La historia de la civilización la escriben los hombres y mujeres queen el transcurrir de los siglos, gracias a su forma de actuar, sus ideales, sus hallazgos o su arte; han originado queel género humano, de un modo u otro,avance.
(Limonar, Matanzas, 1967) Atleta cubano. Se inició en el atletismo a edad muy temprana, y sus geniales características naturales para las pruebas de saltos le llevaron a decantarse por la modalidad de altura, donde próximamente probó lo acertado de su resolución: con solamente catorce años ahora superaba de manera asidua los 2 metros, lo que le sirvió para conseguir una beca en la Escuela Superior de Perfeccionamiento Deportivo de la Habana, con vistas a llenar su capacitación técnica y prosperar su desempeño. En el centro capitalino conoció a José Godoy, que habría de ser su entrenador y el primordial motor de su trayectoria atlética.
Su enorme progresión quedó de manifiesto en el Campeonato del Mundo junior de 1986, festejado en Atenas, donde un salto de 2,36 m le sirvió para conseguir la medalla de oro y el récord mundial de la categoría. No ha podido asistir a los Juegos Olímpicos de Seúl, en 1988, debido al boicot impulsado por Cuba y otros países del bloque pro-soviético, más allá de que se tomó cumplida revancha ese verano, en el que batió el récord de todo el mundo absoluto al aire libre, que fijó en 2,43 m, a lo largo de la disputa de una asamblea atlética conmemorada en la localidad de españa de Salamanca (Enorme Premio Diputación).
Se confirmó con esto como el número uno de la especialidad, aparte de transformarse en el segundo deportista de color que establecía un encuentre universal en salto de altura, tras el estadounidense John Thomas (1960), y en el segundo cubano en ostentar la condición de recordman mundial, antecedido por el cuatrocentista Alberto Juantorena (1976). Un año después, en Budapest, localidad que acogió el Campeonato del Mundo en pista cubierta, se proclamó vencedor mundial y consiguió el récord de todo el mundo indoor, que elevó del mismo modo hasta los 2,43 m. También logró esa temporada fijar un novedosa plusmarca mundial al aire libre, tras saltar 2,44 m en el transcurso de los Juegos Centroamericanos y del Caribe, festejados en Puerto Rico.
En los principios de la temporada siguiente, la de 1990, padeció una lesión en el pie que le forzó a interrumpir su actividad, contratiempo que aprovechó finalmente sus estudios de cultura física. Ese año trajo una novedad triste para el vencedor de Matanzas: el fallecimiento de su amigo y entrenador, José Godoy, que fue sustituido por Guillermo de la Torre.
Tras su reaparición consiguió la medalla de oro en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, prólogo de la cita olímpica de 1992. En los Juegos de Barcelona logró honor a su condición de preferido y no dejó huír una medalla de oro que ha podido ser suya 4 años antes. Conseguido el mucho más apreciado de los títulos, concentró sus sacrificios en progresar sus fabricantes; de este modo, el 27 de julio de 1993 logró saltar 2.45 m en la obligada cita estival de Salamanca.
Esa temporada añadió una exclusiva rúbrica a su riguroso palmarés: el máximo galardón en el Campeonato del Mundo al aire libre de Stuttgart, en el que un intento válido sobre 2,40 m le sirvió para ocupar la primera plaza. A partir de ese instante, los largos años de intensa competición y el peso de las lesiones pusieron en cuestión su hasta el momento incontestable superioridad, si bien continuó rivalizando a un altísimo nivel.
Tras su sanción por dopaje en los Juegos Panamericanos de 1999, el enorme saltador cubano no logró recobrar su nivel y solo logró la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000. Coincidiendo con su 34 cumpleaños, el plusmarquista mundial de salto de altura (2,45 m) anunció el 11 de octubre de 2001 su retirada. Pocas semanas después, la Federación Internacional de Atletismo volvió a reportar de un resultado positivo por nandrolona en un control efectuado al saltador en el mes de julio.
Considerado como un héroe nacional en su país y también intensamente puesto en compromiso con la causa de la revolución cubana, obtuvo varias distinciones por su inigualable trayectoria, entre aquéllos que se puede destacar el Premio Príncipe de Asturias del Deporte, que le fue concedido en 1992 en reconocimiento a sus valores humanos y de deportes. Se casó en 1989 con la saltadora de altura cubana María del Carmen García, que le logró padre de una pequeña, y sostuvo una relación con la mediofondista Ana Fidelia Quirot, con la que tuvo una hija que murió prematuramente.
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