La historia universal la escriben aquellas personas quea lo largo de los siglos, gracias a su forma de actuar, sus ideales, sus hallazgos o su arte; han ocasionado quela humanidad, de una forma u otra,avance.
Si has llegado hasta aquí es porque eres sabedor de la importancia que tuvo José Agustín Goytisolo en la historia. La forma en que vivió y aquello que hizo en el tiempo en que estuvo en el mundo fue decisivo no sólo para quienes conocieron a José Agustín Goytisolo, sino que posiblemente produjo una señal mucho más profunda de lo que podamosfigurar en la vida de personas que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya jamás a José Agustín Goytisolo personalmente.José Agustín Goytisolo fue una de esas personas que, por alguna causa, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.
(Barcelona, 1928 - id., 1999) Poeta español de la Generación del 50 cuya obra fundió la experiencia individual y el deber popular. Integrante de la llamada Escuela de Barcelona, adjuntado con Carlos Barral y Jaime Gil de Biedma, cursó estudios en las universidades de Barcelona y Madrid, licenciándose en derecho. Hermano mayor de los prosistas Luis Goytisolo y Juan Goytisolo, resaltó en especial como poeta, si bien asimismo realizó una esencial tarea como traductor, aparte de redactar productos sobre literatura y unos pocos cuentos. Su obra fué exuberantemente estudiada por ensayistas y críticos literarios.
José Agustín Goytisolo se encuentra dentro de los versistas de los años cincuenta (entre los que resaltan Jaime Gil de Biedma, Carlos Barral, José Ángel Valente y Claudio Rodríguez) en los que hace aparición con mayor claridad una limpia conciencia generacional, que se identifica por el rechazo estético de la primera posguerra y la afirmación ética de entronque machadiano, como puede apreciarse en el poema Homenaje en Colliure, correspondiente a Claridad.
Su obra poética, amplia, diferente y con una enorme carga autobiográfica, está en la línea del realismo popular, según con las ideas políticas del creador, y resulta ser una exposición persistente de sus compromisos éticos, sin dejar por este motivo de estar imbuida de una intensa nota intimista. No obstante, su poesía no es en lo más mínimo panfletaria: ahora en 1965, Goytisolo dejó claro que "la función de la literatura es, al unísono, estética y popular (...). En la medida en que me fué viable, yo he procurado siempre y en todo momento sustraerme de los riesgos de una posición exageradamente simplista a fin de no caer en la tentación de confundir los nobles sentimientos con la buena poesía".
Característica de su obra es la recreación del propio ambiente (personal, familiar, popular) expresada por medio de registros que van desde la demanda seca hasta la ironía y la sátira: el creador contempla el planeta que le circunda desde una visión increíblemente crítica, presentada habitualmente mediante registros del humor, lo que se encuentra dentro de las permanentes de su producción. Esta demanda se llena de energía y sarcasmo en el momento en que tiene relación a las realidades sociales mucho más cercanas al propio escritor, de forma especial en el momento en que trata de los usos y prácticas de la burguesía.
Otra faceta esencial de su obra es el interés prestado a nuestra poesía y al trabajo de poeta; sus ideas sobre esto padecen una evolución: en un comienzo, el creador, en armonía con la poética del realismo popular, aboga por el deber político; desde Bajo tolerancia, cree que el poeta es un ser distinto al resto de los hombres, cuestión que antes había negado de manera manifiesta en el poema Un hombre, incluido en Claridad.
La actividad literaria del creador comienza con El retorno (1955), libro que mereció un accésit al Premio Adonais de 1954 y en el que hace aparición por primera vez el tono elegíaco que se encuentra en una sección esencial de su creación. Se trata de un largo poema a la desaparición de una mujer, identificada con su madre, que había fallecido en entre los bombardeos de Barcelona a lo largo de la guerra civil, en el que suma elementos nuevos a los propios del género de la elegía.
En los 2 libros siguientes, Salmos al viento (1958, Premio Boscán) y Claridad (1960, Premio Ausiàs March), se expone el carácter crítico del poeta al sublevarse a través de la demanda contra un ambiente exterior mediocre y una sociedad asfixiante. Salmos al viento es una obra donde la amargura de la experiencia previo y la producida por la situación social y política quedan reflejadas a través de una ironía y un sarcasmo que convierten la verdad, deformándola horriblemente y ridiculizándola. Claridad, por su lado, se identifica por su marcada huella autobiográfica, por el continuo recuerdo de Antonio Machado y por su tono informal, ya que Goytisolo en esta temporada "procura redactar para todos". Estas tres primeras compilaciones de versos del creador quedarían reunidas poco después en Años definitivos (1961).
El deber político proseguirá que se encuentra en sus siguientes libros, Algo pasa (1968) y Bajo tolerancia (1973). En Algo pasa recrea temas que había tratado de antemano, como la poesía y el trabajo de poeta, el realismo crítico y la autobiografía. En Bajo tolerancia, una de sus proyectos mucho más destacables, conjuga habilidosamente ironía y lirismo, demanda y expresión rápida. En cuanto a la puntuación, va a ser la primera oportunidad que lleve a cabo ocultar las comas y los puntos y coma; por otro lado, se aprecia un enriquecimiento temático concentrado en la intensificación y en un nuevo régimen y ampliación de fundamentos precedentes.
El volumen Taller de arquitectura, de 1977, que solamente tiene dentro materiales nuevos, se enfoca en los temas urbanísticos y arquitectónicos, debido probablemente a su trabajo por estas datas en el Taller de Arquitectura de Ricardo Bofill. Dichos temas ahora se anunciaban en Bajo tolerancia, de donde proceden una parte de los poemas. Del tiempo y del olvido, de 1977, y Palabras para Julia, de 1979, vuelven a ser 2 libros catálogos de creaciones ahora publicadas. El segundo, que se dedica al artista Paco Ibáñez, reúne contenidos escritos que engloban toda la trayectoria poética del creador y un solo poema inédito, que da título a la compilación y se refiere a la hija del poeta.
Su siguiente obra, Los pasos del cazador (1981), piensa la culminación de su interés por el empleo de formas y fundamentos de la lírica clásico castellana, presente durante su producción. A ocasiones enorme amor (1981) y Sobre las situaciones (1983) vuelven a ser recopilaciones de poemas ahora publicados, adjuntado con bastantes nuevos. La primera se enfoca en la temática cariñosa; la segunda refleja el planeta de la burguesía por medio de la ironía y el sarcasmo. Final de un adiós (1984) es una obra donde regresa a la temática elegíaca de su primer libro, asimismo que se encuentra en El rey indigente (1988), libro de tono melancólico y desengañado en el que la sensación de caída y la cercanía de la desaparición son patentes.
Ahora en los años noventa publicó La noche le resulta favorece (1992), una fugaz historia amorosa que le valdría el Premio de la Crítica de 1993, la Novísima oda a Barcelona (1992), en doble versión catalana y castellana, y Cuadernos del Escorial (1996). En los años ochenta había anunciado 4 cuentos cuyos títulos argumentan a los individuos de un poema de el que había alcanzado enorme popularidad siendo interpretado por Paco Ibáñez: El príncipe malo (1983), El lobato bueno (1983), La hechicera bella (1984) y El pirata honrado (1984). Dicho artista musicó con destacable éxito varios de los poemas de José Agustín Goytisolo, de quien era amigo, y con el que efectuó en la década de los noventa un espectáculo poético-musical en el que el creador recitaba sus poemas.
Con lo que tiene relación a su faceta como crítico, centró su atención en la literatura en lengua de españa, catalana y también italiana. Compiló asimismo una Antología cubana (1969) de versistas, y otra de Poetas catalanes contemporáneos (1968), en versión castellana. Llevó a cabo además de esto traducciones de versistas catalanes contemporáneos como Josep Carner, Salvador Espriu, Gabriel Ferrater, Marià Manent, Carles Riba, Bartomeu Rosselló-Porcel y Joan Vinyoli, múltiples de ellas publicadas en la compilación "Marca Hispánica" de literatura catalana traducida el español, que él mismo dirigía. Como traductor, se interesó asimismo por ciertos versistas italianos contemporáneos, como Pier Paolo Pasolini, Cesare Pavese o Salvatore Quasimodo.
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Obviamente descubrir en lo más recóndito a José Agustín Goytisolo es algo que está reservado a muy pocas personas, y que pretender recomponer quién y cómo fue la vida de José Agustín Goytisolo es una suerte de enigmaque probablemente lleguemos a rehacer si colaboramos conjuntamente.
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Los matices y las sutilezas que ocupan nuestras vidas son en todos los casos esenciales, ya que perfilan la diversidad, y en la ocasión de la vida de alguien como José Agustín Goytisolo, que tuvo su significación en un momento histórico concreto, es vital procurar mostrar un panorama de su persona, vida y personalidad lo más exacta posible.
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