Joaquín Calvo Sotelo

La historia de la civilización la cuentan las mujeres y hombres queen el paso de los años, gracias a sus obras, sus pensamientos, sus creaciones o su talento; han ocasionado quela humanidad, de un modo u otro,prospere.

Ya sea inspirando a otros seres humanos o tomando parte de la acción. Joaquín Calvo Sotelo es uno de esos seres humanos cuya vida, indudablemente, merece nuestra consideración debido al nivel de influencia que tuvo en la historia.Conocer la existencia de Joaquín Calvo Sotelo es conocer más sobre periodo preciso de la historia de la humanidad.

Si has llegado hasta aquí es porque tienes consciencia de la trascendencia que detentó Joaquín Calvo Sotelo en la historia. Cómo vivió y las cosas que hizo mientras estuvo en la tierra fue determinante no sólo para quienes frecuentaron a Joaquín Calvo Sotelo, sino que posiblemente dejó una huella mucho más insondable de lo que logremosfigurar en la vida de personas que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya nunca a Joaquín Calvo Sotelo de modo personal.Joaquín Calvo Sotelo fue una persona que, por alguna razón, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.

Las biografías y las vidas de personas que, como Joaquín Calvo Sotelo, seducen nuestro interés, tienen que servirnos siempre como referencia y reflexión para ofrendar un marco y un contexto a otra sociedad y otra época que no son las nuestras. Tratar de comprender la biografía de Joaquín Calvo Sotelo, el motivo por qué Joaquín Calvo Sotelo vivió del modo en que lo hizo y actuó del modo en que lo hizo en su vida, es algo que nos ayudará por un lado a conocer mejor el alma del ser humano, y por el otro, la forma en que avanza, de forma inexorable, la historia.

Vida y Biografía de Joaquín Calvo Sotelo

(La Coruña, 1905 - Madrid, 1993) Dramaturgo español. Hermano del político ultraderechista José Calvo Sotelo, se dio a entender como dramaturgo en la década de los años treinta con una serie unas comedias burguesas que le brindaron notoriedad. Este prestigio inicial se vio velozmente aumentado merced a las piezas que escribió en colaboración con Miguel Mihura, como Viva lo irrealizable o El contable de estrellas (1939).

Tras la Guerra Civil, triunfó con ciertas piezas propias de corte humorístico, como Tánger (1945) y La visita que no tocó el timbre (1949), para evaluar fortuna simultáneamente con un teatro mucho más serio, como La prisión sin limites (1945) y Plaza de Oriente (1947). En esta línea algo mucho más comprometida con la bien difícil situación por la que atravesaba la sociedad de españa de la temporada, estrenó Milagro en la Plaza de Oriente (1953) y la que se encontraba llamada a transformarse en su obra mucho más célebre, La muralla (1954), un templados alegato a favor de la reconciliación entre ámbas Españas divididas, sometido siempre y en todo momento a los criterios morales impuestos por la Iglesia católica.

La obra muestra el combate entre los familiares de un hombre rico y respetado en la sociedad conservadora de su tiempo, quien, sabiéndose abocado a una muerte inminente, escoge arreglar las secuelas de un delito que cometió en su juventud. El problema ética que puede proponerse a causa de esta resolución perjudica, mucho más que al propio personaje principal, a los seres que le cubren, quienes eligen no arreglar la injusticia cometida si de esta acción puede desprenderse un escándalo que debe de perjudicar dificultosamente al prestigio popular de la familia. Para evitar que el personaje principal cumpla sus deseos (o, lo que es exactamente lo mismo, para preservar las apariencias si bien de esto se derive la perpetuación de una injusticia), sus deudos se asocian entre sí y forman cerca de él una muralla inescrutable.

Entendida, pese a ese enfoque espiritual, como una visión alegórica de la división de España a causa de la Guerra Civil, La muralla ocasionó a Joaquín Calvo Sotelo combates con la censura, con lo que el creador volvió a la vía trillada de la comedia burguesa o el drama distanciado de cualquier referencia al ambiente político y popular inmediato. De hecho, la mayoría de la producción de Calvo Sotelo se ubica en la corriente acomodadiza de la alta comedia (en la línea de Jacinto Benavente), en frente de la irreverencia cómica de Miguel Mihura y Enrique Jardiel Poncela y en oposición al teatro combativo y puesto en compromiso de Antonio Buero Vallejo y Alfonso Sastre.

Joaquín Calvo Sotelo volvió a tener el favor de la crítica oficial y de los espectadores con Una muchachita de Valladolid (1957), Cartas credenciales (1960), Micaela (1962), El desarrollo del arzobispo Carranza (1964) y muchas otras proyectos que le transformaron en entre los autores mucho más fecundos del teatro español del siglo XX. En 1955 ingresó en la Real Academia De españa.

Asimismo alcanzó a cultivar la prosa de ficción, con múltiples narraciones breves agarradas en Cinco historias de contrarios (1976) y Cinco historias de contrarios y once historias mucho más (1981). Además, dio a la imprenta ciertos ensayos como Diez temas musicales en una vida (1951), Mis servicios al Estado (1974), Bolsa de las expresiones (1975) y Bolsa de los refranes (1992). Fue, también, creador de una Memoria viva de la Transición (1991), tal como de la que puede considerarse como la segunda distribución de estas memorias, publicada póstumamente bajo el título de Papeles de un cesante (1999). El mismo año de su muerte apareció una distribución poética firmada asimismo por el creador coruñés, llamada Cuadernos de humor y luto (1993). Cabe rememorar, finalmente, su incursión en el planeta de la televisión cultural ahora en la última etapa de su historia, en el momento en que presentó un exitoso programa apoyado en la difusión y el comentario de refranes y estos populares.

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Por eso, si eres del tipo de personas que confían en que cooperando existen posibilidades de crear algo mejor, y tienes información sobre la existencia de Joaquín Calvo Sotelo, o en relación con algún particularidad de su figura u creación que no se contemple en esta biografía, te pedimos que nos lo hagas llegar.

Los matices y las sutilezas que llenan nuestras vidas son en todos los casos esenciales, ya que destacan la singularidad, y en la ocasión de la vida de un ser como Joaquín Calvo Sotelo, que poseyó su significación en una época concreta, es vital intentar mostrar una visión de su persona, vida y personalidad lo más exacta posible.

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