José Guadalupe Posada

La historia del mundo está escrita por aquellos hombres y mujeres queen el paso de los años, gracias a sus obras, sus pensamientos, sus creaciones o su talento; han originado queel mundo, de un modo u otro,progrese.

Ya sea inspirando a otros seres humanos o siendo parte de la actuación. José Guadalupe Posada es una de esas personas cuya vida, indudablemente, merece nuestro interés debido al nivel de influencia que tuvo en la historia.Comprender la vida de José Guadalupe Posada es comprender más sobre una época concreta de la historia del género humano.

Si has llegado hasta aquí es porque sabes de la importancia que atesoró José Guadalupe Posada en la historia. La manera en que vivió y las cosas que hizo en el tiempo en que permaneció en este mundo fue determinante no sólo para las personas que trataron a José Guadalupe Posada, sino que posiblemente dejó una huella mucho más insondable de lo que podamossospechar en la vida de personas que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya jamás a José Guadalupe Posada de forma personal.José Guadalupe Posada fue un ser humano que, por algún motivo, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.

Vida y Biografía de José Guadalupe Posada

(Aguascalientes, 1852 - localidad de México, 1913) Pintor y caricaturista mexicano, popular por sus litografías con situaciones de muerte, estampas populares y representaciones en dibujo sociales, inspiradas en el folclore.

Figura señalada del panorama artístico mexicano, José Guadalupe Posada desempeñó en él tan evidente predominación que su papel podría compararse a la trayectoria del popular douanier francés, Henri Rousseau, y a su encontronazo en la evolución del arte europeo de principios del siglo XX; de hecho, la revelación de la obra de Posada asegura su enorme predicamento estético y da fe de su empeño en efectuar un arte propiamente mexicano.

Biografía

El joven José Guadalupe tenía indudablemente un talento natural para el grabado, y no sin haberse visto obligado a sobrepasar una testaruda oposición familiar, su padre le dejó entrar, a los dieciséis años, en el taller profesional de Trinidad Pedroso, reputado profesor de quien aprendió los principios, métodos y misterios del arte litográfico.

En estos primeros años de estudio, Posada manifestó una sencillez innata para la caricatura, de forma que su guía logró introducirle en el planeta del periodismo y de la prensa gráfica como dibujante, y logró divulgar sus primeras viñetas en el diario El jicote (1871), en el momento en que el artista terminaba de cumplir los diecinueve años.

Influido por su familia, que proseguía viendo con pésimos ojos su actividad un poco bohemia y se encontraba empeñada en lograrle una ocupación mucho más segura, José Guadalupe ganó una plaza de profesor de litografía en la Escuela Preparatoria de León. A esta localidad del estado de Guanajuato se había movido, en compañía de su profesor, en 1871. Fue instructor a lo largo de cinco años, si bien compartió la actividad didáctica con lo que le agradaba de todos modos: la litografía comercial -contenidos escritos de avisos y avisos- y la estampación de imágenes religiosas.

Las graves crecidas de agua que arrasaron León en 1888 le forzaron a moverse a Ciudad de México, donde le hicieron de forma rápida promociones para trabajar en diferentes compañías editoriales, entre ellas la de Ireneo Paz. Allí realizó cientos y cientos de grabados para varios periódicos: La Patria Ilustrada, Revista de México, El Ahuizote, Nuevo Siglo, Gil Blas, El hijo del Ahuizote, etcétera. Su nombre cobró una popularidad inopinada y su cotización se disparó, alcanzando cumbres que pocos meses antes le habrían similar impensables. Esta inmediata bonanza económica le dejó emprender una secuencia de ensayos gráficos que acabaron con la triunfadora utilización de planchas de cinc, plomo o acero en sus grabados.

A partir de 1890, sus trabajos gráficos ilustraron las publicaciones, de carácter nacionalista y habitual, del impresor Antonio Venegas Arroyo: historietas, ceremonias de festividades, oraciones, cancioneros, leyendas, cuentos y calendarios, resaltando La Gaceta Callejera y las hojas sueltas que incluían imágenes y también información resumida de carácter diverso sobre "hechos de sensación".

Las ideas de Posada eran de clara índole progresista y, al servicio de estas, dibujó representaciones en dibujo y bocetos satíricos consagrados, por norma general, a llevar a cabo una crónica de la vida mexicana de la temporada o a poner de relieve los sufrimientos de su pueblo bajo el yugo de los enormes terratenientes. Las sátiras de los políticos mucho más predominantes de la temporada le costaron la prisión más de una vez. El elevado número de pedidos que se acumulaban en su taller le forzó a hacer una técnica novedosa, el grabado al ácido en relieve, considerablemente más rápida.

Su larga producción gráfica, estimada en mucho más de veinte mil grabados, completados en litografía o planchas de metal, podría clasificarse como expresionista, ya que recrea con excepcional imaginación, enorme sentido humorístico y profunda aptitud crítica las lacras, miserias y prejuicios de la verdad popular y política de su temporada.

Su obra comprende múltiples temas, entre aquéllos que cabría resaltar las insignes "calaveras" o imágenes de ultratumba; los "catastrofes", que entienden catástrofes de tipo natural (crecidas de agua, epidemias, hechos astronómicos, nacimientos de seres horripilantes), accidentes, hechos sobrenaturales, crímenes y suicidios; los "ejemplos" o enseñanzas morales que tienen la posibilidad de extraerse frente a la perversidad y bestialidad humanas; hechos sociales y políticos, donde sobresalen las viñetas referidas a las ejecuciones y los "corridos" revolucionarios; los milagros religiosos; la serie llamada Don Chepito, que cuenta las desventuras de un solterón absurdo, una suerte de antihéroe; tal como las imágenes captadas de la vida diaria con incomparable precisión y también intención acertada.

Posada fue considerado como un precursor del movimiento nacionalista en las artes plásticas por ciertos de quienes lo protagonizaron: José Clemente Orozco, Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, Francisco Díaz de León y Leopoldo Méndez. En 1933, veinte años tras su muerte, fue redescubierto por el pintor Jean Charlot, quien editó sus planchas y descubrió la predominación de Posada sobre artistas de las siguientes generaciones. Gran dibujante, trabajador incansable y un enorme técnico del grabado, Posadas murió, tan pobre como había nacido, en Ciudad de México, en 1913. Sus restos, que absolutamente nadie demandó, fueron enterrados en una fosa común.

Colabora para ampliar la biografía de José Guadalupe Posada

¿Qué juicio te merece la vida de José Guadalupe Posada? ¿Has encontrado toda aquella información que pensabas que ibas a encontrar?

Es cierto que conocer en profundidad a José Guadalupe Posada es algo que se reserva a muy pocas personas, y que intentar reconstruir quién y cómo fue la vida de José Guadalupe Posada es una especie de puzzleque posiblemente consigamos rehacer si cooperamos todos a la vez.

Por eso, si eres del tipo de personas que confían en que colaborando existen posibilidades de hacer algo mejor, y tienes información en relación con la vida de José Guadalupe Posada, o con respecto a algún característica de su personalidad u creación que no se observe en esta biografía, te solicitamos que nos lo envíes.

Los matices y las sutilezas que ocupan nuestras vidas son en todos los casos importantes, ya que perfilan la diversidad, y en el tema de la vida de una persona como José Guadalupe Posada, que detentó su significación en una época concreta, es vital tratar de mostrar una perspectiva de su persona, vida y personalidad lo más exacta posible.

Sin dudarlo, contacta con nosotros para contarnos qué sabes tú acerca de José Guadalupe Posada. Estaremos ilusionados de perfeccionar esta biografía con más información.