La historia universal la cuentan aquellas personas quea lo largo del tiempo, gracias a su proceder, sus ideas, sus innovaciones o su ingenio; han originado quela sociedad, de un modo u otro,avance.
Ya sea inspirando a más personas o tomando parte de la acción. John Webster es una de esas personas cuya vida, indudablemente, merece nuestra atención por el nivel de influencia que tuvo en la historia.Conocer la biografía de John Webster es conocer más sobre periodo preciso de la historia del género humano.
(Londres, c. 1580 - id., 1638) Dramaturgo inglés. Es uno de los más importantes dramaturgos de su temporada. Colaboró con Thomas Dekker, John Heywood y William Rowley en varias proyectos tráficas, y completó la comedia El descontento (1604), de John Marston. Sus desgracias, inspiradas en novelle y cuentos italianos, se identifican por la brutalidad sanguinaria de ciertas situaciones y, más que nada, por su estilo, de enorme riqueza y fuerza. Se preservan 2 de sus dramas: El demonio blanco (estrenada hacia 1608; publicada en 1612), sobre la pasión del duque de Bracciano por Vittoria Accoramboni, y La duquesa de Amalfi (estrenada antes de 1614; publicada en 1623), sobre las persecuciones de que fue objeto la duquesa por haberse casado con Antonio, su maestresala.
La piezas teatrales de John Webster enseñaron un abanico de elementos habituales del periodo isabelino, como la corrupción política y sexual de aristócratas y clérigos, los homicidos y envenenamientos, la hipocresía de quienes pretendieron detentar el honor y la justicia, y todo lo que contribuyó a mantener la visión de un planeta caótico, perverso y también díscolo. Personaje cuya vida en buena medida es ignota, tienen la posibilidad de atribuírsele de manera segura 2 desgracias de suma importancia: El demonio blanco (1612) y La duquesa de Amalfi (1623).
En las dos las personajes principales son mujeres dotadas de una enorme verosimilitud sicológica y una fuerte presencia trágica, algo poco frecuente en un teatro que, generalmente, se encontraba entusiasmado en conseguir desenlaces efectistas a través de elementos malsanos y tópicos, mucho más que en reforzar en los vericuetos del carácter humano y, más que nada, en individuos femeninos. Webster fue entre los últimos representantes de la dramaturgia isabelina, y su muerte coincidió con el comienzo de la caída de este teatro.
En el grupo de los pocos hechos un poco inseguros de su vida figura la fecha de 1596, en la que cierto Johannes Webster fue aceptado en el "Middle Temple". Por cuanto este no practicó la abogacía, cabría identificarle con el dramaturgo John Webster, quien debió formar parte a la compañía de los "Merchant Taylors" (aun en el momento en que no era sastre) y trabajó para el empresario Henslowe, en cuyos registros se le halla en 1602. La caída de César y Lady Jane (sección primera de Sir Thomas Wyatt), proyectos aparecidas exactamente este año, son 2 ejemplos del género de colaboración entre dramaturgos, entonces corriente. Antepuso a la segunda edición de El descontento de Marston (1604) una Induction, y en 1604-05 publicó, adjuntado con Dekker, ámbas irreflexivas comedias Atención al Oeste y Atención al Norte.
Desde entonces, más allá de que puede reconstituirse con un margen de seguridad la evolución del dramaturgo, continúan en cambio oscuras, medianamente, las situaciones de su historia, y de una forma total su personalidad. La producción de los años mucho más intensos da un giro cerca de sus enormes desgracias, El demonio blanco, o Victoria Corombona (1612) y La duquesa de Malfi (1614). El prólogo a El demonio blanco, con un tono apologético que quiere justificar la decisión por el creador de la forma increíble agradable a la "Desinformado multitud" en perjuicio de la auténtica poesía, y la alusión, siquiera tenue, al conocimiento directo de las prácticas académicas, indujeron a opinar que John Webster procedía de los círculos cultos e inclusive de ámbito universitario.
A la elevación trágica de ciertas situaciones de ámbas piezas maestras prosiguieron mediocres contenidos escritos, como los treinta y 2 "letras y números" en prosa añadidos a la sexta edición de los de Overbury (1615), y la comedia romántica El letrado del demonio (1620), de trama dificultosa y fuente dudosa; esta obra es la única comedia de Webster absolutamente suya. Webster volvió entonces a la colaboración prácticamente anónima, con Middleton en Con tal de vivir en paz (1621), con Rowley en Cómo sanar a un marido cornudo (anunciado en 1661), y quizá con Heywood en Apio y Virginia (1625). Por sí solo, este retorno semeja ratificar el juicio que considera muy limitados los intereses y los horizontes trágicos del creador. Sin embargo, la crítica romántica comenzó, con razón, a alinear a Webster al lado de Ben Jonson (de quien aquel compartió el procedimiento) y a Christopher Marlowe, en el conjunto de los primordiales dramaturgos del teatro previo y contemporáneo al periodo isabelino.
El razonamiento de El demonio blanco, o Victoria Corombona se apoya en un hecho histórico acontecido hacia fines del 1500 en Italia y cuyo personaje principal fue el duque de Bracciano, Paolo Giordano Orsini. Los nombres están desfigurados y hasta el razonamiento está cambiado, según la versión que del hecho corrió allende el Canal y a tono con la vigorosa fantasía del creador. Esta catástrofe fosca, fuerte y sanguinolenta, cubierta en sombras, en una atmósfera de muerte y traiciones, con rápida y sugestiva sucesión de efectos teatrales es, con La duquesa de Amalfi, la obra más esencial de Webster. La poesía radica en la vigorosa fuerza de evocación de ánimas y individuos, a los que el ciego destino maneja en bromistas elecciones de vida y muerte, y en la continua correo de fundamentos trágicos en una fatalidad despiadado y segrega que semeja guiarlo todo. La crónica italiana se convierte en varios datos a fin de que la fantasía del creador, quizás macabra pero jamás vulgar, pudiese desplazarse con plena independencia.
La acción de La duquesa de Amalfi procede de un cuento de Mateo Bandello, y se lleva a cabo en los primeros años del siglo XVI en Amalfi, Roma y Milán. Es de las mejores entre las "desgracias de sangre" isabelinas, por la capacidad de la representación, el horror trágico, la fuerza del diálogo y el grandioso relieve de las figuras. Pero, más que nada, se muestran aquí unos fundamentos románticos que afirman la proposición de que este movimiento tuvo en Inglaterra sus mucho más profundas raíces. No únicamente el "sentido de las ruinas" crea el tiempo escénico del último acto, sino hay además de esto, en toda la catástrofe, una continuidad de fundamentos que regresan, de segregas afinidades sentimentales y de subterráneos sitios en los que hace aparición madura la concepción romántica de un planeta misterio, de una interior fatalidad que se lleva a cabo simultáneamente al vínculo exterior de los hechos, siendo al tiempo su profundo concepto.
¿Qué opinas de la crónica de la vida de John Webster? ¿Has podido leer todo aquello que pensabas que ibas a encontrar?
Indudablemente conocer profundamente a John Webster es algo que está reservado a escasas personas, y que intentar reconstruir quién fue y cómo fue la vida de John Webster es una especie de puzzleque posiblemente alcancemos a rehacer si contribuimos todos en conjunto.
Debido a esto, si eres de aquellos que creen en que colaborando se puede elaborar algo mejor, y conservas información sobre la vida de John Webster, o con respecto a algún pormenor de su persona u obra que no se contemple en esta biografía, te solicitamos que nos lo hagas llegar.
Las sutilezas y las peculiaridades que llenan nuestras vidas son en todos los casos fundamentales, ya que destacan la singularidad, y en la ocasión de la vida de alguien como John Webster, que detentó su importancia en una época determinada, es fundamental intentar ofrecer una perspectiva de su persona, vida y personalidad lo más exacta posible.
No lo dudes y contacta con nosotros para relatarnos qué conocimientos posees en relación con John Webster. Estaremos complacidos de perfeccionar esta biografía con más información.