Ya sea inspirando a más personas o tomando parte de la acción. Jorge Santayana es una de las personas cuya vida, sin duda alguna, merece nuestro interés debido al nivel de influencia que tuvo en la historia.Comprender la vida de Jorge Santayana es conocer más acerca de época determinada de la historia del ser humano.
Si has llegado hasta aquí es porque eres sabedor de la relevancia que atesoró Jorge Santayana en la historia. La manera en que vivió y lo que hizo en el tiempo en que estuvo en el mundo fue decisivo no sólo para las personas que frecuentaron a Jorge Santayana, sino que posiblemente legó una señal mucho más insondable de lo que logremossospechar en la vida de personas que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya nunca a Jorge Santayana de modo personal.Jorge Santayana ha sido un ser humano que, por algún motivo, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.
Vida y Biografía de Jorge Santayana
(Jorge Ruiz de Santayana y Borrais; Madrid, 1863 - Roma, 1952) Filósofo y ensayista español en lengua inglesa, influyente en las primeras décadas del siglo XX, en la estética y la crítica literaria, por medio de sus ideas naturalistas y platónicas.
Pertenecía a una vieja familia de españa. A los nueve años fue llevado a Boston, donde su madre, adjuntado con los tres hijos de un matrimonio previo, se había ahora predeterminado. Se formó en esta localidad: aprendió la lengua inglesa y frecuentó la escuela; no obstante nunca habría de absorber este nuevo planeta. Durante una gran parte de su vida sostuvo relaciones familiares y sociales con ciertos integrantes de la alta sociedad local, cuyos deseos bien difíciles llegó a comunicar hasta un punto; sin embargo, ahora por espíritu o temperamento vivió, de todos modos, tan extraño a Boston corno a todo lo estadounidense.
La medida de su alejamiento del superviviente planeta puritano que entonces le envolvía y de su irónica penetración en la composición ética de aquella sociedad hace aparición manifestada implícitamente en su obra, y de una forma explícita en tres voúmenes de análisis ética y cultural: Carácter y críticas en los Estados Unidos (Character and Opinion in the United States, 1920), La tradición muy elegante en un brete (The Genteel Tradition at Bay, 1931) y El último puritano (1937).
A pesar de la redacción de sus contenidos escritos en la lengua adoptiva, de su especial dominio de la prosa inglesa y de la aversión a la vivienda en su país natal, Santayana preservó hasta su muerte la ciudadanía de españa, y, ahora desde joven, se consideró "una suerte de huésped persistente" de todo el mundo de idioma inglés, "familiar y susceptible de aprecio, pero, sin embargo, siempre y en todo momento extranjero". Los mismos norteamericanos, frecuentemente desequilibrados e inclusive molestados por el blando catolicismo y la mediterránea urbanidad del creador, han compartido tal método.
Una vez graduado en el Harvard College, siguió a lo largo de un par de años los estudios de Filosofía en Berlín. Sin embargo, su entusiasmo juvenil por la ideología alemana, singularmente por la de Schopenhauer, se enfrió próximamente, y, andando el tiempo, llegó a transformarse en la activa y exaltada hostilidad que, en 1916, le dictaría El egotismo en la filosofía alemana, la única obra de Santayana donde el creador deja su frecuente y olímpica ecuanimidad. En adelante, los astros que orientaron su pensamiento fueron Lucrecio y Spinoza.
Vuelto a América, se graduó y llegó, en 1889, a instructor de Filosofía de Harvard; allí continuó hasta 1912. Situado entre colegas de un temperamento fundamentalmente distinto, como William James, el aislamiento personal y también irónico se transformaron para él en regla persistente de vida. Sin embargo, comenzó a crear sus primeros contenidos escritos no como pensador académico, sino más bien en calidad de poeta y enamorado de determinadas formas habituales de hermosura y ciencia, y siempre y en todo momento según con un método personal.
A su obra inicial, Sonetos y otros versos (Sonnets and Other Verses, 1894) prosiguió un volumen de estética en prosa, El sentido de la hermosura (1896). Antes del término de su trayectoria académica había escrito, aparte de otros libros de poesía y prosa, Interpretaciones de poesía y religión (1900), una "summa" de su primera ideología filosófica dentro por cinco tomos y llamada La vida de la razón (1905-06), y los estudios de Tres versistas pensadores (1910).
Durante estos años pasó la mayoría de su momento de libertad fuera de los Estados Unidos; los cariños de Santayana continuaron, fundamentalmente, de europa. Cuando, en 1912, el legado de un tío le dio la independencia económica, presentó su dimisión en Harvard y, con un sentimiento de liberación, abandonó América para toda la vida. Jamás le había dado gusto bastante la enseñanza, y todavía menos el ámbito académico estadounidense.
El tiempo de protestantismo local resultaba tan contrario a su espíritu como lo fuesen las producciones por aquel engendradas a una sabiduría cuya lealtad básica se encontraba enlazada a la sabiduría ética de Grecia y de la Europa católica. En situación, consideró siempre y en todo momento las diferentes religiones como puras maneras de mitología (representaciones figuradas de los distintos tipos enserio ética derivados de la experiencia humana amontonada mediante la historia de todo el mundo), susceptibles de un juicio inspirado en exactamente la misma entendimiento indulgente y tolerante que el hombre sabio aplica a cualquiera otras ocupaciones y también instituciones humanas, aun a las mucho más monstruosas. "Me agrada estimar la sociedad -escribió- como parte de la naturaleza, y contemplarla como un hecho contrario a su base no humana".
Para Santayana "Europa" fue, a lo largo de la primera Guerra Mundial, Inglaterra. El pensador continuó múltiples años en Oxford, nuevamente como un huésped extranjero, aun en el momento en que en esta ocasión en un planeta cuyas madurez y consistencia culturales le resultaron similares. Tal estancia dio sitio en 1922 a las meditaciones en prosa tituladas Soliloquios en Inglaterra.... Terminada la contienda, Santayana inició en el conjunto de naciones la presencia que habría de vivir hasta su muerte: de sabio cosmopolita, de evasivo y semilegendario erudito errante, "con disposiciones sacerdotales". Cómodamente en todas y cada una partes, pero además por todas partes extranjero, radicó en París, en Londres y en Roma.
De la pluma del solitario vagabundo fluyó una sucesión de proyectos cuyo rigor intelectual apareció de forma alternativa obscuro y lumínico gracias a las oscilaciones barrocas y del hipnótico y deslumbrante ritmo de su prosa. La más esencial de estas producciones es el increíble período en 4 tomos en el que aparecen las últimas evoluciones de su pensamiento, Los reinos del ser (Realms of Being, 1927-40); la mucho más asombroso, la novela El último puritano, que publicó a los setenta y seis años y formó a lo largo de cierto tiempo un enorme éxito editorial.
Los años finales de su vida, que pasó en un convento de Roma, donde murió víctima del cáncer, estuvieron aplicados a un análisis de la religión, La iniciativa de Cristo en los Evangelios (The Idea of Christ in the Gospels, 1946), a un trabajo sobre las instituciones políticas, Potencias y dominios (Powers and Dominations, 1951) y a una autobiografía, Personas y sitios (Persons and Places).
Además del público de su novela, los que leen de la obra de Santayana no fueron nunca varios, y tienden a ser, con cierta frecuencia, mucho más bien hombres de forma de pensar literaria (familiarizados, como el creador, a ofrecer a los contenidos escritos filosóficos la consíderación de "poemas" ideales con una visión única del cosmos) que pensadores sistemáticos, quienes la hallan bastante evasiva, poética, olímpica y extraña tanto a los inconvenientes contemporáneos como a las tradiciones locales del pensamiento.
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Las sutilezas y las peculiaridades que ocupan nuestras vidas son siempre determinantes, ya que marcan la diferencia, y en el caso de la vida de una persona como Jorge Santayana, que tuvo su significación en un momento concreto de la historia, es indispensable procurar mostrar un aspecto de su persona, vida y personalidad lo más exacta posible.
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