Si has llegado hasta aquí es porque eres sabedor de la trascendencia que tuvo Jean-Paul Sartre en la historia. La manera en que vivió y lo que hizo durante el tiempo que permaneció en el mundo fue determinante no sólo para quienes conocieron a Jean-Paul Sartre, sino que tal vez produjo una huella mucho más honda de lo que podamosconcebir en la vida de gente que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya jamás a Jean-Paul Sartre en persona.Jean-Paul Sartre fue una de esas personas que, por alguna causa, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.
Vida y Biografía de Jean-Paul Sartre
(París, 1905 - id., 1980) Filósofo y escritor francés. Precoz lector de los tradicionales franceses, en 1915 ingresó en el liceo Henri IV de París y conoció a Paul Nizan, con quien inició una angosta amistad. Al año siguiente, el segundo matrimonio de su madre (considerado por Jean-Paul Sartre como «una traición») lo forzó a moverse a La Rochelle; hasta 1920 no regresó a París. En 1924 inició sus estudios universitarios en la École Normale Supérieure, donde conoció a Simone de Beauvoir, con quien estableció una relación que duraría toda su historia.
Tras cumplir el servicio militar, comenzó a ejercer como instructor de centro; en 1933 consiguió una beca de estudios que le dejó moverse a Alemania, donde entró en contacto con la filosofía de Husserl y de Heidegger. En 1938 publicó La náusea, novela que pretendía publicar los principios del existencialismo y que le dio alguna celebridad, mientras que se transformaba en símbolo de aquel movimiento filosófico. Movilizado al iniciarse la Segunda Guerra Mundial, fue hecho preso, si bien logró evadirse en 1941 y regresar a París, donde trabajó en el liceo Condorcet y cooperó con Albert Camus en Combat, el diario de la Resistencia.
En 1943 publicó El Ser y la Nada, su obra filosófica mucho más famosa, versión personal de la filosofía existencialista de Heidegger. El humano existe como cosa (en sí), pero asimismo como conciencia (para sí) que sabe de la presencia de las cosas sin ser ella misma un en sí como esas cosas, sino más bien su negación (la Nada). La conciencia ubica al hombre frente a la oportunidad de escoger lo que va a ser; esta es la condición de la independencia humana. Eligiendo su acción, el hombre se escoge a sí mismo, pero no escoge su vida, que le viene ahora dada y es requisito de su decisión; de aquí la conocida máxima existencialista: «la presencia antecede a la esencia».
Un par de años después, alcanzada ahora el reconocimiento, abandonó la enseñanza para ocuparse de forma exclusiva a redactar; en colaboración con Raymond Aron, Maurice Merleau-Ponty y Simone de Beauvoir, creó Les Temps Modernes, entre las gacetas de pensamiento de la izquierda mucho más predominantes de la posguerra.
Por esa temporada, Sartre inició una fluctuante relación con el comunismo, llevada a cabo de acercamientos (entre los cuales provocó su separación con Camus en 1956) y alejamientos motivados por su demanda del estalinismo o su queja por la intervención soviética en Hungría. En su última obra filosófica, Crítica de la razón dialéctica (1960), se ha propuesto una reconciliación del materialismo dialéctico con el existencialismo, al que pasó a estimar como una ideología parásita del marxismo, y trató de entablar un fundamento de la dialéctica marxista exponiendo que la actividad racional humana, la praxis, es siempre dialéctica.
En 1964 rechazó el Premio Nobel de Literatura para no «dejarse recobrar por el sistema»; claramente opuesto a la política estadounidense en Vietnam, cooperó con Bertrand Russell en el lugar del Tribunal Internacional de Estocolmo para la persecución de los crímenes de guerra.
Tras formar parte de manera directa en la revuelta académico de mayo de 1968, multiplicó sus movimientos públicos de izquierdismo, aceptó la dirección del periódico La Cause du Peuple y creó Tout!, de orientación maoísta y libertaria. En 1975 se inició el progresivo quebranto de su salud; la ceguera lo separó de la lectura y la escritura a lo largo de los últimos años de su historia, tras haber completado su final enorme obra, El idiota de la familia (1971-1972); dedicada al tema de la creación literaria, era el fruto de los diez años que dedicó a la investigación de la personalidad de Gustave Flaubert.
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