Jorge Serrano Elías

Ya sea inspirando a más personas o tomando parte de la acción. Jorge Serrano Elías es uno de esos seres humanos cuya vida, en verdad, merece nuestra atención debido al nivel de influencia que tuvo en la historia.Comprender la existencia de Jorge Serrano Elías es conocer más sobre un periodo concreto de la historia de la humanidad.

Si has llegado hasta aquí es porque tienes consciencia de la trascendencia que tuvo Jorge Serrano Elías en la historia. El modo en que vivió y lo que hizo durante el tiempo que permaneció en este mundo fue decisivo no sólo para aquellas personas que conocieron a Jorge Serrano Elías, sino que quizá dejó una huella mucho más profunda de lo que logremossospechar en la vida de gente que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya nunca a Jorge Serrano Elías de modo personal.Jorge Serrano Elías fue uno de esos seres humanos que, por alguna razón, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.

Vida y Biografía de Jorge Serrano Elías

(Localidad de Guatemala, 1945) Político guatemalteco, presidente de la república entre 1991 y 1993. Exiliado en Estados Unidos en 1981, regresó a su país tras el golpe para derrocar al gobierno del general Ríos Montt (1982), que lo nombró presidente del Consejo de Estado. Derrotado en las selecciones de presidentes de 1985, en 1986 creó el Movimiento de Acción Solidaria, de orientación socialcristiana déspota. Tras su victoria en las selecciones de presidentes de 1991 formó un gobierno que incluía desde la extrema derecha hasta los socialdemócratas. En 1993 procuró disolver el Parlamento y el Tribunal Constitucional, pero el golpe para derrocar al gobierno civil fracasó y debió exilarse.

Su padre, Jorge Adán Serrano, estuvo poderosamente relacionado a la política y fue un conocido opositor de la dictadura del general Jorge Ubico (1931-1944). Jorge Serrano Elías estudió en los Hermanos Maristas y, más tarde, en la Universidad Nacional de San Carlos de Guatemala, donde consiguió los títulos de ingeniero industrial y instructor de segunda enseñanza en física y matemáticas. En sus años en la facultad se adscribió a la juventud demócrata cristiana. Católico por capacitación, a los 28 años de edad abrazó la iglesia evangélica fundamentalista El Shaddai. Entre 1974 y 1976 fue directivo de la sección de Recursos Humanos de la Secretaría General del Consejo Nacional de Planificación Económica de Guatemala. En esta temporada cooperó en la elaboración del Plan Nacional para la Educación y la Salud.

Entró en la política activa en el año 1976, en el momento en que el país terminaba de ser asolado por un terremoto, sugiriendo un plan de reconstrucción para el país basándose en la colaboración de capital estadounidense y las ayudas que proceden de organizaciones protestantes. En los años setenta fue integrante de la democracia cristiana y, entonces, del Partido Nacional Renovador. Más tarde se exilió a los Estados Unidos, gracias a las amenazas recibidas desde la extrema derecha por la publicación de un archivo sobre las miserables condiciones de vida de la población indígena.

Regresó a Guatemala en 1982, coincidiendo con el golpe de Estado del general Efraín Ríos Montt. Durante el orden de este último (1982-1983), que fue entre los periodos mucho más violentos de la historia del país, Serrano Elías encabezó el Consejo de Estado. En marzo de 1983 fue el centro de fuertes polémicas por su negativa a tender la mano al papa Juan Pablo II, que se encontraba de visita en Guatemala.

A finales de 1985 fue candidato presidencial por una coalición de 2 partidos de derecha moderada, el Democrático de Cooperación Nacional y el Revolucionario, quedando en tercer sitio tras el vencedor, el democristiano Vinicio Cerezo Arévalo, y Jorge Carpio. Un año después, en 1986, creó el partido Movimiento de Acción Solidaria (MAS). Serrano Elías jugó un considerable papel como miembro de la Comisión de Reconciliación Nacional de la Asamblea Legislativa, que había sido construída en 1987 tras los pactos regionales de paz firmados en el mes de agosto. Durante esa legislatura alternó su tarea de oposición en la Asamblea con la de pastor evangelista.

El 11 de noviembre de 1990 se presentó como candidato en las selecciones de presidentes por el Movimiento de Acción Solidaria (MAS), pero debió recurrir a la segunda vuelta del 6 de enero de 1991 para vencer por un 68,12 % en frente de un 31,68 % a Jorge Carpio, de la Unión del Centro Nacional (UCN). Gran una parte de su éxito en las urnas se debió, según los investigadores, a los cientos de votos evangélicos, que de entrada hubiesen ido para el golpista Efraín Ríos Montt de haber podido presentarse. Serrano Elías fue ungido presidente el 14 de enero de 1991, pasando a Vinicio Cerezo Arévalo. Era el primer presidente civil que recibía el poder de otro civil a lo largo de todo el siglo XX, y el primer evangelista que ocupaba la presidencia de la República en un país con un 90% de población católica.

El gobierno de Jorge Serrano, que carecía de reales apoyos, debió llevar a cabo en frente de serias adversidades económicas y sociales; no sin inconvenientes, sostuvo el diálogo con la guerrilla en la localidad de México hasta el momento en que llegó el instante de llevar a cabo las medidas democratizadoras acordadas. La crueldad paramilitar y ultraderechista y la conflictividad política, gracias a las manifestaciones sociales encabezadas por organizaciones populares de dañados por la guerra y por el movimiento indígena, que inició sus solicitudes por el reconocimiento de su identidad y de sus derechos, redujo el margen de maniobras del Gobierno. Por otra sección, la sustanciación de las situaciones judiciales relacionados con violaciones de los derechos humanos y las discusiones sobre la hondura de las reformas brindaron al país un tono político distinto, al que se sumó la concesión del Premio Nobel de la Paz a la dirigente indígena Rigoberta Menchú.

Los pocos 18 escaños que su partido tenía en una Asamblea de 115 miembros del congreso de los diputados le forzaron a conformar coalición con otros partidos y a gobernar a la sombra de los militares. Recibió un país con una grave crisis económica, con un desempleo del 45% y la lacra de la crueldad que se arrastraba desde la guerra de 1960 y que había costado la vida a mucho más de cien mil personas. Desde su llegada al poder diferentes organizaciones nacionales y también de todo el mundo prosiguieron con las demandas de violación de derechos humanos. En junio de 1991 el procurador de los Derechos Humanos, Ramiro de León Carpio (primo hermano de Jorge Carpio, y ex- presidente asimismo de la República de Guatemala) reconocía que la situación había mejorado merced al acompañamiento nacional y también en todo el mundo, a pesar de que los datos sobre fallecidos y desaparecidos eran aún altísimos y también imputables en ciertos casos a la policía y el Ejército.

En los primeros meses de orden su gobierno reanudó en México los contactos con la guerrilla URNG, que acabaron en el verano de 1991 con la firma del Acuerdo de Querétaro para la democratización de Guatemala. Luego prosiguieron una sucesión de avatares en las asambleas, y en el mes de enero de 1993 Jorge Serrano Elías presentó una iniciativa de paz con la guerrilla, pero esta la rechazó por parcial y también incompleta. A continuación, la URNG presentó una iniciativa muy afín a la presentada frente a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que fue rechazada por el presidente guatemalteco. En enero de 1993 se causó el regreso de los primeros 2.500 asilados guatemaltecos de los 55.000 que vivían en el sudeste mexicano.

En los primeros meses de 1993, Serrano Elías perdió terminantemente sus débiles apoyos políticos y chocó con los hombres de negocios, con la prensa y la Iglesia Católica, lo que dio pábulo a los comentarios de cuajo de Estado. En mayo de 1993, el gobierno rompió las diálogos con la URNG, y poco después, con el motivo de terminar con la corrupción y el narcotráfico, anunció la suspensión de la Constitución de 1985, la disolución del Parlamento y la celebración de selecciones para una Asamblea constituyente.

El intento de golpe para derrocar al gobierno civil de Serrano Elías puso de manifiesto la fragilidad del sistema parlamentario reinstaurado en 1986. Finalmente, Serrano debió renunciar frente la carencia de acompañamiento y el Congreso escogió como nuevo presidente al procurador de derechos humanos, Ramiro de León Carpio, quien se había señalado por sus demandas de la crueldad institucional. Pero el ascenso como nuevo ministro de Defensa del general Roberto Perussina, gerente del ala dura del ejército, dejó al descubierto el poder real de los militares, primordiales causantes de la opresión en estos años.

Serrano Elías dejó el país vía El Salvador para recalar el día 6 de junio en Panamá, donde, merced a su amistad con el presidente Guillermo Endara Galimany, radicó desde ese momento como asilado adjuntado con su mujer y tres de sus hijos inferiores. En este país se dedicó a trabajos de asesoría y fue entre los mayores asociados del complejo hotelero Hacienda Country Club, estrenado en 1997. Uno de los primeros pasos de su sustituto en la presidencia de la República, Ramiro de León Carpio, fue la de comenzar los trámites para su extradición. Se acusó al ex- presidente de once delitos, entre ellos los de violación de la Carta Magna, abuso de autoridad, peculado y malversación de fondos públicos. Se puso al descubierto que Serrano Elías tenía elevado número de características, tanto en Guatemala como en Estados Unidos, y cuentas corrientes en Estados Unidos, Suiza y Panamá.

El 26 de julio de 1993 su turismo fue tiroteado; Serrano Elías salió ileso del atentado. El diez de agosto de 1994 las autoridades panameñas han recibido la documentación de una segunda petición de extradición (la primera había sido ahora desechada). La solicitud fue rechazada pocos días después por "contener profundas connotaciones políticas". Entre septiembre y octubre de 1994, Serrano Elías efectuó múltiples viajes a Europa a causa de las amenazas de la guerrilla guatemalteca. Con anterioridad había efectuado desplazamientos a Argentina, Colombia y República Dominicana.

En junio de 1997 la fiscalía abrió un tercer desarrollo de extradición por delitos recurrentes (usurpación de funcionalidades, abuso de poder y estafa, entre otros muchos), pero corrió igual suerte que las precedentes: fue rechazado en el mes de febrero de 1998 por el gobierno panameño "por no ingresar en los presuntos de la Convención de Montevideo de 1993", al no tener los delitos una lástima mínima de un año en las dos legislaciones. En junio de 2002 un tribunal guatemalteco, siguiendo la solicitud fiscal, aprobó una orden de atrapa en todo el mundo fundamentada en los precedentes delitos recurrentes, que jamás llegó a hacerse eficaz merced a su estatus de asilado político.

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