La historia universal la narran aquellas personas quea lo largo de los siglos, gracias a su forma de actuar, sus ideales, sus hallazgos o su arte; han originado queel mundo, de un modo u otro,progrese.
Las biografías y las vidas de personas que, como José Luis Garci, atraen nuestra curiosidad, tienen que servirnos en todo momento como punto de referencia y reflexión para ofrendar un marco y un contexto a otra sociedad y otra época de la historia que no son las nuestras. Tratar de comprender la biografía de José Luis Garci, el motivo por qué José Luis Garci vivió del modo en que lo hizo y actuó del modo en que lo hizo a lo largo de su vida, es algo que nos ayudará por un lado a conocer mejor el alma del ser humano, y por el otro, la forma en que se mueve, de forma inevitable, la historia.
Vida y Biografía de José Luis Garci
(José Luis García Muñoz; Madrid, 1944) Director, escritor de guiones y productor de cine español. Nacido en el seno de una familia humilde, desde pequeñísimo asistió a los cines de programa doble que había en su vecindario, como varios pequeños de su época, con el objetivo de pasar el tiempo de una forma amena. Tras terminar sus estudios de bachillerato y preuniversitario entró como administrativo en una entidad bancaria, actividad que le dejó agrandar sus entendimientos de cine, redactar varios productos que no publicó, aparte de ayudar a los primordiales festivales cinematográficos y ofrecer sus primeros pasos en gacetas preparadas como Signo, gaceta SP, Cinestudio o Reseña, por ejemplo.
Desde 1969 se inició en la escritura de guiones, siguiendo el consejo que le brindaron José María González Sinde y Antonio Mercero. Firmó El cronicón (1969), de Antonio Giménez Rico, y La casa de las chivas (1971), de León Klimovski. Pronto consiguió un resonante éxito por el guion escrito con Mercero que se titula La cabina (1972), un increíble trabajo para televisión que recibió un Emmy. Su trabajo como escritor de guiones fue evolucionando al formar parte en contenidos escritos que dirigieron Pedro Olea (No es positivo que el hombre esté solo, 1972) y Eloy de la Iglesia (Una gota de sangre para fallecer amando, 1973).
Inició una exclusiva etapa al costado del productor José Luis Dibildos, provechosa en todos y cada uno de los sentidos por el hecho de que Garci ha podido estudiar de un profesor del cine, de un individuo que conocía al aspecto todos los pasos que hay que ofrecer en la planificación y realización de proyectos cinematográficos. En este sentido Vida conyugal sana (1973) y Los nuevos españoles (1974), las dos de Roberto Bodegas, sirvieron para conocer un cine comercial de enorme interés (y que se llamó "Tercera vía") en el que Garci participó activamente como escritor de guiones.
Esta experiencia le dejó realizar propio el deseo de su amigo Sinde de asumir una secuencia de cortos para su productora X Largos. Garci dirigió ¡Al fútbol! (1975), su primera decepción; Mi Marilyn (1975), por el que recibió varios premios; y Tiempo de gente acobardada (1976), que no tuvo el eco aguardado. No obstante, estos pasos le brindaron la soltura que precisaba para regentar largos, trayectoria que inició asimismo con Sinde en Asignatura pendiente (1977) y Solos en la madrugada (1978), películas atrayentes, con razonamientos sólidos que resultaron de enorme atrayente en el cine de la transición, en el momento en que los jóvenes anhelaban recobrar, en un nivel personal, un tiempo no vivido y la experiencia de encuentros frustrados, al paso que en un nivel político anhelaban la independencia de charlar de ciertos temas de reciente actualidad (no tenía otro sentido el emplear como individuos a un letrado laboralista y un directivo de un programa de radio que es simpatizante de izquierdas).
Tampoco perdió la posibilidad de emprender otros temas mucho más vinculados al avance popular de la España de la época (Las verdes praderas, 1979), en los que se quiere dibujar el perfil de determinada clase popular que halla un acomodo en un modo de vida que, alén del aparente avance (una dependencia consumista condicionada por el ámbito de trabajo de un joven ejecutivo) se regresa rutinario y hace perder los valores que dan vida a la pareja personaje principal. Todas estas películas estuvieron muy enlazadas a la progresión temática y comercial de la llamada "Tercera vía", si bien avancen un tanto mucho más en temas que, por otra parte, sobran en cuestionamientos y tópicos empleados demagógicamente.
Tras fundar con José Esteban Alenda la productora Nickel Odeon S.A. en 1980, inició su producción con una increíble película, El crack (1981), con Alfredo Landa en uno de sus mejores papeles, una aproximación al cine negro cuyo éxito vino a corroborar su pasión por el cine estadounidense, y que procuró consolidar en una continuación de menor calado (El crack II, 1983).
No obstante, su nombre brincó al ámbito en todo el mundo al conseguir el Oscar por su película Volver a iniciar (1982), un largometraje nostálgico que le llevó a sostener una línea personal desde entonces, continuando con una producción balanceada (Asignatura aprobada, 1987) y con historias llenas de matices cinematográficos de calidad que, no obstante, le han ubicado en un sendero sin sobresaltos que desgasta la fuerza interior de exactamente las mismas, alén de una manera adecuada y una producción bien dominada que se puede ver en la fotografía y la ambientación de sus trabajos (Canción de cuna, 1994, premio del Jurado en el festival de Montreal; El abuelo, 1998; Historia de un beso, 2002).
Garci desarrolló una intensa carrera literaria desde los primeros años de la década de los setenta, recibiendo múltiples premios (el Nueva Dimensión, el Puerta de Oro de cuentos, el González-Ruano de Periodismo, o el del Círculo de Escritores Cinematográficos, entre otros muchos), línea que desarrolló más tarde con la creación de su editorial, Nickel Odeon Dos, desde la que impulsó una gaceta con exactamente el mismo título y una compilación de libros. También sostuvo una trayectoria bien afianzada en televisión, medio para el que trabajó como coguionista en la serie Plinio, escritor de guiones de La cabina y La Gioconda está triste, aparte de efectuar 2 entregas de Historias al otro lado y, desde 1995, regentar su habitual programa ¡Qué grande es el cine! en Televisión Española que se dedica al cine en todo el mundo y español.
Si bien recibió el premio Nacional de Cinematografía en 1992, Garci arrastró y sostuvo, desde años antes, la incomprensión y una alguna tirantez con la administración del gobierno y con otros expertos del cine español, situación que se ha prolongado en el tiempo mucho más de lo debido, si bien sus películas fueron nominadas como aspirantes de la Academia de las Artes y la Ciencias Cinematográficas de España a los Oscar de Hollywood.
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