La historia del mundo la escriben aquellas mujeres y hombres queen el transcurrir de los siglos, gracias a su proceder, sus ideas, sus innovaciones o su ingenio; han originado quela humanidad, de un modo u otro,prospere.
Si has llegado hasta aquí es porque tienes consciencia de la importancia que detentó Johannes Brahms en la historia. La forma en que vivió y aquello que hizo durante el tiempo que estuvo en la tierra fue determinante no sólo para aquellas personas que trataron a Johannes Brahms, sino que a lo mejor produjo una huella mucho más honda de lo que podamosimaginar en la vida de gente que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya nunca a Johannes Brahms en persona.Johannes Brahms fue una persona que, por algún motivo, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.
Las biografías y las vidas de personas que, como Johannes Brahms, cautivan nuestra curiosidad, tienen que ayudarnos en todo momento como punto de referencia y reflexión para proponer un marco y un contexto a otra sociedad y otra época que no son las nuestras. Intentar entender la biografía de Johannes Brahms, el motivo por qué Johannes Brahms vivió como lo hizo y actuó del modo en que lo hizo en su vida, es algo que nos ayudará por un lado a vislumbrar mejor el alma del ser humano, y por el otro, el modo en que se mueve, de forma implacable, la historia.
(Hamburgo, 1833 - Viena, 1897) Compositor alemán. En una época en que la división entre incondicionales y opositores de Richard Wagner llegó a su nivel mucho más prominente, la figura de Brahms encarnó para bastantes de sus contemporáneos el ideal de una música continuadora de la tradición tradicional y de la primera generación romántica, opuesta a los excesos y las megalomanías wagnerianos.
No por este motivo cabe considerarlo un músico conservador: como bien probó en las primeras décadas del siglo XX un compositor como Arnold Schönberg, la obra del profesor de Hamburgo se ubicaba bastante alén de la pura continuación de unos modelos y unas formas dados, para presentarse cargada de opciones de futuro. Su original concepción de la variación, por servirnos de un ejemplo, sería asimilada provechosamente por los músicos de la Segunda Escuela de Viena.
Respetado en su tiempo como entre los mucho más enormes músicos y considerado a exactamente la misma altura que Bach y Beethoven, con los que forma las tres míticas «B» de la narración de la música, Brahms nació en el seno de una modesta familia donde el padre se ganaba la vida tocando en tascas y cervecerías. Músico precoz, el pequeño Johannes comenzó próximamente a acompañar a su progenitor al violín interpretando música de baile y las armonías entonces de tendencia.
Al tiempo estudiaba teoría musical y piano, primero con Otto Cossel y después con Eduard Marxsen, un enorme instructor que supo ver en su joven alumno un talento inusual, bastante antes que éste escribiera su Opus 1. Marxsen le dio una estricta capacitación técnica fundamentada en los tradicionales, inculcándole asimismo la pasión por el trabajo disciplinado, algo que Brahms preservó toda su historia: en contraste a ciertos de sus contemporáneos que explotaron la iniciativa del artista llevado del arrebato de la inspiración y del genio, el constructor del Réquiem alemán dio siempre y en todo momento prioridad particular a la especialidad, el orden y la medida.
Increíble pianista, se presentó públicamente el 21 de septiembre de 1848 en su localidad natal con enorme éxito, a pesar de que, mucho más que la interpretación, su auténtica vocación era la composición. En el duro sendero que prosiguió hasta lograr tal misión, Marxsen formó un primer eslabón, pero el segundo y quizá más esencial fue Robert Schumann. Tras una corta estancia en Weimar, localidad donde conoció a Franz Liszt, Brahms se trasladó a Düsseldorf, donde entabló contacto con Schumann, quien quedó asombrado frente a las indiscutibles talentos del joven artista. La amistad entre los dos, tal como entre el compositor y la mujer del creador de Manfred, se sostuvo a lo largo de toda su historia.
Siguiendo los pasos de Beethoven, en 1869 Brahms fijó su vivienda en Viena, capital musical de Europa desde los tiempos de Mozart y Joseph Haydn. Allí se afianzó su personal estilo, que, desde unos iniciales planteamientos influidos por la lectura de los enormes de la literatura romántica alemana y próximos a la estética de Schumann, derivó hacia un posicionamiento mucho más tradicional que procuraba sus modelos en la tradición de los tradicionales vieneses y en la pureza y austeridad de Bach.
Brahms, que al comienzo de su trayectoria se había centrado prácticamente de forma exclusiva en la producción pianística, abordó entonces las considerables formas instrumentales, como sinfonías, cuartetos y quintetos, proyectos todas y cada una ellas reveladoras de un profundo conocimiento de la construcción formal. A diferencia de la mayor parte de sus contemporáneos, y exactamente la misma su contrincante, Anton Bruckner, fue partidario de la música abstracta y jamás abordó ni el poema sinfónico ni la ópera o el drama musical. Donde se advierte mucho más precisamente su inspiración romántica es en sus varias compilaciones de lieder. En el resto de su producción, de una enorme austeridad y nobleza de expresión, eludió siempre y en todo momento cualquier confesión personal.
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Las sutilezas y las peculiaridades que ocupan nuestras vidas son siempre fundamentales, ya que marcan la diferencia, y en el caso de la vida de un ser como Johannes Brahms, que detentó su relevancia en un momento histórico concreto, es vital procurar mostrar un aspecto de su persona, vida y personalidad lo más precisa posible.
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