La historia del mundo la narran las mujeres y hombres quea lo largo de los siglos, gracias a su forma de actuar, sus ideales, sus hallazgos o su arte; han hecho quela civilización, de una forma u otra,avance.
Si has llegado hasta aquí es porque tienes conocimiento de la importancia que tuvo José Casares Gil en la historia. La forma en que vivió y las cosas que hizo mientras estuvo en el mundo fue determinante no sólo para aquellas personas que conocieron a José Casares Gil, sino que a caso produjo una señal mucho más honda de lo que logremosconcebir en la vida de personas que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya jamás a José Casares Gil en persona.José Casares Gil ha sido una persona que, por alguna causa, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.
Las biografías y las vidas de personas que, como José Casares Gil, cautivan nuestro interés, deben servirnos en todo momento como punto de referencia y reflexión para ofrendar un marco y un contexto a otra sociedad y otra época que no son las nuestras. Tratar de comprender la biografía de José Casares Gil, el motivo por qué José Casares Gil vivió de la forma en que lo hizo y actuó del modo en que lo hizo a lo largo de su vida, es algo que nos impulsará por un lado a entender mejor el alma del ser humano, y por el otro, la manera en que se mueve, de forma inexorable, la historia.
(Santiago de Compostela, 1866 - Madrid, 1961) Químico español. Era hijo de Antonio Casares, catedrático de química en la Universidad de Santiago. Se licenció en Farmacia en aquella facultad en 1884 y, según su testimonio, simultaneó esos estudios con los de ciencias en Salamanca, de los que se examinaba como alumno libre. El cargo de su padre y visto que su tío Ramón Gil fuera catedrático de Física en exactamente la misma Universidad facilitaron su ingreso a laboratorios y gabinetes, en los que dedicó una particular afición a la óptica.
A los 22 años consiguió por oposición la cátedra recién construída de técnica física y análisis químico en la Facultad de Farmacia de Barcelona, cargo que desempeñó múltiples años, hasta el momento en que se trasladó a Madrid con idéntico cometido, donde continuó hasta su jubilación en 1936; concluida la guerra civil, reinició sus tareas estudiosas, que ejercitó hasta edad muy avanzada.
En la capacitación de Casares influyeron claramente sus viajes de estudio al extranjero, habitualmente a su costa. El primero de ellos sucedió en 1896 y le condujo a Alemania, donde trabajó con Johann Friedrich Adolf von Baeyer. Casares estudió el complejo planeta de la floreciente química alemana; trabó allí contacto con las novedosas teorías de Friedrich August Kekulé. En un nuevo viaje a Munich, un par de años después, trabajó con F. K. Johannes Thiele sobre el estirol y con Franz Soxhlet en métodos metódicos de interés para la agricultura; esta vez, prestó una particular atención a los nuevos métodos de la investigación científica.
Sus vivencias en Alemania inspiraron el alegato inaugural del curso 1900-1901 en Barcelona, con el que pretendió y logró llamar la atención de la administración hacia la necesidad de actualizar la enseñanza y práctica de la química en España. Discursos y gestiones siguientes de colegas de diferentes universidades abundaron en exactamente el mismo tema y contribuyeron a hacer un tiempo propicio al cambio.
En 1902 viajó por Estados Unidos a lo largo de 12 meses, estancia que le defraudó pues halló la enseñanza mayor a un nivel mucho más bajo que en Europa. Aparte de recuerdos personales, el saber de Alexander Smidt fue considerado por Casares como el cómputo mucho más positivo. Al moverse a Madrid en 1905 fue escogido senador por la Universidad de Santiago, ya que ostentaría hasta 1919.
En su vejez, Casares creía que su actuación política le había separado en demasía de su trabajo como profesional. Volvió a trabajar un año en Alemania, en 1920, esta vez con Richard Willstäter. Los otros 2 viajes transatlánticos que todavía efectuó tuvieron otro cariz: el primero de ellos, a Sudamérica y América Central en 1924, tuvo por objeto ofrecer una sucesión de enseñanzas y charlas en diferentes países, de las que salió fornecido su ahora sólido prestigio; en el segundo, a Estados Unidos y Canadá, estuvo adelante de una comisión designada por la Junta Constructora de la Ciudad Universitaria de Madrid.
En armonía con su trayectoria, Casares fue un decidido defensor de la asistencia estatal para hacer más simple la especialización en el extranjero de instructores y estudiantes. En esta línea, fue asimismo un motor del conocimiento de lenguajes para todos los que se dedicasen a la investigación o a la docencia científicas. También fue entre los creadores de la Sociedad Española de Física y Química. De todo ello se deduce ahora entre las primordiales contribuciones de Casares: el ahínco por hallar la modernización de las construcciones similares con las ciencias experimentales.
En relación a su actividad estudiosa, su tarea no fue muy amplia. De un total de 74 títulos, 17 son libros de artículo, introduciendo en esta cantidad las reediciones; 36 son charlas y escritos de divulgación, entre ellos múltiples biografías de científicos, y 20 son trabajos de investigación. Entre los trabajos de investigación hay de valor muy dispar; 12 de ellos, aplicados al análisis de aguas, son en ocasiones puros análisis, al paso que otros son revisiones de métodos metódicos o métodos nuevos, como los aplicados a la detección de flúor o bromo en aguas.
El conjunto de trabajos más esencial es el que tiene por tema el flúor (cinco títulos), que significaron un destacable avance en las técnicas de determinación de este elemento. Otros trabajos aplicados al ácido naftálico y al tiosulfúrico están firmados en colaboración, por no corresponder a la atención preferente de Casares. Se ha señalado que la genuina relevancia de este creador se enfoca en su tarea pedagógica y de este modo semejan probarlo las rebosantes reediciones de sus contenidos escritos, siempre y en todo momento revisadas por el creador para integrar las noticias de mayor interés. De hecho, son múltiples las generaciones de químicos y farmacéuticos que aprendieron el análisis químico en las proyectos de Casares.
¿Qué opinas de la crónica de la vida de José Casares Gil? ¿Has podido leer la información que suponías que ibas a encontrar?
Sin duda alguna conocer en profundidad a José Casares Gil es algo que está reservado a pocas personas, y que tratar de reconstruir quién fue y cómo fue la vida de José Casares Gil es una especie de rompecabezasque tal vez lleguemos a reconstruir si contribuimos todos juntos.
A causa de esto, si eres de las personas que creen en que de forma colaborativa es posible elaborar algo mejor, y conservas información en relación con la existencia de José Casares Gil, o acerca de algún peculiaridad de su personalidad u creación que no hayamos contemplado en esta biografía, te pedimos que nos lo envíes.
Las sutilezas y las peculiaridades que ocupan nuestras vidas son decididamente determinantes, ya que destacan la singularidad, y en el tema de la vida de un ser como José Casares Gil, que tuvo su significación en un momento histórico concreto, es imprescindible procurar brindar un aspecto de su persona, vida y personalidad lo más exacta posible.
Sin dudarlo, contacta con nosotros para narrarnos qué sabes tú sobre José Casares Gil. Estaremos complacidos de ultimar esta biografía con más información.