La historia universal la narran aquellas personas queen el paso de los años, gracias a sus obras, sus pensamientos, sus creaciones o su talento; han hecho quela humanidad, de un modo u otro,avance.
Las biografías y las vidas de personas que, como Jon Juaristi, cautivan nuestra atención, deben valernos en todo momento como referencia y reflexión para ofrendar un marco y un contexto a otra sociedad y otra etapa de la historia que no son las nuestras. Tratar de comprender la biografía de Jon Juaristi, el motivo por el cual Jon Juaristi vivió como lo hizo y actuó de la forma en que lo hizo durante su vida, es algo que nos impulsará por un lado a conocer mejor el alma del ser humano, y por el otro, el modo en que se mueve, de forma inexorable, la historia.
(Bilbao, 1951) Poeta y ensayista español en lenguas castellana y vasca. Anton Jon Juaristi nació en la ciudad más importante de Vizcaya el 6 de marzo de 1951, en el seno de una familia de tradición nacionalista. Fue un niño que leía a Emilio Salgari y a Walter Scott, y gozaba con las aventuras de Guillermo Brown y los Proscritos, de la británica Richmal Crompton. De su abuelo aprendió el euskera, y a ver los tradicionales vascos y la literatura generalmente.
En el elitista instituto del Opus Dei de Gaztelueta, en el vecindario de Neguri, su conocimiento del euskera y de la química orgánica le logró ser respetado «como un chamán» por unos compañeros mucho más apasionados a los deportes que a saberes esotéricos. De sus años institucionales comienza su vocación poética, que le ha acompañado permanentemente. Empezó a redactar versos en euskera, y ha continuado hasta este día en español («Para redactar en cualquier lengua hay que desplazarse en ella como el pez en el agua. Yo soy bilbaíno, y Bilbao es una localidad castellanohablante»).
Publicaciones y evolución ideológica
Hacia los dieciocho años militó fugazmente en ETA, en trabajos conspirativas. «La mayoría de jóvenes de mi generación estábamos muy radicalizados, nos daba la sensación de que la generación de la posguerra pecaba de pasividad. Y ETA era la acción.» Pero se separó de ella a inicios de los años setenta: «No fui yo solo, fue una generación. Descubrimos que éramos mucho más antifranquistas que nacionalistas». Con todo, proseguiría varios años en la política: «Fui nacionalista en los sesenta, izquierdista en los setenta, socialdemócrata en los ochenta y escéptico en los noventa». Entretanto, se licenció en filología románica y dio clases en la Universidad del País Vasco. También se casó y descasó múltiples ocasiones, y tuvo un hijo, Martín, nativo de 1979.
Los ochenta fueron para él años duros. Publicó entonces sus primeros libros de poesía, una poesía enlazada a la experiencia diaria, con un poso amargo, que solamente charla de amor, y solo un tanto mucho más de desamor. Los primeros títulos fueron Diario de un poeta recién fatigado (1986), Suma de varia intención (1987) y Arte de marear (1989). También halló un cobijo amable en los estudios filológicos: investigaciones de campo en Galicia, en Portugal, en México... Así lo ha contado en el poema Campos del romancero: «Para mí, al menos, fue un tiempo tormentoso / de alcohol, separaciones y también indecibles / cabronadas políticas: / a los años ochenta me refiero. / Cómo ansiaba entonces la llegada de junio: / los tutoriales de Segovia y después las investigaciones / por trochas y por tierras de Portugal y España, / ocultas aldeas...».
Los años noventa aportaron una exclusiva sorpresa, un «bucle» añadido a su crónica ideológica: la conversión al judaísmo. Xabier Arzalluz, presidente del Partido Nacionalista Vasco (PNV), se apuró a reprochárselo públicamente. «Lo que me divide de Arzalluz no es la religión, sino más bien disconformidades políticas realmente fuertes. Y mi judaísmo tiene poco que ver con la religión. Es por ideología y ética. Y más que nada por el rechazo de la idolatría...» La década resultó provechosa en el lote del ensayo. Después de Literatura vasca (1987) y El estirpe de Aitor (1987), se dieron a conocer Vestigios de Babel (1992) y El chimbo expiatorio: la invención de la tradición bilbaína, 1876-1939 (1994), títulos que suponen señales consecutivos de un análisis del nacionalismo vasco demoledoramente crítico que acaba en El bucle melancólico y el posterior Sacra Némesis (1999).
La escritura de El bucle melancólico tuvo su desencadenante en el rapto de Miguel Ángel Blanco, un joven concejal del Partido Popular (PP) en Ermua, el diez de julio de 1997. ETA conminó al gobierno con ejecutarlo en un término de 40 y ocho horas si no se acercaba a los presos etarras al País Vasco. Apenas cumplido el período, los terroristas informaron por teléfono del sitio en que estaba el cuerpo del jóven con un balazo en la nuca.
Jon Juaristi fue en esa ocasión entre los impulsores de la interfaz habitual antietarra llamada Foro de Ermua. Pero logró mucho más: «En un arrebato de indignación y de mala leche que duró prácticamente un par de meses», comenzó a narrar, usando su memoria personal y la memoria familiar, la historia clínica del nacionalismo vasco desde Sabino Arana, las claves mitológicas y psicopatológicas en las que cabía seguir el origen de aquel horrible estallido de sinrazón. Pasó hasta catorce y quince horas cotidianas sentado al pc, «eliminando y reescribiendo bastante» para escapar del arreglo de cuentas, para ofrecer fundamento y calado a su crítica. Así nació El bucle melancólico: historias de nacionalistas vascos, un libro distinguido con el Premio Nacional de Ensayo en 1998 y también indigerible para muchos campos del nacionalismo vasco. Se llegó a decir públicamente que aquel premio lo había concedido el Ministerio de Interior.
En El bosque originario (2000) diversificó su propósito y examinó los orígenes de los nacionalismos de europa desde los mitos de la Grecia anticuada. El cambio de visión podría estar relacionado con un alejamiento físico poco a poco más marcado del País Vasco, donde su presencia demandaba una escolta persistente.
Directivo del Instituto Cervantes
En 1998 marchó a Estados Unidos para hacerse cargo de la cátedra Rey Juan Carlos I en la Universidad de Nueva York, y en el mes de mayo de 2000 fue nombrado directivo de la Biblioteca Nacional de Madrid, un cargo que abandonó en el mes de marzo de 2001 en el momento en que la ministra Pilar del Castillo le ofreció la dirección del Instituto Cervantes, y él aceptó el encargo «con un espíritu cultural, espiritual, deportivo y benéfico», según apuntó en el curso de una charla en el Club Siglo XXI de Madrid.
En el mes de octubre de ese año explicó ciertas líneas de trabajo que avizoraba desde su novedosa compromiso, en la presentación del II Congreso de la Lengua Española, festejado en Valladolid, acto en el que compartió tribuna con el directivo de la Real Academia Española (RAE), Víctor García de la Concha. Juaristi llamó la atención sobre los desafíos que proponía al español el surgimiento de novedosas tecnologías como Internet; sobre el interés económico que se derivaba del idioma español como patrimonio común a muchos pueblos, y sobre la necesidad de fortalecerlo como un instrumento de comunicación en todo el mundo.
Mientras que la carrera de Juaristi parecía proyectarse hacia un campo en todo el mundo, su hijo Martín estudiaba en Londres literatura inglesa y tenía en mente instalarse en Nueva York. «A mí en lo personal me semeja preocupante que parte importante de la juventud vasca en estos instantes tenga una actitud de distancia desdeñosa y de cansancio de su país» -comentaba su padre sobre esto-. «Pero ellos no tuvieron la culpa. Hemos sido las generaciones precedentes las que lo hicimos mal».
¿Qué juicio te merece la vida de Jon Juaristi? ¿Has encontrado todo aquello que deseabas encontrar?
Es cierto que conocer profundamente a Jon Juaristi es algo que está reservado a muy pocas personas, y que pretender reconstruir quién y cómo fue la vida de Jon Juaristi es una especie de puzzleque probablemente alcancemos a rehacer si colaboramos todos en conjunto.
Por esta razón, si eres del tipo de personas que creen en que colaborando se puede elaborar algo mejor, y detentas información sobre la existencia de Jon Juaristi, o con respecto a algún elemento de su persona u creación que no hayamos contemplado en esta biografía, te pedimos que nos lo envíes.
Los matices y las sutilezas que llenan nuestras vidas son decididamente fundamentales, ya que perfilan la diversidad, y en la ocasión de la vida de una persona como Jon Juaristi, que poseyó su importancia en una época concreta, es imprescindible intentar brindar una perspectiva de su persona, vida y personalidad lo más exacta posible.
Sin titubeos, contacta con nosotros para contarnos qué conocimientos posees en relación con Jon Juaristi. Estaremos ilusionados de completar esta biografía con más información.