra Civil (1936-1939), Sostres continuó convaleciente y entabló amistad con el poeta Joan Vinyoli. A través de la gaceta AC sostuvo vivo su vínculo con la arquitectura, hasta el momento en que en 1941 inició de manera oficial los estudios en Barcelona. A lo largo de esa etapa efectuó ciertos trabajos dignos de mención, como un anteproyecto para un teatro de arte dramático y el Estudio sobre la figura y obra de Otto Wagner, a quien Josep Maria Sostres admiraba intensamente.
Tras titularse en 1946, Joan Francesc Ràfols, uno de sus mucho más reconocidos profesores, le ofreció un puesto de ayudante en la Escuela de Arquitectura de Barcelona. Vinculado a lo largo de toda su historia profesional a esta institución, desde 1957 fue instructor de Historia de las Artes Plásticas y también Historia de la Arquitectura, cátedra a la que accedió en 1962. En 1946 viajó a Italia y estudió la obra de Giuseppe Terragni, entre las personalidades mucho más atrayentes y también predominantes del racionalismo arquitectónico italiano. De vuelta a Barcelona abrió su estudio y fue contratado como arquitecto municipal interino en la población de Bellver de Cerdanya (Lleida).
A finales de la década de 1940 proyectó sus primeras creaciones, entre aquéllas que cabe nombrar las viviendas de campo del Camí de Talló, en Bellver. En 1949 logró, adjuntado con otros cinco colegas, el primer premio en el Concurso de Ideas para la Solución del Problema de la Vivienda Económica, convocado por el Colegio de Arquitectos de Barcelona. En ese instante se vinculó a agrupaciones católicas similares con el campo de la arquitectura y la vivienda, y entabló una intensa relación profesional con Antoni de Moragas y Ramon Tort.
En 1951 participó en la capacitación del Grup R, del que Josep Maria Sostres fue el primordial animador cultural y teorético. Su relación epistolar con el historiador del arte Nikolaus Pevsner alimentó en él la estable intención de transformarse en erudito y teorético de la arquitectura. A partir de 1953, y en un espacio de tiempo de solamente un decenio, se erigieron la mayoría de sus inmuebles, proyectos que ponían de manifiesto su independencia artística y su segura situación teorética. Entre ellas resaltan la Casa Agustí de Sitges (Barcelona, 1953-1955), el hotel María Victoria de Puigcerdà (Girona, 1953-1957), el grupo de casas vacacionales de Torredembarra (Tarragona, 1954-1957), las viviendas Moratiel y también Iranzo de Ciudad Diagonal (Esplugues de Llobregat, Barcelona, 1956-1957) y el edificio de El Noticiero Universal (Barcelona, 1963-1965; Premio FAD en 1986).
Las distribuciones planimétricas de Josep Maria Sostres argumentan a una práctica y original sensibilidad en el aprovechamiento del espacio, extraña completamente a resoluciones repetitivas. La asunción de “la facilidad sobre todas las cosas” es paradigmática en inmuebles como los del hotel y el períodico barcelonés nombrados. Paralelamente a estas proyectos se encargó de pequeños pedidos oficiales relacionados con certificados de proyectos, reformas, novedades parciales de inmuebles, sumes decorativas, moblaje urbano, etcétera.
En 1956 festejó la Exposición Gaudí y fue nombrado integrante del comité de honor solicitado de la conmemoración del nacimiento del arquitecto renacentista ferrarés Biaggio Rossetti. Un par de años después, el arquitecto y también influyente teorético italiano Bruno Zevi le comunicó su deseo de publicar su obra y sus ideas en Italia. Desde 1959 y hasta 1969 fue integrante (salvo un año) del jurado que otorga el Premio FAD. En 1964 logró establecer la materia Jardinería y Paisaje como asignatura oficial de la Escuela de Arquitectura.
A partir de esos años la figura de Josep Maria Sostres se vio medianamente eclipsada por las novedosas políticas estéticas llegadas a la Escuela y por las pequeñas luchas y también intereses de tipo político habidos en el campo de la arquitectura barcelonesa. Aunque continuó con sus estudios teóricos y no dejó de ser solicitado como asesor estético y integrante de distintas comisiones arquitectónicas, sus proyectos se redujeron prácticamente a un complejo industrial en Rubí (Barcelona, 1969) y a 2 viviendas unifamiliares en Ventola (Ribes de Freser, Girona, 1971).
Prácticamente un decenio después (1980) firmó su última obra adjuntado con Daniel Gelabert: el mercado de La Salut de Badalona (Barcelona). En 1983 el Colegio de Aparejadores de Murcia publicó una sección esencial de sus escritos bajo el título Opiniones sobre arquitectura. Dos meses antes de su muerte estuvo internado en un hospital siquiátrico gracias a una grave crisis inquieta.
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