Si has llegado hasta aquí es porque eres sabedor de la trascendencia que tuvo Jean Nouvel en la historia. La manera en que vivió y lo que hizo mientras permaneció en la tierra fue decisivo no sólo para las personas que conocieron a Jean Nouvel, sino que a lo mejor legó una huella mucho más insondable de lo que podamossospechar en la vida de gente que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya jamás a Jean Nouvel de forma personal.Jean Nouvel ha sido una persona que, por algún motivo, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.
Apreciar las luces y las sombras de las personas relevantes como Jean Nouvel, personas que hacen girar y evolucionar al mundo, es una cosa esencial para que podamos apreciar no sólo la existencia de Jean Nouvel, sino la de toda aquellas gentes que fueron inspiradas por Jean Nouvel, aquellas personas a quienes de de una forma u otra Jean Nouvel influyó, y por supuesto, entender y comprender cómo fue el hecho de vivir en la época y la sociedad en la que vivió Jean Nouvel.
(Fumel, 1945) Arquitecto francés, entre los mucho más renovadores y controvertidos de los últimos tiempos. Jean Nouvel nació en 1945 en Fumel, una pequeña villa del suroeste de Francia. Su familia (sus progenitores eran instructores de escuela) se trasladó, siendo él todavía un niño, a la próxima ciudad de Sarlat. Allí, por entre calles tortuosas y bajo la sombra de los nobles inmuebles góticos de la vieja localidad medieval, transcurrió su primera niñez. Una niñez, la suya, marcada, como la de muchos otros pequeños franceses, por las faltas y limitaciones propias de la posguerra.
A los veintiún años, tras haber vivido unos años en Burdeos, donde cursó sus estudios de secundaria, fue aceptado en la Escuela Superior de Bellas Artes de París. Empezó a estudiar pintura, pero, al poco tiempo, se decantó por la arquitectura.
Años después declararía que aquel repentino cambio de intereses se debió a fundamentos económicos: «En esos años no tenía solamente dinero y me dio la sensación de que la arquitectura sería una vía mucho más práctica para ganarme la vida que la pintura». El ámbito que se respiraba en la ciudad más importante del Sena nada debía ver con el planeta provinciano y conformista que había popular hasta el momento. En los boulevards, en las factorías, en las universidades, entre otros muchos sitios, el descontento de la población para con el gobierno conservador de Charles de Gaulle era latente.
Aquellas ansias de cambio, abanderadas más que nada por intelectuales, obreros y alumnos, desembocaron en el innovador Mayo del 68. Nouvel, como todos estudiante, vivió aquella ola de agitación desde la línea del frente. Sin embargo, alén de las barricadas y los altercados, lo que tuvo enorme predominación en su persona y en su posterior concepción de la práctica arquitectónica fueron los planteamientos utópicos y socialistas popularizados desde las reuniones de alumnos.
A lo largo de sus años de universitario, Nouvel trabajó con Claude Parent, un arquitecto marginal y polémico que había sido el primero en reivindicar la hermosura formal y la elasticidad definitiva de los búnkers de hormigón armado. Con esas influencias (revolucionarias en lo ideológico y heterodoxas en lo arquitectónico), se licenció en 1972 y enseguida se transformó en entre las figuras mucho más resaltadas y activas de la militancia arquitectónica y política de los años setenta. En 1976 creó Arquitectos Franceses Mayo 76, un movimiento de carácter progresista que abogaba por una participación activa de los arquitectos en campos de resolución así como la política urbana o la administración del patrimonio. Al año siguiente creó el Sindicato de la Arquitectura.
Imaginación y activismo
A pesar de su incansable activismo cultural y político, Nouvel, quien había abierto su estudio de arquitectura en 1975, no lograba que le encargasen proyectos de relevancia. Se presentaba a prácticamente todos los concursos; en ciertos aun llegó a ser finalista, pero siempre y en todo momento eran otros los triunfadores. A principios de los años ochenta, y coincidiendo con los enormes proyectos edificantes impulsados por el recién escogido presidente François Mitterrand, su suerte cambió.
En 1982 brincó a la palestra de la escena en todo el mundo al ganar el certamen para la construcción del Instituto del Mundo Árabe. Nouvel estructuró el edificio en 2 cuerpos separados por una angosta franja: uno con apariencia de paralelepípedo; el otro, cuadrado, pero tenuemente combado en su parte central. El propósito de esta composición bipartita era que el edificio pudiese ser percibido de forma diferente desde cualquier ángulo exterior.
Sin embargo, fue en la proyección de la testera donde mucho más osado se mostró el arquitecto: la recubrió con 17.000 diafragmas que daban rincón a fundamentos geométricos islámicos, los que, a través de un sistema computarizado de células fotoeléctricas, se abrían y cerraban dependiendo de la intensidad de la luz del sol. El edificio fue estrenado en 1987 y aquel mismo año Nouvel fue premiado con el Gran Premio de Arquitectura.
Con el Instituto del Mundo Árabe, Nouvel se había transformado de repente en el arquitecto de tendencia, en el emblema de la novedosa modernidad francesa. Empezaron a encargarle varios y también esenciales proyectos, ciertos tan faraónicos y controvertidos como la Tour Sans Fins: un edificio con apariencia de aguja de sobra de 400 metros de altura, que debía crearse tras el enorme arco de la Défense de París. Sin embargo, la profunda crisis económica que golpeó los países de europa a fines de los años ochenta terminó con aquel y con otros varios proyectos que llevaba a cabo.
Para salir de aquella crisis debió confiar en el acompañamiento profesional y económico que le brindaron un conjunto de amigos y compañías, como Cartier, que en 1991 le encargó la construcción de una fundación que debía llevar su nombre. Concibió aquel edificio como una enorme caja ortogonal y transparente con el objetivo de que el espacio y la luz predominaran sobre los elementos únicamente estructurales. Asimismo, Nouvel deseaba que el edificio, desde el exterior, pareciese ingrávido. Para lograrlo, creó una falsa testera de vidrio que envolvía el cuerpo central y actuaba en forma de pantalla.
Superada finalmente la crisis económica, Nouvel -con un aparato de trabajo nuevo y no tan variado como el que tenía a fines de los años ochenta- encadenó una sucesión de pedidos, ciertos tan controvertidos y discutidos como la renovación de la Ópera de Lyon o el centro comercial de Euralille, que lo reafirmaron como entre los arquitectos mucho más renovadores de fines del siglo XX.
Uno de sus proyectos mucho más festejados de la década de los noventa fue el de las galerías Lafayette en Berlín. En la construcción de estos enormes guardes, situados en una región bastante marginal, logró una interpretación libre de la tradicional manzana de viviendas berlinesa. La planta baja del inmueble fue concebida como un enorme lugar al aire libre y diáfano que procuraba detallar una continuidad con el espacio exterior.
En esta planta proyectó 2 inmensos conos de vidrio sobrepuestos y también invertidos que perforaban el edificio de arriba abajo. Gracias a esta solución, se lograba la entrada cenital de la luz exterior y, al unísono, se facilitaba la orientación de los clientes del servicio por el interior del inmueble. El exterior del edificio fue recubierto con cristales de color gris obscuro serigrafiado y en la testera primordial puso enormes monitores y unas bandas de neón que la recorrían de lado a lado. Con este juego de luces, transparencias y también imágenes, Nouvel proporcionó al inmueble un carácter mediático que tenía por objeto atraer al público a una región distanciada de los circuitos comerciales habituales.
En 1999, Nouvel ganó el certamen para la ampliación del MNCARS en La capital de españa. Hasta aquel instante no había logrado hacer ninguno de sus proyectos en España. En 2001, se le adjudicó la construcción en Barcelona de la Torre Agbar, un increíble edificios de 142 metros, de composición cilíndrica y coronado por una cúpula. El edificio está recubierto con 16.000 láminas de vidrio traslúcido que cambian de color según la intensidad y las variantes de la luz del sol.
Inspirándose en fuentes tan dispares como el arte, el cine, la tendencia, la propaganda o el deporte, sus inmuebles se identifican por una enorme singularidad estructural y por el diálogo que establecen con el ambiente espacial y cultural en el que se anotan. Asimismo, Nouvel es de los pocos arquitectos que ha conocido aunar en sus proyectos -y sin caer en historicismos anacrónicos- la tradición con la tecnología.
¿Qué opinas de la crónica de la vida de Jean Nouvel? ¿Has podido leer todo aquello que suponías que ibas a hallar?
Obviamente conocer profundamente a Jean Nouvel es algo que se reserva a pocas personas, y que pretender reconstruir quién fue y cómo fue la vida de Jean Nouvel es una suerte de enigmaque con toda probabilidad podamos rehacer si colaboramos todos en conjunto.
Por ese motivo, si eres de aquellos que creen en que de forma colaborativa se puede elaborar algo mejor, y tienes información en relación con la biografía de Jean Nouvel, o acerca de algún aspecto de su persona u obra que no hayamos contemplado en esta biografía, te pedimos que nos lo hagas llegar.
Los matices y las sutilezas que ocupan nuestras vidas son decididamente esenciales, ya que marcan la diferencia, y en el tema de la vida de alguien como Jean Nouvel, que tuvo su trascendencia en un momento concreto de la historia, es imprescindible intentar brindar una perspectiva de su persona, vida y personalidad lo más rigurosa posible.
No lo dudes y contacta con nosotros para contarnos qué conoces sobre Jean Nouvel. Estaremos ilusionados de ultimar esta biografía con más información.