Jeremy Rifkin

La historia del mundo está escrita por las mujeres y hombres queen el paso de los años, gracias a sus obras, sus pensamientos, sus creaciones o su talento; han ocasionado queel género humano, de un modo u otro,prospere.

Ya sea inspirando a otros o siendo parte de la actuación. Jeremy Rifkin es uno de esos seres humanos cuya vida, en verdad, merece nuestra consideración debido al nivel de influencia que tuvo en la historia.Conocer la existencia de Jeremy Rifkin es comprender más sobre periodo preciso de la historia del ser humano.

Las biografías y las vidas de personas que, como Jeremy Rifkin, atraen nuestra atención, deben servirnos en todo momento como punto de referencia y reflexión para ofrendar un marco y un contexto a otra sociedad y otra etapa de la historia que no son las nuestras. Intentar entender la biografía de Jeremy Rifkin, el motivo por el cual Jeremy Rifkin vivió como lo hizo y actuó del modo en que lo hizo en su vida, es algo que nos ayudará por un lado a conocer mejor el alma del ser humano, y por el otro, la manera en que avanza, de forma inevitable, la historia.

Vida y Biografía de Jeremy Rifkin

(Denver, 1943) Economista estadounidense, entre los mucho más predominantes por su análisis crítico, desde una visión progresista, de la novedosa economía global. Jeremy Rifkin nació en Denver, Colorado, en 1943, si bien medró y se formó en la enorme metrópoli de Chicago. Hijo de una acomodada familia de clase media, tuvo la posibilidad de ayudar a las mejores academias, en las que recibió una educación que más tarde le dejó «hallar el ticket», como acostumbran a decir los estadounidenses para referirse a los privilegiados ciudadanos que tienen la oportunidad de entrar a una aceptable facultad y ingresar en el elitista sistema del país.

Ahora en su niñez y en su primera adolescencia el pequeño Jeremy acostumbraba a pasar las horas viendo con atención a su alrededor, regañado de manera frecuente por su riguroso padre, que se desesperaba frente la visible pasividad de su pensativo y distraído hijo, mientras que lo apremiaba a fin de que dedicase su tiempo a realizar algo de beneficio.

Estudiante metódico y ordenado, el joven próximamente resaltó en las materias similares con las matemáticas y las estadísticas, lo que le llevó a seleccionar la carrera de economía en la distinguida Escuela de Economía y Comercio de Wharton, adscrita a la Universidad de Pensilvania, la mejor de Estados Unidos, según aseveró años después nuestro Rifkin en mucho más de una entrevista.

La entrada de Estados Unidos en la guerra de Vietnam le logró desviarse del sendero antes marcado por su situación social y económica, y el alterado estudiante se dirigió hacia un activismo componente en la izquierda estadounidense. Admirador proclamado de las proyectos de pensadores como Herbert Marcuse, Wilhelm Reich o Carl Gustav Jung, en 1967 decidió ordenar al lado de otros compañeros de capacitad múltiples actos de queja contra la guerra.

El intelectual de izquierdas

Activo integrante de múltiples movimientos irenistas, fue entre los creadores de una comisión de ciudadanos que pretendió llamar la atención contra los crímenes de guerra realizados por los soldados de su país en el frente. La incursión del crítico intelectual en política no le impidió terminar de forma refulgente sus estudios de economía, que amplió con un máster de relaciones de todo el mundo y un trabajo de investigación sobre la predominación de la evolución tecnológica y científica en la economía, el trabajo, el medioambiente y la sociedad generalmente, el primero que efectuó en este campo.

Concluido su periodo de estudios universitarios, Rifkin comenzó a redactar ensayos y productos sobre ética económica. Decidido a batallar a favor de los derechos humanos, en 1971 creó, al lado de múltiples compañeros, la People’s Bicentennial Commission (PBC) de Estados Unidos, con el objetivo de fomentar una celebración contracultural opción alternativa a los actos oficiales de la conmemoración del bicentenario del nacimiento de Estados Unidos organizados por el gobierno de Richard Nixon.

Ese año, participó en la fundación del conjunto de izquierdas New American Movement (NAM), desde el que fomentó la capacitación de un foro de discusión de enfrentamiento alterno en el que se establecían conjuntos de trabajo que reflexionaban sobre los cambios políticos, sociales y económicos. Por ese momento, Rifkin ahora se encontraba convencido de que la tecnología y el avance científico debían tener como fin último el confort de la gente.

Entre sus viviendas en Washington y Filadelfia conoció a Carol Grunewald, una intelectual con la que terminó distribuyendo algo mucho más que las ideas progresistas que les unían y que transcurrido el tiempo se transformó en su mujer. Ella, con quien Rifkin acostumbraba a sostener largas disertaciones, resaltó entre las cooperadoras que en 1977 le asistieron a hacer la Foundation on Economic Trends (FET), con origen en Washington, un organismo de estudio de los efectos del avance científico y tecnológico en la coyuntura social y económica, generalmente, y el empleo, particularmente.

Pese a que Rifkin carecía de una capacitación científica concreta, decidió combatir contra los dañinos efectos de los adelantos biotecnológicos en la sociedad, como los trastornos genéticos producidos en los alimentos, y demandó el lugar de unos rigurosos controles gubernativos sobre estos ensayos. Se opuso a un microbio sintético que teóricamente resguardaba a las plantas de las heladas y a la producción de una bacteria que se destinó a adecentar las áreas contaminadas por las mareas negras provocadas por vertidos de petróleo. Tiempo después se probó que ámbas cosas eran dañinos para el medioambiente.

Pensador heterodoxo con una destacable aptitud oratoria, que le dejó atraer hacia sí a conjuntos a priori irreconciliables, Rifkin logró juntar en la década de los ochenta a sindicatos de labradores, ecologistas y defensores de los animales contra las pruebas científicas para hacer novedosas etnias de animales, tal como a los seguidores de las mucho más distintas doctrinas religiosas contrarias a los ensayos genéticos.

Sus sacrificios no fueron en balde y, en 1987, forzó al Congreso de Estados Unidos a revisar sus proyectos referentes a las pruebas con animales. Durante la guerra del golfo Pérsico -y aun tras concluida esta- criticó fuertemente la intervención del ejército de su país y las deplorables secuelas ecológicas que tuvo el enfrentamiento en aquella una parte del mundo.

En 1994, el reconocido ensayista, creador de libros como Entropía, empezó a impartir clases a ejecutivos en su vieja escuela universitaria de Wharton, al paso que era invitado a impartir charlas en universidades de todo el planeta sobre las novedosas tendencias en ciencia, tecnología y economía global. Pese a trabajar como asesor de la administración de Bill Clinton, específicamente de su vicepresidente Al Gore, en temas económicos relacionados con la ciencia y la tecnología, fue con la capacidad de llevar a los tribunales a múltiples hombres de negocios y científicos relacionados con indagaciones que sugieren inquietudes sobre su encontronazo ambiental, como los inconvenientes que ocasionan los alimentos transgénicos a la salud humana.

Las facetas del pensador crítico

Escribió 14 libros sobre el encontronazo de la ciencia y la tecnología en la economía, en la sociedad y el medioambiente; son proyectos que fueron traducidas a 15 lenguajes. Pese a ponerse en contra de una manera reiterado al pensamiento capitalista dominante, el instructor Rifkin se define a sí mismo como un ser contradictorio, con la capacidad de trabajar como consultor para ciertas compañías mucho más enormes de su país y, al tiempo, ofrecer charlas y redactar libros en los que predica unos especiales progresistas.

Popular más que nada por su libro El fin del trabajo (1995), éxito de ventas y punto de referencia en los debates políticos y académicos, en el que adelantaba el despido en masa debido al advenimiento de una época marcada por el paro, como resultado del avance tecnológico, en 2001 publicó La era del ingreso. En él piensa sobre los avances sociales y culturales a que va a dar rincón la generalización de las novedosas tecnologías. Según Rifkin, la irrupción de herramientas como Internet afianzará una lógica económica donde el sujeto va a deber abonar por el ingreso a la práctica integridad de las ocupaciones que realice fuera del ambiente familiar. Dentro de esta lógica, los individuos, en lugar de amontonar recursos, tenderán a rentar servicios. Ello comportará el objetivo de la era industrial y una perfeccionada transformación de las presentes construcciones laborales y sociales.

Asesor de múltiples jefes de Estado y hombres de negocios, Rifkin es un personaje influyente en la toma de resoluciones políticas de los gobiernos estadounidenses, mientras que no duda en reclamar que se apliquen medidas de control para resguardar a la raza humana de los efectos dañinos producidos por los ensayos científicos. Mientras piensa al lado de su mujer Carol sobre los próximos ensayos, desde las columnas de periódicos tan reputados como Los Angeles Times y Frankfurter Allgemeine Zeitung, el políticamente incómodo pensador demanda a los trasgresores de un código ético no escrito y alarma a los que leen sobre los probables cambios socioeconómicos que nos esperan.

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Los matices y las sutilezas que llenan nuestras vidas son decididamente esenciales, ya que marcan la diferencia, y en la ocasión de la vida de una persona como Jeremy Rifkin, que poseyó su importancia en un momento concreto de la historia, es vital tratar de mostrar una visión de su persona, vida y personalidad lo más exacta posible.

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