John Dewey

La historia de la civilización la narran aquellas personas queen el paso de los años, gracias a sus obras, sus pensamientos, sus creaciones o su talento; han hecho quela humanidad, de un modo u otro,prospere.

Ya sea inspirando a otros o tomando parte de la acción. John Dewey es uno de esos sujetos cuya vida, realmente, merece nuestra consideración por el nivel de influencia que tuvo en la historia.Conocer la vida de John Dewey es conocer más acerca de época determinada de la historia de la humanidad.

Si has llegado hasta aquí es porque eres sabedor de la importancia que tuvo John Dewey en la historia. La forma en que vivió y las cosas que hizo mientras estuvo en este mundo fue decisivo no sólo para las personas que frecuentaron a John Dewey, sino que tal vez dejó una huella mucho más profunda de lo que podamosconcebir en la vida de gente que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya nunca a John Dewey en persona.John Dewey ha sido uno de esos seres humanos que, por alguna razón, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.

Conocer las luces y las sombras de las personas destacadas como John Dewey, personas que hacen rotar y transformarse al mundo, es algo sustancial para que podamos apreciar no sólo la existencia de John Dewey, sino la de toda aquellas gentes que fueron inspiradas por John Dewey, aquellas personas a quienes de un modo u otro John Dewey influenció, y desde luego, comprender y entender cómo fue el hecho de vivir en el momento de la historia y la sociedad en la que vivió John Dewey.

Vida y Biografía de John Dewey

(Burlington, 1859 - Nueva York, 1952) Filósofo, pedagogo y sicólogo estadounidense. John Dewey nació en una ciudadela del "yankismo" de Nueva Inglaterra, en el seno de una familia de colonizadores de humilde origen, exactamente el mismo año en que apareció Sobre el origen de las especies, de Darwin. El "yankismo" y el darwinismo fueron los 2 puntos iniciales de una actividad filosófica que, empezada en una temporada el día de hoy anticuada, tenía que finalizar en 1952, y de una filosofía cuyas consecuencias mundiales se dejan sentir aún hoy día.

Los argumentos no racionales del pensamiento de John Dewey se apoyan en la tradición "yanqui" de la práctica, del obstinado empirismo y del "los pies en el suelo y nada absurdo" procedentes, al menos, de los tiempos de Benjamin Franklin, quien, como Dewey, consideró objetivos lícitos la forma de pensar y el procedimiento experimentales. Según semeja, las tradiciones mucho más rigurosamente filosóficas y morales de Nueva Inglaterra -llamadas comunmente puritanismo- no dejaron huella en nuestro creador.

La composición racional por él erigida sobre los nombrados argumentos derivó, originariamente, de Darwin; en el pensamiento de Dewey, la cabeza humana es un producto de la evolución biológica, un "instrumento" que, como el cuello de la jirafa, se fué construyendo para aceptar la adaptación y supervivencia del organismo en el planeta físico. La sabiduría, ya que, habría de ser usada, juzgada y cambiada según con su efectividad práctica de instrumento de subsistencia.

La juventud prácticamente rural de Dewey y sus años de facultad transcurrieron en el Este; en 1884, no obstante, inició la actividad enseñante en el Midwest, donde vivió a lo largo de los veinte años siguientes. De tal zona -de sus genéricos estados de ánimo y de su "liberalismo americano" a la vieja- semeja ser siempre y en todo momento el intérprete. El contacto, en los últimos tiempos de estudios, con la obra de Hegel había dejado, según él mismo asegura, "un poso persistente" en su pensamiento. El intento de una exclusiva interpretación del ilustre pensador alemán en modernos términos norteamericanos -esto es "yanquis" y darwinianos- fue el paso inicial en la elaboración de lo que debía resultar el "instrumentalismo" (la teoría y el nombre resultaron variaciones de lo que un creador contemporáneo pero de sobra edad, William James, llamó "pragmatismo").

La primera obra lanzada por Dewey fue -lo que es importante- una Psychology (1887); en ella probó su creador que la naturaleza y la función "instrumentales" de el intelecto son el principio fundamental del pensamiento filosófico; la filosofía -da a comprender allí- no es una parienta de la psicología, sino más bien una hija bastarda de exactamente la misma. La forma de esta descendiente comenzó a manifestarse en Esbozos de una teoría crítica de la ética (Outlines of a Critical Theory of Ethics, 1891), que tres años después se transformó en The Study of Ethics.

Entre ámbas proyectos, y como explicación, según Dewey, del avance que se había producido de la primera a la segunda, brotaron los Principios de psicología de James, quien, tras Hegel, ejercitó sobre su ideología la mayor predominación. Tales estudios iniciales sobre las bases sicológicas de la ética provocarían (Ethics, 1908) la virtual reacción de esta en muy escasas de sus elementos sicológicas.

Hasta entonces, Dewey había comenzado a utilizar la teoría instrumentalista a otros campos -la educación y la lógica- en los que, con unas conclusiones alabadas por unos y condenadas por otros, contribuiría a la aparición de revoluciones de alcance mundial. Llegado en 1894 a la Universidad de Chicago, próximamente inició aquí un curso en fase de prueba fundamentado en los principios de la doctrina instrumentalista. Sus principios pedagógicos -renuncia total a los métodos y objetivos habituales de la enseñanza- fueron expuestos en Escuela y sociedad, artículo anunciado en 1903.

Dewey ubica el objetivo de la educación en el adiestramiento de los hombres en la "adaptación" a su ámbito y en la reconstitución de este de la forma mucho más correcta a sus deseos y pretensiones. El razonamiento, inspirado en la forma de pensar de norteamérica de la idea práctica en su forma mucho más capaz, era formalmente inigualable; solo cabía reprocharle el olvido de prácticamente todos los "deseos" y las "pretensiones" considerados escenciales por cuantos, desde la Antigüedad hasta Freud, habían analizado el espíritu. Ello desquiciaba además de esto, naturalmente (y como Dewey parecía aceptar gustosísimo) el obsoleto término de alma.

En 1916, en el momento en que publicó su tratado mucho más elaborado, Democracia y educación, el "Movimiento de la Educación Progresiva" podía considerarse finalmente en marcha. En 1903, Dewey había escrito también Studies in Logical Theory, obra que en 1938 daría rincón a Lógica. La teoría de la investigación, pero asimismo, singularmente, en 1920 a Reconstrucción en filosofía, acusación plena de la metafísica clásico y de la práctica misma de la contemplación o de la especulación como fin en sí en relación lujo inútil de las ociosas clases ricas (charlaba un democrático plebeyo).

Hete aquí los elementos de juicio usados por Dewey en la comprobación de la realidad y el valor de un concepto: "¿Marcha? ¿Genera desenlaces ventajosos?" Como en otras partes, el inconveniente de lo "beneficioso" -esto es la cuestión primordial de la ética tradicional- no tuvo, en la obra de nuestro creador, una contestación exitosa. El "beneficio" se ve equiparado, generalmente, a eso que establece el "desarrollo", el "avance", el "mejoramiento", el "avance", la "evolución"... En la base de estas vagas nociones racionalistas existía cierto horror irracional de lo inmóvil y fijo; nos encontramos, ya que, frente a la convicción típicamente de norteamérica según la que la inmovilidad es, por sí sola, algo maléfico, en la medida en que el movimiento y el cambio resultan, ahora por ellos solos, ventajosos.

La filosofía de Dewey halló el favor de un público ávido no solo en América, sino más bien asimismo en otro rincón de todo el mundo en el que hubiera aparecido la conciencia de la necesidad del cambio, la impaciencia contra el orden clásico, ahora de la cabeza como de la sociedad: Rusia, México, China, Turquía, El país nipón... Varios viajes y ciclos de charlas le llevaron al lugar de un contacto directo con semejantes países; gigantes fueron los efectos recíprocos de semejantes visitas. La dilatada vida de Dewey le dejó llegar a deplorar algunas secuelas, intensamente extrañas a su liberalismo humanitario, de ciertos movimientos revolucionarios alentados por sus teorías.

Tan prolífico en relación escritor, como ramplón, desvaído y carente de atrayente resultara en este aspecto, compuso, por ejemplo proyectos esenciales, múltiples interpretaciones instrumentalistas: Naturaleza y conducta humanas, Experiencia y naturaleza, La búsqueda de la seguridad, El arte como experiencia, Experiencia y educación (Experience and Education, 1938) y Libertad y cultura (Freedom and Culture, 1939). Su teoría de la "adaptación" evolutiva tiende poco a poco más, entre los acólitos mucho más lejanos y menos varios, a transformarse en una especialidad de conformismo a cualquier "regla" mediocre y una suerte de sutil y frecuentemente inconsciente tiranía intelectual. La ineludible rebelión contra el "deweysmo" en el campo educativo ha conseguido la manera de un autoritarismo contrario que asegura inspirarse en Santo Tomás de Aquino.

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Es cierto que conocer profundamente a John Dewey es algo que está reservado a un grupo limitado de personas, y que intentar reconstruir quién y cómo fue la vida de John Dewey es una especie de puzzleque a lo mejor podamos reconstruir si contribuimos todos en conjunto.

Por esta razón, si eres de las personas que confían en que cooperando es posible hacer algo mejor, y detentas información sobre la existencia de John Dewey, o con respecto a algún característica de su persona u creación que no se observe en esta biografía, te pedimos que nos lo envíes.

Los matices y las sutilezas que llenan nuestras vidas son en todos los casos esenciales, ya que marcan la diferencia, y en el caso de la vida de un ser como John Dewey, que detentó su relevancia en una época determinada, es imprescindible tratar de brindar un panorama de su persona, vida y personalidad lo más rigurosa posible.

Sin dudarlo, contacta con nosotros para referirnos qué sabes tú en relación con John Dewey. Estaremos encantados de poder completar esta biografía con más información.