José María Ramos Mejía

La historia del mundo está contada por los hombres y mujeres queen el paso de los años, gracias a su forma de actuar, sus ideales, sus hallazgos o su arte; han hecho quela humanidad, de una forma u otra,progrese.

Si has llegado hasta aquí es porque sabes de la trascendencia que atesoró José María Ramos Mejía en la historia. La manera en que vivió y aquello que hizo mientras estuvo en el mundo fue decisivo no sólo para las personas que trataron a José María Ramos Mejía, sino que tal vez legó una señal mucho más insondable de lo que logremosimaginar en la vida de personas que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya nunca a José María Ramos Mejía de forma personal.José María Ramos Mejía fue uno de esos seres humanos que, por algún motivo, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.

Las biografías y las vidas de personas que, como José María Ramos Mejía, cautivan nuestro interés, tienen que ayudarnos siempre como punto de referencia y reflexión para conferir un marco y un contexto a otra sociedad y otra etapa de la historia que no son las nuestras. Tratar de entender la biografía de José María Ramos Mejía, el motivo por qué José María Ramos Mejía vivió de la forma en que lo hizo y actuó del modo en que lo hizo durante su vida, es algo que nos impulsará por un lado a entender mejor el alma del ser humano, y por el otro, la manera en que se mueve, de forma inexorable, la historia.

Vida y Biografía de José María Ramos Mejía

(Buenos Aires, 1842-1914) Historiador, sociólogo y psiquiatra argentino. De familia acomodada, medró en la estancia familiar en la etapa en que se sentían por doquier los ecos y secuelas del terror de la dictadura de Rosas, que había sido derrotado en Caseros en 1852: el ámbito ejercitó vigorosa predominación en la orientación y capacitación del futuro historiador y neurólogo, Catedrático de Enfermedades inquietas y mentales en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires.

En 1875 creó el Círculo Médico Argentino y en 1879 se graduó como doctor en medicina con la proposición Apuntes clínicos sobre traumatismo cerebral. A partir de entonces ocupó cargos esenciales en la administración pública. En 1880 fue escogido diputado nacional y en 1882 vicepresidente de la Comisión Municipal de Buenos Aires, donde gestó la Asistencia Pública, institución que dirigió desde 1873.

En 1887 creó el Departamento de Higiene, que después dirigió a lo largo de un par de años. También creó la cátedra de Neuropatología, llamada por entonces "nosología inquieta", con la que se empezaron institucionalmente en el país los estudios de psiquiatría. Desde 1908 hasta 1912 fue presidente del Consejo de Educación. Entre sus proyectos resaltan La neurosis de los hombres insignes en la historia (1878), una secuencia de biografías sicológicas en las que busca los argumentos científicos de la neurosis; Los simuladores de talento (1905) y La disparidad en la historia (1905), obra prologada por Paul Groussac.

Pero su libro más esencial es Las multitudes argentinas (1899), estudio de psicología colectiva que prosigue el modelo predeterminado por Le Bon en Psychologie des foules, anunciado solo un año antes. Partiendo de un sociologismo evolucionista de marcado cariz biológico, examina la dimensión popular y política de la inmigración masiva y la gobernabilidad de las masas, aplicando a la historia popular los principios de la historia natural, como era característico en la corriente positivista. Escribió asimismo un trabajo histórico, lleno de pasión, que se titula Rosas y su tiempo; la personalidad literaria de Ramos Mejía queda a un nivel inferior de la que tiene como sociólogo y también historiador.

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Los matices y las sutilezas que llenan nuestras vidas son decididamente importantes, ya que destacan la singularidad, y en la ocasión de la vida de un ser como José María Ramos Mejía, que tuvo su significación en un momento histórico concreto, es vital tratar de ofrecer un panorama de su persona, vida y personalidad lo más precisa posible.

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